Independencia del juez…

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

La separación de poderes no es un invento nuevo y desde que tomó forma ha sido responsable de los equilibrios y frenos a los abusos de la autoridad. Fueron los atenienses y después los romanos quienes hicieron que reyes y emperadores tuvieran frenos y con ello evitar la concentración de poder y el abuso de autoridad.
Charles Louis de Secondat, señor de la Brède y barón de Montesquieu, argumentaba que “todo hombre que tiene poder se inclina por abusar del mismo; va hasta que encuentra límites. Para que no se pueda abusar de este, hace falta disponer las cosas de tal forma que el poder detenga al poder». De este modo, se confía la vigilancia de los tres poderes entre ellos mismos ya que cada uno vigila, controla y detiene los excesos de los otros para impedir, por propia ambición, que alguno de ellos predomine sobre los demás. Puede contrastarse con la fusión de poderes y separación de funciones en los sistemas parlamentarios, donde el poder ejecutivo y el poder legislativo están unificados, debido a que el legislativo nombra al ejecutivo”. (Wikipedia)
En el presente, tres mil años después. ejemplo a seguir, lo puso la juez de distrito en Estados Unidos, Allison D. Burroughs al frenar la orden ejecutiva de Donald Trump que impedía a la Universidad de Harvard matricular a estudiantes extranjeros.
La sentencia de la jueza es por tiempo indefinido hasta que termine el litigio provocado por la demanda de Harvard y en la que revela cómo decenas de estudiantes que llegaron a Boston fueron sometidos a una segunda revisión y quedaron aislados por horas sin poder comunicarse con nadie.
Una jueza, no electa por el pueblo sino nombrada y aprobada por el Senado, tiene el poder para frenar al presunto rey de reyes.
Es la independencia y el apago a la Constitución y de las leyes que de ella emanan, lo que otorga la facultad de decidir y no dejarse presionar por los otros poderes que, como apunta Montesquieu, la ambición conlleva el abuso de poder.
Se pueden interpretar sus expresiones y simplificar: ni todo el poder ni toda la gloria para el gobernante. Tampoco para el pueblo, aunque Abraham Lincoln definiera el gobierno para y por el pueblo, porque si bien tiene el derecho de decidir qué clase de gobierno quiere, no es consultado para definirlo. Simplemente el poderoso que concentra los poderes y se convierte en el poseedor del poder de los poderes, decide suponiendo interpretar los reclamos de los gobernados.
Todo viene a colación porque con la mal llamada reforma judicial y el proceso para elegir jueces, magistrados y ministros de la corte -así, en minúsculas-, el Poder Ejecutivo domina a los otros dos y bajo el argumento de que “el pueblo bueno la ordenó”, una falacia más de quienes imponen el criterio sin escuchar, destruye los principios democráticos y apunta hacia la autocracia pasando por la anarquía y como metas finales la dictadura y la tiranía.
La presidenta mexicana dice que los comentócratas no entienden que la cuatroté pone por delante el bienestar. Tomando la referencia de su mentor, quien descalificó la aplicación de la legalidad con la infernal frase: “A mí no me venga con que la ley es la ley”.
Esta semana ha sido en la que se ratifica todo lo que se escribió, habló y difundió sobre la clara intención de destruir al Poder Judicial de la Federación -así, con mayúsculas- para que el dique que impidió abusar del poder y tratar de imponer una metaconstitucionalidad que resida en Palacio Nacional, dejara de existir y que “el nuevo poder judicial” -así, con minúsculas- impartirá justicia para los vulnerables.
La elección, plagada de trampas y violaciones a la legislación electoral, está ahora en la mira de todo México, exceptuando claro está los que “ganaron” en el concierto de los acordeones.
Son decenas de demandas y denuncias, que la Fiscalía Especializada en materia de Delitos Electorales no atendió, que han sido presentadas en el INE, cuya capacidad de manipulación le impide anular la elección y recaerá la responsabilidad el dócil Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
Se antemano se conoce el resultado que tendrán las impugnaciones: serán desleídas y se irán al archivó muerto el mismo 31 de agosto cuando finalice legalmente el proceso de la elección extraordinaria.
¿De qué sirve recurrir a los pensantes, a los demócratas, a los constructores de los equilibrios y la igualdad si un grupo en el poder concentra todo el poder sepulta la separación pasando por encima de la historia?
Si el TEPJF, como el INE, no “tiene de qué avergonzarse”, la sentencia será validar la elección y punto final.
¿Por qué los 16 adalides de la democracia deciden por millones de ciudadanos?
E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Facebook Jesús Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada.

 

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