*“Se Oyeron Balazos ¿Alguien Sabe Algo?”
*Disparadas Enfermedades Sicosomáticas
*A la Reja: Feos, mal Vestidos y Malandros
*Construcción de Fortalezas, no de Casas
*Encajuelados, Encobijados, Mutilados…
*De Moda: “Carjakers” y “Housejakers”
Por Rafael Navarro Barrón
Las redes de Facebook enloquecen. Es el sistema de seguridad implementado por los vecinos de las colonias de clase media, media alta y alta de Ciudad Juárez para protegerse del clima de violencia en el que vivimos.
“Se oyeron balazos hace unos minutos… ¿alguien sabe algo?”, la pregunta ordinaria, mezclada con un temor que se generaliza y enferma a los que esperan que alguien de casa llegue a refugiarse cuando termine su jornada diaria fuera del hogar.
Luego empieza la intercomunicación, la paranoia, el temor que ha disparado en 10 años las enfermedades sicosomáticas. Al final, una larga fila de patrullas de todas las corporaciones policiacas, y el Ejército, recorren las calles, revisan vehículos y a gente “sospechosa”.
Las que no reúnen los requisitos “apariencia” social, son llevados a la cárcel, por feos, por mal vestidos, porque parecen “malandros”, porque “no tienen nada que andar haciendo en colonias de la clase alta”. La delincuencia también vino a dividirnos.
Los fraccionamientos están siendo fincados entre verdaderas fortalezas. Así se anuncian en los medios de comunicación: “conjunto habitacional privado, con seguridad las 24 horas y cercas eléctricas; circuito cerrado conectado con la policía”.
Cuando la alarma en Facebook suena, es cuestión de esperar unos minutos y, en ocasiones, nos enteramos en el mismo “fase” lo que realmente ocurrió. Y más pronto de lo que nuestros nervios pueden soportar, los medios de comunicación que pululan por la Internet, nos informan lo que ocurre y lo que no ocurre cuando son “falsas alarmas”.
Y allí está la nota, puntual, hasta donde se puede. Los periodistas cibernéticos comunican la información con los adjetivos que molestan a la autoridad y a los empresarios de la vela perpetua.
Un “encajuelado”, un “enteipiado”, unos “torturados”, unos “encobijados”… unos “mutilados” y, en el peor de los casos, el “decapitado” del día o de la semana. Algunos con narcomensajes.
“Venimos a limpiar la plaza de ratas, policías corruptos, cristaleros (vendedores de cristal) y traidores…atentamente el cartel”.
Pero en realidad, fue una puntada del grupo criminal que se ha vuelto experto en anuncios mediáticos. Lo que sí es una realidad, son los delitos de moda, a la orden del día: los “carjakers”, los “housejakers” y todas las novedades que se les ocurra a los delincuentes. Estamos a merced de ellos.
Y por si no fuera poca la tragedia, al obstinado alcalde de la ciudad se le ocurrió accionar el “apagador” del alumbrado público y nos mantiene a oscuras por las noches e iluminados durante el día. Por absurdo que parezca eso ocurre en Ciudad Juárez.
Los ciudadanos llevan la cuenta de las luminarias que tienen años…sí, ¡años!, encendidas de día y apagadas de noche. El municipio y su alcalde, Armando Cabada, dicen que no hay recursos para arreglar el alumbrado público. Antes de que él llegara, el sistema de alumbrado funcionaba perfectamente.
A cambio, la ciudad se ha convertido en un centro de espectáculos, porque ese es el giro empresarial del que nos gobierna. El alcalde es promotor de artistas y todo el año la ciudad está a pan y circo; los muertos en las calles no es precisamente un espectáculo, es la cruda realidad de una ciudad que cuenta sus muertos todos los días.
Los noticieros de televisión inician sus emisiones con el conteo de homicidios dolosos. Y nos sorprende que un fin de semana (de viernes a domingo) asesinen en las calles de la ciudad a 20 o 25 personas.
Con el tiempo dejó de ser noticia que entre las víctimas se encuentren mujeres, algunas menores de edad y embarazadas.
Nos enteramos de que, la ciudad emblemática, adoptada por presidente Andrés Manuel López Obrador desde que era candidato, está en la lista de las 5 más violentas del mundo. Una “distinguida” posición porque hay que recordar que fue número uno en el 2009.
Y para que no haya duda de esa distinción, hemos invitado a los emisarios de la 4T (cuarta transformación), la policía incorruptible de AMLO, a que vengan a contar nuestros muertos para certificar lo que a nivel internacional dicen de nosotros.