
Punto de Vista
Por Jesús Michel Narváez
No se trata de una canción. Y, sin embargo, parafraseando a la que escribiera el inolvidable Armando Manzanero “no se tú” si has observado cómo se elevaron los precios en alimentos, específicamente en pollo, carne, cilantro, perejil y jamón de pavo.
“No se tú” si vayas al mercado para renovar la despensa y tener los alimentos correspondientes a la semana. Yo sí lo hago.
Por eso estoy en capacidad de exponer la elevación de precios en los supermercados y en los llamados de ruedas.
La semana pasada el pollo entero y cortado costaba 32 pesos kilo. Comprar uno pasadito de los 2 kilos en los conocidos “miércoles de plaza” -se realizan en la reducida cadena que anuncia: ¿Y tú, vas al súper o la Comerl?- obligaba a pagar entre 68 y 72 pesos.
Con independencia del utilizar parte del ave para comida personal, nuestro perro, llamado Igor, disfruta del plumífero. Por tanto, la compra es necesaria.
Ayer, en miércoles de plaza me tope con medidas que podrían calificarse de draconianas -abuso ilimitado-, comenzado por el precio del pollo. Pasó, en una semana, de los 32 a los 54 pesos kilo. Es decir, 80 por ciento más en solamente siete días.
Sin haber checado el precio, observé que el animalejo estaba entero y sin cortar. Me dirigí al empleado del área y le pedí cortarlo. “Si lo corto le cobro a 74 pesos el kilo”.
Otro dato: la semana anterior, el kilo de pechuga se cotizaba en 144 pesos. Ayer en 232.
En la carne de ternera los precios oscilaban entre 172 pesos el kilo, dependiendo de la parte de la res y hasta 286. Hace 24 horas, la elevación de precios fue para asustarse. La parte menos exquisita se cotizaba en 232 y la de mejor calidad y saber rebasó los 300.
Los manojos de perejil y cilantro costaban 10 pesos. Ayer 18.
El jamó de pavo tenía como máximo de costo 154 pesos. El nuevo precio alcanzó los 184.
Escribo de los artículos que adquirí. No me di el tiempo para recorrer los pasillos. Supongo que la elevación de precios es generalizada.
Conforme a los informes del INEGI, la inflación avanzó en abril-mayo a causa principalmente a los alimentos.
Se entiende que, en momentos de crisis económica, sequías, extorsiones por parte de los criminales a los productores, el retiro de los subsidios a los combustibles, el incremento en las tarifas de las autopistas, entre otros factores, se eleven precios en alimentos.
No se comprende que, sin el conjunto de los factores escritos, las nubes parezcan más cerca en tratándose de que el dinero alcance para cubrir la llamada canasta básica.
Estoy consciente de que no existe control de precios en aras de la competencia que, según los anuncios oficialistas, permite al consumidor -de cualquier alimento, producto o artículo manufacturado- elegir lo que se acerque a su presupuesto.
La Profeco, que también presume en sus anuncios ser la institución que cuida precios para evitar abusos, está ausente.
Sin embargo, aumentar en solamente una semana el 80 por ciento en el precio del pollo, se me hace un robo en despoblado.
Ignoro si en todas las tiendas de la Comer se hayan elevado los precios de manera tan alarmante. Lo ubico a la que asistí ayer: Avenida Revolución esquina Cracovia, alcaldía Álvaro Obregón.
E-mail: jesusmichelmp@hotmail.com, Facebook Jesus Michel, X @misionpolitica y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por Radio Cañón en el 760 de amplitud modulada