* Último bimestre de 2025
POR ULISES CORONA*
El último bimestre de 2025 (noviembre-diciembre) en México se proyecta en un contexto de desaceleración económica generalizada, aunque con matices positivos en algunas variables. La principal reflexión gira en torno a la incertidumbre y la consolidación fiscal como factores clave. Revisé notas de varios medios especializados en análisis económico y destaco los siguientes puntos.
Las proyecciones de diversas instituciones financieras y organismos internacionales (BBVA, Banxico, FMI) apuntan a un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para el cierre de 2025 en un rango bajo, generalmente entre 0.1% y 1.0%. Esto confirma la tendencia de desaceleración observada desde la segunda mitad del año.
- Desaceleración del Crecimiento: El ritmo de crecimiento económico de México ha mostrado una clara moderación, en contraste con el dinamismo del año anterior. Esto se atribuye a:
- Debilidad de la Demanda Interna: Se espera una desaceleración en el consumo privado, impulsada por un menor dinamismo en la creación de empleo formal y en la masa salarial real.
- Inversión con Baja Dinámica: La inversión continúa débil, afectada por la elevada incertidumbre, aunque la Inversión Extranjera Directa (IED) se mantiene en niveles significativos, especialmente en sectores como el automotriz y tecnológico.
- Inflación y Política Monetaria: Se anticipa que la inflación continuará en una tendencia a la baja, ubicándose posiblemente dentro del rango de tolerancia del Banco de México (\bm{3\% \pm 1} punto porcentual), lo que podría dar espacio a recortes adicionales en la tasa de interés de referencia. Sin embargo, la tasa permanecería en un nivel relativamente alto (alrededor del 7.00% al cierre, según algunas estimaciones), manteniendo una política monetaria en terreno restrictivo.
- Tipo de Cambio: El peso mexicano ha mostrado una fortaleza considerable a lo largo de 2025, cotizando en rangos de apreciación frente al dólar. Esta fortaleza se apoya en los atractivos rendimientos locales y flujos como las remesas y la IED.
El panorama social y económico en el último bimestre está fuertemente marcado por factores internos y las implicaciones del Paquete Económico 2026 ya aprobado.
- Consolidación Fiscal: El gobierno busca una reducción del déficit fiscal, lo que implica un recorte en el gasto público para 2025, especialmente en rubros como salud, educación y medio ambiente, priorizando el gasto en pensiones, deuda y transferencias sociales. Este ajuste, si bien es una señal de prudencia para los mercados, puede restringir aún más el dinamismo económico al disminuir el impulso del gasto.
- Incertidumbre Interna y Externa: Persiste una elevada incertidumbre, generada tanto por factores globales (tensiones comerciales, política monetaria de EE. UU.) como internos (efectos de reformas judiciales y la revisión del T-MEC). Esta incertidumbre es un freno para la inversión a largo plazo.
- Sector Manufacturero: Se prevé que el sector manufacturero, dada su fuerte orientación exportadora, podría verse afectado por la incertidumbre arancelaria y la desaceleración global, a pesar de las oportunidades de nearshoring.
- Impacto Social: La desaceleración del empleo formal y la moderación del consumo implican una presión sobre el bienestar de las familias, a pesar de que los programas sociales y el crecimiento de los salarios reales continúan proporcionando cierto soporte a los ingresos.
Por lo que, el próximo cierre del año estará caracterizado por un crecimiento modesto, una política fiscal de ajuste y una postura monetaria que busca equilibrar el control de la inflación con el fomento al crédito.
La clave para la sociedad y la economía en el último bimestre es navegar en la incertidumbre y la modesta dinámica de los motores internos mientras se mantienen los equilibrios macroeconómicos.
Académico Universitario*
