Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Las amenazas de Donald Trump deben tomarse en serio. Ignorarlas o minimizarlas, es la opción.
Tomar medidas preventivas, es lo políticamente correcto.
Entre ellas, por supuesto, el diálogo y, la mas importante: atender la amenaza y actuar en consecuencia.
En México, dígase lo que se dijere, la presión ejercida desde la Casa Blanca acompañada por el Capitolio, ha tenido resultados tangibles, no suficientes, en el combate a los grupos criminales. Cierto, se informa que han sido detenidos 34 mil sujetos presuntamente integrantes de diversos grupos o cárteles criminales.
(Nadie sabe en dónde se encuentran encarcelados, cuando la mayoría de las presiones están sobre saturadas).
Se debe reconocer que el plan de seguridad nacional -o algo así- orece resultados. No los esperado por Washington, cuyo mandatario recordó ayer que “México está controlado por los cárteles y tenemos que defendernos”.
Y si bien tuvo expresiones elogiosas hacia la presidenta mexicana, su exigencia sigue: aniquilar a los cárteles criminales que operan en México y a los que durante seis años se les permitió actuar con impunidad inexplicable -hay una razón de peso es prácticamente incomprobable por el personaje que dio el banderazo- se mantiene y cada día con mayor dureza.
El mensaje desde el Salón Oval de la Casa Blanca no solamente se dirigió a nuestro país, sino ampliamente a Colombia, en el que de nueva cuenta se acusó al gobernante Gustavo Petro de ser narcopresidente.
Un paréntesis: extraño que Trump no arremetiera contra Nicolás Maduro, a quien tiene en la mira y en cualquier momento jala el gatillo, en sentido figurado.
Después de 50 días de haber hundido una embarcación que transportaba presuntamente drogas mediante un disparo de precisión desde 30 mil pies de altura, el gobierno estadounidense ha mantenido la misma actividad y este lunes llegó a 8 misiones cumplidas sin “baja alguna de los militares y marinos del Departamento de Guerra”, ha presumido Trump, la presidenta mexicana aborda el tema y, como de costumbre, compra pleitos ajenos.
Claro, porque se trata de sus amigos.
Cuestiona la legalidad de las acciones estadounidenses y las condena con un argumento que ningún otro país del mundo y probablemente solo dos de América Latina -México sería el tercero- basada en el derecho internacional:
«Obviamente no estamos de acuerdo. Hay leyes internacionales de cómo tiene que operarse frente a un presunto transporte de droga de manera ilegal o armas en aguas internacionales, y así lo hemos manifestado al Gobierno de Estados Unidos».
No explicó cómo se tiene que operar en alta mar, en aguas internacionales.
Presumo que el trato no es ni debe ser de abrazos, no balazos. Si me equivoco, ofrezco disculpas.
Dice la presidenta que la soberanía y el derecho internacional deben prevalecer, aludiendo a la reforma constitucional aprobada en México este año para fortalecer la soberanía y la autodeterminación frente a cualquier intervencionismo.
¿Qué tiene que ver la Constitución de México en un conflicto que no atañe al país por no haber sido, hasta ahora, atacado?
El reclamo, explicación o planteamiento obedeció a los comentarios de Pete Hegseth, de un «ataque cinético letal» y quien en sus redes sociales apuntó: «estos ataques continuarán, día tras día. No son simples narcotraficantes, sino narcoterroristas que siembran muerte y destrucción en nuestras ciudades».
La defensa del derecho internacional en materia marítima, tiene por objetivo quedar bien con los cuates y, de paso, estirar la liga que surge de la Casa Blanca y llega a Palacio Nacional.
La prospectiva no puede ser otra que calentarle las escasas neuronas del neoyorquino, que cuando pasa mala noche ordena disparar a los fantasmas que no lo dejan dormir.
La doctora Sheinbaum reafirmó su postura de un «esquema de diálogo franco» con el Gobierno estadounidense, buscando acuerdos, pero «sin renunciar nunca a nuestra soberanía y autodeterminación».
Usted que sí tiene conectado el cerebro, saque sus conclusiones.
E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, jesusmichelnarvaez266@gmail.com, Facebook Jesús Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada.
