*La Similitud con un Gobierno en la Sombra
*Y Cambiaron las Condiciones Para ir a Puebla
*CdMx: Buenos Anuncios, Pero hay Violencia
*En Puerta Nuevas Marchas Desde el Agro
Por Jesús Michel Narváez
Desde que Luiz Inacio Lula Da Silva pretendió alcanzar la Presidencia de Brasil y batalló en tres ocasiones para lograr su propósito, surgió el rechazo: el que pierde una vez nunca ganará.
Andrés Manuel López Obrador siguió sus pasos y entercado en convertirse en el Presidente de México, el verdadero no el “legítimo” finalmente a la “tercera venció”.
El ejemplo cunde. Y sí, muchos de los participantes en contiendas electorales, cuando menos en nuestro país, decidieron no volver a intentar correr la aventura. Quizá el único caso registrado en los últimos 25 años haya sido el de Fernando Ortiz Arana que buscó ser gobernador de Querétaro en dos ocasiones y en ambas fracasó.
Ahora se repite la historia y Miguel Barbosa Huerta volverá a buscar la gubernatura de Puebla después de haber sido derrotado en las urnas y en las instancias jurisdiccionales.
La muerte de Martha Erika Alonso, quien lo venció en la contienda electoral, le abre la venta para que de nueva cuenta intente obtener el voto mayoritario de los poblanos.
¿Válida su intención?
Por supuesto.
Quizá la forma en que reclamó un triunfo que no le fue concedido ni por los votos ni por los funcionarios electorales tanto estatales como federales, careció de sensibilidad y asumiendo el papel del presidente López Obrador descalificó las decisiones de quienes están para hacer respetar la voluntad de los ciudadanos.
Cuando se confirmó el triunfo de Alonso, desde la cúpula del poder público encabezado por Andrés Manuel López Obrador se desdeñó la sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y se enderezó una campaña para denostar a los cuatro magistrados, entre ellos a la presidenta Janine Otálora, a quienes uno de sus pares, José Luis Vargas, -autor de la ponencia en la cual se solicitaba la anulación de la elección- acusó de irregularidades jurisdiccionales.
La dirigente nacional de Morena, Yeidkol Polevnsky, puso en marcha, junto con Barbosa, algo similar a un “gobierno en la sombra” para dar seguimiento a las acciones de la gobernadora y se avizoraba un escenario de confrontación personal. En Puebla se cuestionó la postura de ambos personajes.
Y cuando aún no se cumplían los “nueve días de luto”, el anuncio: Miguel Barbosa será nuestro candidato en la elección extraordinaria: Polevnsky.
Conocida la decisión del partido –es un decir-, el presidente López Obrador informó que iría a Puebla. Desde su perspectiva ya hay condiciones para asistir a la entidad que se negó a visitar por la ratificación primero estatal y después federal de la victoria de Martha Erika Alonso.
En el PAN, en donde aún no encuentran el hilo de la madeja para nominar a su candidato, emergió la crítica no solamente porque Barbosa repita sino por el comportamiento presidencial.
Así las cosas, la elección extraordinaria tendrá dos vertientes: a.- que a los ciudadanos que respaldaron Martha Erika se sumen otros y concedan la victoria al abanderado del PAN y, b.- que Barbosa gane.
El tema en cuestión es que el candidato derrotado no ha tomado en cuenta que en la próxima elección irá solo y no contará con el fenómeno AMLO. ¿Tiene Morena la capacidad de movilización y el apoyo de los poblanos para ganar? La pregunta queda en el aire.
BRILLA EL SOL
Si las cosas no se modifican por “presiones políticas” en el seno del PRI se producirá una profunda transformación en aras de resurgir de las cenizas. La presidenta del CEN, Claudia Ruiz Massieu ha mostrado apertura para escuchar todas las voces de los inconformes y ello preludia que antes de marzo se genere una situación de unidad. De lo contrario, el análisis, la revisión que se hizo para conocer qué hacer hacia delante y que cuenta con valiosas aportaciones de militantes de todo el país, quedará en el archivo y las derrotas se multiplicarán. *** Luis Castro Obregón, dirigente de Nueva Alianza, que sí existe en 26 estados, aunque no cuente con registro nacional, asegura que este año se reconfigurará el partido y de entrada cambiará de nombre pero no de principios. “Tenemos que representar a quienes no son escuchados”, asegura. La tarea es titánica porque recuperar el registro nacional podría no ser un obstáculo, pero convencer a la gente más allá del magisterio es harina de otro costal. *** Aunque nada nuevo hay bajo el sol con el programa de seguridad para la Ciudad de México, el presentado por Claudia Sheinbaum recupera lo que se hizo en los años cuarenta: fortalecer la relación entre el policía de barrio y los habitantes de la capital del país. El problema que se advierte es que hay exceso de “buenos anuncios” y la violencia prevalece y aumenta. Algo no está en el canal adecuado, pero se hace el intento y eso, cuando menos, cuenta.
METEORITOS
Si en el INFONAVIT, su nuevo titular Carlos Velázquez no hace propuestas novedosas y mantiene apropiándose de las de su antecesor, David Penchyna, puede congestionarse la maquinaria habitacional que respalda el organismo. No son pocas los rostros que, a 45 días del cambio, ya alzan las cejas. *** A propósito de desarrollo urbano ¿usted sabe que ha hecho el secretario de la SEDATU, Román Meyer Falcón? Porque más allá de hablar de los 10 mil millones de pesos para la “reconstrucción” de las zonas afectadas por los sismos de 2017 poco se conoce de las acciones prioritarias. Es el arranque, claro está. Habrá que esperar resultados. *** Donde aún hay descontento, aunque se hayan regresado 20 mil millones de pesos a los programas establecidos, es en el sector agropecuario y ya desde los organismos que dicen representar a los campesinos preparan nuevas marchas, manifestaciones y bloqueos. A ver si ahora alguien se los impide. *** La austeridad quedó demostrada con la representación presidencial en la toma de posesión de Nicolás Maduro. La cancillería de Marcelo Ebrard informó que el ministro Juan Manuel Nungaray, encargado de negocios de la embajada de México en Venezuela, estuvo presente en el evento. Los ahorros son prioritarios y para qué mandar alguien de rango superior si hay un “encargado” de la embajada. Más claro, ni el agua santificada.
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