¿Jugaron a la guerra?… ¿la paz llegó?

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Mientras el mundo se tronaba los dedos, el cerebro y se jalaba los cabellos por no saber qué pasaría con la respuesta de Irán al bombardeo de Estados Unidos a sus instalaciones de enriquecimiento de uranio, el residente de la Casa Blanca agradece a Teherán haberle avisado del ataque que lanzaría contra las bases militares estadounidenses ubicadas en Qatar.

Algo parecido a lo que ocurría -y ocurre- en México cuando se lanzan operativos para “capturar objetivos criminales”. Alguien avisa de su realización y los “objetivos” abandonan el lugar y siguen realizando sus jugosos negocios además de “liquidar” a sus adversarios a los que les colocan cartulinas con mensajes claros y precisos.

En el caso del enfrentamiento militar entre Israel e Irán y al que se coló por la puerta trasera Washington, habrá que reconocer que a las 15 horas de este lunes, Donald Trump anunció que ambos países acordaron el alto al fuego, con lo que finaliza la guerra que llamó de los 12 días.

En el mensaje publicado en su reda personal, Trump escribió tres párrafos:

¡FELICITACIONES A TODOS! Israel e Irán han acordado plenamente que habrá un ALTO AL FUEGO total (en aproximadamente 6 horas, cuando ambos países hayan completado sus misiones finales), durante 12 horas, momento en el cual se considerará que la guerra ha TERMINADO.

Oficialmente, Irán iniciará el ALTO AL FUEGO y, a las 12 horas, Israel lo iniciará y, a las 24 horas, el mundo anunciará oficialmente el FIN DE LA GUERRA DE LOS 12 DÍAS. Durante cada ALTO AL FUEGO, la otra parte se mantendrá pacífica y respetuosa.

Suponiendo que todo funcione como debería, que así será, felicito a ambos países, Israel e Irán, por su resistencia, coraje e inteligencia para poner fin a lo que debería llamarse “LA GUERRA DE LOS 12 DÍAS”.

Esta es una guerra que podría haber durado años y destruido todo Oriente Medio, pero no lo hizo, ¡y nunca lo hará! ¡Que Dios bendiga a Israel, que Dios bendiga a Irán, que Dios bendiga Oriente Medio, que Dios bendiga a Estados Unidos de América y que Dios bendiga al mundo!

La lógica indica que realizado por la fuerza aérea de Estados Unidos tuvo efectos en el análisis iraní y la conclusión debe haber sido muy pensada para no avanzar en el conflicto bélico.

Por supuesto que es plausible el acuerdo que permitirá romper la tensión en la región que amenazaba extenderse.

Trump presume de haber logrado la paz entre Pakistán y la India y ahora festeja la acordada por Israel e Irán. 

Le falta la de Rusia y Ucrania y la de Israel contra Gaza más algunos brotes graves en África.

Lo ocurrido será considerado como un “éxito” del peacemaker  (pacificador) en lo que se quiere convertir el presidente de Estados Unidos.

No alcanza logros mediante el diálogo. Lo hace utilizando la fuerza militar con la que cuenta el país que gobierna. 

Sin demérito a su decisión, el riesgo que corre el mundo, en los tiempos de incertidumbre, es que el mandatario estadounidense exhiba la confianza en que representa la reencarnación del rey de reyes y sus acciones las convierta en amenazas permanentes. 

Ya sembró la semilla del temor, el miedo, la angustia. Esperará, sin duda alguna, que el Premio Nobel de la Paz le sea concedido por “méritos pacifistas”, aunque sus logros sean por la mala.

De aplaudirse, por supuesto, que el acuerdo Israel-Irán se haga realidad y que finalice un conflicto bélico cuya prospectiva solamente era una: expansión del conflicto.

En Tel Aviv estarán festejando la destrucción de las instalaciones iraníes en las que se enriquecía uranio para fabricar bombas nucleares y se asumirá como el ganador de la guerra. 

Benjamin Netanyahu obtuvo lo que quería. La ayuda de Trump lo obliga a ser obediente y dócil ante las órdenes o sugerencias del republicano.

¿Acaso Estados Unidos recobra su grandeza?

Difícil no admitir que dio un paso gigantesco para lograrla.

Al final lo importante es que la paz retorne, aunque esté colgada con alfileres y que la puerta del infierno se mantenga cerrada con siete llaves y centenares de candados.

E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Facebook Jesús Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada.

 

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