La situación humanitaria en Colombia es cada vez más compleja como consecuencia de la evolución de dinámicas conflictivas en las zonas más apartadas y empobrecidas del país, y la situación de seguridad se ha deteriorado seriamente, reveló un informe del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
«La situación es ahora más compleja que en el momento de la firma del acuerdo de paz (…), varios departamentos del país han experimentado un claro deterioro de la situación humanitaria», alertó el jefe del CICR en Colombia, Christoph Harnisch, en el Balance Retos Humanitarios 2019.
Conflictos armados en el país, que involucra a grupos como el Ejercito de Liberación Nacional (ELN) o estructuras de las FARC-EP del antiguo Bloque Oriental que no se acogieron al proceso de paz, sumados a la violencia ejercida por grupos de distinta naturaleza en el campo y ciudades, marcan el día a día de millones de colombianos.
De acuerdo con el balance, los temás más preocupantes para Colombia en 2019 son las problemáticas humanitarias que dejo la combinación entre las violaciones a las normas humanitarias y el vacío estatal en muchas zonas de Colombia afectadas por la violencia.
Entre las zonas más castigadas por el recrudecimiento de la violencia están Tumaco, en la frontera con Ecuador, y la región de Catatumbo, en los límites con Venezuela, donde se concentran las mayores extensiones de narcocultivos del país.
En los territorios donde persisten los enfrentamientos armados se disparó el desplazamiento de civiles hasta en un 90 por ciento. En 2018 se registró un caso de desaparición cada cuatro días.
Según el CICR, el desarme de las FARC y su transformación en partido dejó un vacío de poder en apartados territorios que el Estado no ocupo, sino que dio lugar a disputas entre los grupos que siguen en conflicto.
«En conclusión se puede decir que desafortunadamente para muchas de las personas, la vida en estas zonas es hoy mas difícil y tienen un sentimiento de abandono», indicó Harnisch.
A ello se suma una lista de abusos que parecen lejos de acabarse: homicidios selectivos, amenazas, desapariciones, violencia sexual, uso de menores de edad por parte de todos los actores armados, irrespeto a la Misión Médica, entre otros.
Aislados del debate público, para los habitantes de la Colombia que aún vive la violencia, las promesas de una vida mejor suenan muy lejanas. Por eso es tan importante que el Estado tenga una presencia integral, más allá del pie de fuerza, en las regiones donde más se necesita, según el informe de CICR.