
Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
El 24 de mayo, desde el púlpito guinda, la presidenta mexicana lanzó la advertencia: (…)
porque de ser necesario nos vamos a movilizar porque no queremos que haya impuestos a las remesas de nuestros paisanos de Estados Unidos a México que atienden a los más necesitados”.
¿Qué significa movilizarnos?
En buen mexicano idioma, es realizar marchas, protestas, mítines.
A lo mejor, solamente a lo mejor, la presencia de dirigentes de Morena y Los Angeles -cuyos nombres no aparecen en ninguna información- entendieron bien el mensaje de la presidenta y aprovechando la luz verde instaron a los migrantes mexicanos, legales e ilegales, a movilizarse y emprender la marcha de protesta que tiene los tintes de lo que los “protestantes” hacen en México: dañar el patrimonio nacional, destruir el mobiliario urbano, enfrentar a la policía, quema de vehículos privados y policiales.
Están autorizados para realizar la violación de diversas leyes, porque en el “gobierno de México no se reprime a nadie”.
Se antoja difícil suponer siquiera que los mexicanos que se encuentran en suelo estadounidense no conozcan que Los Angeles no es el Zócalo de la Ciudad de México y que sean ignorantes de las sanciones a que se hacen merecedores por no cumplir con las normas para manifestarse.
Kristi Noem, secretaria de seguridad interior del gobierno de Estados Unidos, acusó, sí es el término, a la presidenta Sheinbaum de impulsar las manifestaciones que se registran en California.
Quizá tomó la lectura de la advertencia lanzada el 24 de mayo.
En favor de la mexicana, habría que señalar su llamado a los migrantes mexicanos a no actuar con violencia y la frase: quemar patrullas no es resistencia y parece provocación, encierra preocupación por la suerte que correrían los connacionales que decidieron protestar por las redadas y enfrentar a la Guardia Nacional enviada por el huésped temporal de la Casa Blanca.
Ante el señalamiento de Noem, se activaron los mecanismos morenistas de defensa y salieron a salvar a la poseedora del bastón de no-mando, después del desmentido que hiciera a través de su cuenta de X la presidenta y en el mensaje se observa dureza innecesaria.
La dirigente formal de Morena, más no la que toma decisiones, Luisa María Alcalde encabezó la defensa y utilizó su cuenta de X para publicar: «Nuestro Movimiento siempre ha estado a favor de la protesta pacífica y esta vez no es la excepción. Rechazamos toda expresión de violencia venga de donde venga» para agregar textualmente lo que la presidenta mexicana ha dicho: «Las y los migrantes mexicanos que viven en Estados Unidos son honestos y trabajadores. Son motivo de orgullo nacional y siempre defenderemos que sean tratados con dignidad y respeto».
¿Dijo algo importante? Usted saque su conclusión.
Luego, el zacatecano vicecoordinador de los diputados que utilizan la chamarra o el chaleco quinda, Alfonso Ramírez anunció que la marcha de protesta convocada para llegar hasta la embajada de Estados Unidos para protestar por las redadas en Estados Unidos y particularmente en los Angeles, se “pospone hasta nuevo aviso”.
¿Alguien le jaló las orejas, sí las dos?
Por su parte, su jefe y paisano, Ricardo Monreal, desechó la existencia de un acuerdo del grupo para convocar a una movilización y desmintió las versiones respecto de que la administración de Trump le revocó su visa.
Así el panorama a 11 días de la elección judicial… ese es otro tema.
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