A la Vuelta de la Esquina
IVÁN RUIZ FLORES
¿Premio, castigo o garantía de silencio para que no opine sobre los asuntos internos del gobierno, específicamente sobre Harfuch y el caso Ayotzinapa?
Es una de las tantas preguntas que surgen tras el anuncio oficial del nombramiento del ícono de la vieja izquierda mexicana, Alejandro Encinas Rodríguez, como representante de México ante la organización de Estados Americanos (OEA).
Porque este economista, fue militante del Partido Comunista Mexicano, del efímero Partido Socialista Mexicano y del Partido de la Revolución Democrática (PRD) desde 1995, así como Jefe de Gobierno del Distrito Federal (cuando Andrés Manuel López Obrador se vio obligado a dejar el cargo) de 2005 a 2006 y hubo de enfrentar diversas crisis de trabajadores a la llegada al gobierno del primer opositor, en este caso del PAN, Vicente Fox Quezada.
Independientemente de la razón política que yace tras el nuevo encargo, Encinas Rodríguez representará a México en los momentos críticos que vive nuestro país, pero también en situaciones severas de otras naciones latinoamericanas.
En el primer caso, el nuestro, si bien en el sexenio pasado México asistió a la OEA, los especialistas dicen que se percibió una animadversión de López Obrador hacia la organización por considerar que el asilo político fue otorgado mal en el caso de la embajada de México en Ecuador.
Hoy, la organización internacional no pasa por sus mejores momentos. Los ejemplos están a la orden del día: Venezuela y Nicaragua, con sus gobiernos dictatoriales, respecto a Estados Unidos, por ejemplo; Ecuador, por la ruptura de relaciones con México desde que López Obrador estaba en el poder, y Perú con el cual no acaban de sanar las heridas que dejó el gobierno de López Obrador.
Hay que recordar, cómo en 2023 -en mayo, por cierto-, el Congreso peruano declaró persona non grata al presidente Andrés Manuel López Obrador, alegando su intromisión en los asuntos internos del Perú y marcando una profunda división diplomática en la región.
Ello, no obstante que aquella nación era considerada el segundo destino de las inversiones mexicanas en América Latina y el primero de la Alianza del Pacífico, con una inversión acumulada que superaba los 14,000 millones de dólares. Hoy se desconoce cómo están las inversiones.
ACTUAL DESGASTE DE
MEXICO ANTE LA OEA
Para México es importante la representación ante la OEA, no sólo porque algo le queda de haber sido considerado como líder regional (muy desgastado actualmente), sino por las crisis que viven varias naciones del continente.
Respecto de lo local, según los expertos, prevalece la tensión con la mencionada organización tras el desacuerdo del gobierno mexicano con el informe sobre la elección judicial de 2025, la protesta por la invasión de Ecuador a la embajada de México en Quito en 2024 y un revés diplomático al oponerse al aumento del techo presupuestal de la organización en 2023.
Encinas tendrá mucho trabajo para resolver la tensión derivada de que una misión de la OEA (con razón) emitió un informe preliminar sobre las elecciones al Poder Judicial de México, calificándolo de “complejo y polarizante”, además de sugerir que, el modelo no debería replicarse en otras naciones.
Aunque la cancillería mexicana rechazó el informe, al afirmar que la OEA no tenía la facultad de imponer sus criterios o emitir juicios de valor sobre la forma en que México debe conformar su Poder Judicial, la crítica sigue vigente, guste o no.
Otros ejemplos, son: Argentina, con una grave situación de su economía y su PIB en la luna; Haití, en un tácito colapso de seguridad y económico; Venezuela, al borde de la invasión de Estados Unidos, a causa del dictador “roba-elecciones” Nicolás Maduro (por lo que la posición al respecto de México en la OEA será fundamental); y Cuba, por la carga que representa para nuestro país, su crecimiento negativo desde hace décadas, lo cual lo ha convertido en una carga para los mexicanos, heredada por López Obrador a Sheinbaum.
Como si no fuera suficiente, hay alerta de los expertos porque varios países enfrentan déficits fiscales y un alto nivel de deuda pública, lo que condiciona su acceso a financiamiento y aumenta su riesgo de estrés financiero.
Además, consideran que, la OEA vive una crisis financiera y de gobernanza, con disputas internas que ponen en riesgo la protección de los derechos humanos, la eficacia para abordar la desigualdad, la pobreza y la criminalidad, situaciones que están debilitando las democracias de la región, además de las tensiones políticas y geopolíticas derivadas de la muy lastimada relación con los Estados Unidos de Trump.
El remate son las las divergencias en la aplicación de la Carta Democrática y las críticas por inactividad y parcialidad, independientemente de la crisis financiera.
En fin que, para el nuevo representante de México ante la OEA, no será fácil el encarguito otorgado por doña Claudia al añejo militante de la izquierda.
