Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
No tengo el gusto o su antónimo, de conocer personalmente a la señora Rocío Nahle.
Lo que conozco de ella es lo que habla y de lo que se escribe cotidianamente en los medios veracruzanos.
En su primera actuación como legisladora, la entrevisté y como formaba parte de una bancada minoritaria, la amabilidad era su presentación.
Como responsable o su antónimo, de la Secretaría de Energía jamás tuve contacto … profesional, que quede claro.
Sin embargo, seguía sus acciones y siempre daba tema para la crítica.
Porque, al parecer, no contaba como tampoco ahora, con un equipo de asesores que conocieran las Constitución y las leyes secundarias.
Es ingeniera química y, sin embargo, sin tener conocimientos o capacidad para dirigir una obra, conocer de la maquinaria necesaria y de los materiales para la construcción, fue designada responsable o su antónimo, de la edificación y puesta en marcha, que no alcanza su velocidad promedio, de la refinería Olmeca, en la que se gastaron poco más de 23 mil millones de dólares. mientras que la adquisición de Deer Park tuvo un costo de 600 millones, la mitad del valor, toda vez que desde tiempo atrás Pemex había adquirido el 50% de las acciones.
Como gobernadora, es de pena ajena.
Baste recordar la residencia que se construyó en el fraccionamiento El Dorado, en Boca del Río, el más exclusivo del estad y el más caro y de la que siempre negó haber pagado 40 millones de pesos e incluso negó, en su momento de candidata, que la propiedad fuera suya e involucró a una prima como dueña.
Fruslerías, seguramente que evaluó.
Llegó la crisis la semana pasada, cuando las torrenciales lluvias provocadas por la tormenta tropical bautizada con el nombre de Raymond y ante la tragedia espetó mientras Poza Rica era atacada sin misericordia por el poder del agua que llevaba el río Cazones, espetó:
“Se desbordó ligeramente el río Cazones”.
Cuando decía eso, en redes sociales y en la televisión además de los noticieros que cuentan con canales, se observaba la furia del Cazones. Millones de litros cúbicos corrían con fuerza supersónica por su ancho y natural camino, desbordando los límites estimados y destrozando todo a su paso hasta anegar el territorio pozarriquence.
Comprobado por personas afectadas, las alertas no sonaron y nadie informó de lo que se avecinaba, a pesar de la información proporcionada por el Sistema Meteorológico Nacional -dependiente de la Conagua- en la que se advertía el riesgo por la cantidad de agua que cargaba Raymond.
Con el mundo de criticas sobre sus espaldas, la (des)gobernadora de Veracruz declaró ayer: “Aquí en Poza Rica, a las tres de la mañana, el día de los hechos, la alarma de Pemex sonó, y aparte Protección Civil empezó a vocear. De esa manera, se pudo evacuar a miles de personas. Otras personas no quisieron dejar su casa o no pudieron, no sé, pero sí sonó la alarma y no había manera de que se midiera la cresta antes”.
Con su afirmación llama mentirosas a los cientos de personas que dijeron lo contrario.
Sus palabras suenan, se escuchan, se escriben a mentira. Es el símil del pato.
El cinismo es equiparable con el de AA, quien busca salir del hoyo en el que lo metieron las declaraciones de su exempleado y las indagatorias de la Fiscalía General de Tabasco.
Frente a los hechos, Morena está obligada a cambiar su letanía y cambiarla por la de sí mentimos, si engañamos, sí robamos.
E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, jesusmichelnarvaez266@gmail.com, Facebook Jesús Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 4 a 5 de la tarde por Radio Cañón en el 760 de AM.
