A partir de este sábado entraron en vigor los nuevos aranceles del 25 por ciento a los camiones medianos y pesados importados por Estados Unidos, una medida que impacta directamente a la industria automotriz mexicana.
La disposición incluye vehículos de carga de las clases 3 a la 8, así como autopartes y componentes vinculados a su ensamble. El gobierno estadounidense argumenta que esta política busca fortalecer su producción interna y equilibrar su balanza comercial, aunque los efectos se sentirán con fuerza en países socios como México, principal proveedor de este tipo de unidades.
Especialistas advierten que la medida podría encarecer los costos de exportación, afectar el ritmo de producción y modificar las cadenas de suministro entre ambos países. Empresas del sector analizan alternativas para amortiguar el impacto y evitar una caída en los volúmenes de envío hacia el mercado estadounidense.
México es actualmente uno de los principales fabricantes de camiones pesados en el continente, por lo que la aplicación de este arancel genera preocupación en el sector y plantea nuevos retos para mantener la competitividad en la región.
