Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
Los reportes son de tragedia.
Las torrenciales lluvias traídas por Prisilla, dejaron, hasta ayer por la tarde, 29 muertos.
Puebla, Hidalgo y Veracruz, fueron severamente inundados, no golpeados.
Derrumbes, deslaves, crecida de ríos y planicies anegadas, fueron los escenarios sorprendes que mostraron los daños.
El gobernador de Hidalgo, Julio Menchaca, anunció el destino de 500 millones para “emergencias” con lo cual recordó el refrán: después del niño ahogado tapan el pozo.
En su programa de gobierno “humanista” jamás incluyó recursos para este tipo de eventos inesperados. Ahora, con la velocidad del quelonio, distribuirá los recursos que, por ser de emergencia, no tiene que ser comprobada su aplicación.
El de Puebla, soberbio, desarrollando sus “cualidades” de dictador camotero, Alejandro Armenta, anunció que las familias afectadas por el caudal de agua, serán atendidas de “inmediato”.
En su mandato no se conocen recursos destinados para este tipo de eventualidades. Porque no son prioritarios. Lo primero es atenderse a sí mismo, como parte del núcleo de la pobreza.
Con respecto al norte de Veracruz, en donde Poseidón abrió las compuertas que contenían el líquido, son centenares -todavía no hay censo de Morena- los afectados.
Mirar las fotografías tomadas sobre cómo estaban cuando menos 5 colonias de Poza Rica, otras tantas en Tuxpan y Álamo Temapache, generan dolor. Las casas se encontraban la mañana de ayer cubiertas en dos terceras partes de su altura. Seguramente algo así como 180 centímetros.
El portal oficial del gobierno de Rocío Nahle está retrasado con 13 años. Aparece el nombre de Fidel Herrera, no está el de Cuitláhuac García y la gobernadora ausente. No solamente en el portal, sino en la información de las acciones emprendidas para apoyar a los damnificados y a los familiares de los fallecidos.
Se advierte que la prevención de posibles huracanes, tormentas tropicales, tornados, entre otros, es solamente la frase en los discursos y nada en la realidad.
Desde la desaparición del Fonden -el fideicomiso que hurtó el pasado gobierno federal y el actual no ha recuperado-, cada que ocurre una tragedia generada por la naturaleza, los gobiernos estatales y las presidencias municipales se encuentra con el mismo problema: no hay recursos para destinarlos de inmediato a la atención de los problemas.
Con excepción de la participación del ejército y la marina con sus planes DN-III y Plan Marina, algunos empleados de protección civil estatales y municipales, no llega el rescate necesario y no se atienda la emergencia con la urgencia.
Deseable que la presidenta Sheinbaum reinstale el Fonden y, con vigilancia extrema, se revise la aplicación de los recursos que se destinen para atender los caprichos de la naturaleza.
Email: jesusmichelmp@hotmail.com, jesusmichelnarvaez@gnail.com, Facebook Jesús Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada
