Por Jesús Michel Narváez
Si bien la creación de la Guardia Nacional tiene como objetivo contar con una corporación “civil”, así entre comillas, para hacerle frente a la violencia que desgarra al país, parece ser que se han puesto todos los huevos en una canasta para lograr el propósito.
Pareciera que nadie observa más allá de los mensajes mediáticos oficiales y oficiosos. Y que con la sola aprobación por el Congreso de la Unión y que seguramente correrá la misma suerte en el Congreso Constituyente, todo será “paz sobre la tierra mexicana”.
De entrada hay que tratar de ser lo menos prejuicioso posible y poner sobre la mesa de las discusiones el tema fundamental: la Guardia Nacional está creada en el papel no en la realidad objetiva.
Aunque el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo sostenga que se “trabajará en paralelo” a la legislación secundaria, el asunto no se resuelve con empatar los tiempos.
Hay que relanzar la convocatoria para el reclutamiento de quienes la formarán. Se tiene que revisar a fondo el perfil de los aspirantes para no repetir los errores de contratar gente que no responde a las necesidades de la corporación.
En el supuesto caso de que se logre contratar a 50 mil jóvenes, hombres y mujeres, en un tiempo récord, seguirá lo difícil: el adiestramiento, la preparación física, mental y el conocimiento de hasta dónde estarán autorizados para utilizar la fuerza, letal o no, al final del día será la fuerza.
Porque los criminales no entienden de diálogos sino de balazos.
Si como se ha informado los primeros elementos serán los que ahora forman las policías militar y naval y unos cuantos de la federal, habrá que conocer quién entrenará a los nuevos elementos y en qué tiempo se logrará el objetivo.
Luego, entonces, el hecho de que los diputados se allanaran y dejaran intacta la minuta enviada por el Senado, no implica que mañana habrá Guardia Nacional en funciones.
Faltan las leyes reglamentarias y concediendo que no aceptando que en la Secretaría de Seguridad se trabaje en paralelo con los legisladores, el reclutamiento y la preparación llevarán tiempo.
No se pueden inventar los robocops sin antes realizar pruebas de funcionamiento.
En la construcción de este nuevo cuerpo que parece será de élite, se ha dejado en la marginación la profesionalización de las policías estatales y municipales.
Y aunque se hable de que los gobiernos estatales tendrán participación en la GN y la obligación de mejorar sustancialmente sus cuerpos policíacos, no se advierten recursos para este rubro.
Y sin policías estatales y municipales capacitados, en la Guardia Nacional recaerá toda la responsabilidad de garantizar la seguridad y la paz en el territorio nacional, con lo que el federalismo pasará a segundo término aunque se niegue el hecho.
Lo dicho comendador: todos los huevos en una canasta que apenas se está tejiendo.
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