
NIDIA MARIN
Y sonoras “trompetillas” resonaron en la República Mexicana. Y el adiós a uno de los tres poderes será un hecho.
Como dice la canción infantil “Los Diez Perritos” que cantaba Cepillín:
“De los cinco que quedaban / Uno se perdió en el teatro/ Nada más me quedan cuatro / Cuatro, cuatro, cuatro, cuatro.
“De los cuatro que quedaban / Uno se lo llevó Andrés / Ya nomás me quedan tres / Tres, tres, tres, tres”.
“De los tres supervivientes / Uno se murió de tos / Nada más me quedan dos / Dos, dos, dos, dos…”
Sí, hubo una vez en México “Tres Poderes de la Unión” y hace tres días destruyeron a uno, sin que suficientes votantes en las urnas así lo decidieran.
Hoy, en junio de 2025 estamos como hace 35 años. Sí, allá por 1988 cuando el rechazo de los mexicanos a la política de entonces, se tradujo en una crisis de credibilidad al proceso electoral y a las instituciones encargadas del mismo, que se expresó en no acudir a las urnas.
En los actuales tiempos, el domingo pasado, un abstencionismo ganado a pulso por el gobierno, permeó una elección rechazada por una mayoría de mexicanos y se tradujo en casillas vacías en mucho más del 90% de los sitios instalados para tal ejercicio.
Inclusive, aseguran quienes acudieron a… observar, hubo muchas urnas en el país que no recibieron un solo voto… ni con miles de acordeones tocando la canción “Vota, vota, por favor” en los alrededores…
Ciertamente, en su mayoría la gente rechazó acudir para avalar un fraude, pero, además, el denominado “factor miedo” hizo de las suyas, en varias entidades del país donde el crimen organizado es el que manda, como son: Guerrero, Michoacán, Sinaloa, Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Tamaulipas, Morelos, Tabasco, Zacatecas, Guanajuato, Estado de México, Baja California y Chihuahua.
Sin embargo, con un presunto y precario porcentaje a favor de la supuesta “elección” de las personas que integrarían el poder judicial (con minúsculas), en Palacio Nacional lanzaron las campanas a vuelo, cuando las “trompetillas” están a la orden del día de parte de millones de mexicanos.
Sin reflexión alguna ante el rechazo, de todos modos, aplauden el fracaso y a fuerza colocarán como monigotes en las posiciones claves para la justicia a los incondicionales dispuestos a ser manipulados por los morenos.
México debe asumir que el alejamiento de los ciudadanos de las urnas es un síntoma de decadencia política del partido en el poder y una realidad de la existencia de una sociedad democrática que rechaza la imposición.
Hoy, como ocurrió en 1982, se estableció el prototipo de una elección controlada totalmente por el gobierno, mientras siguen siendo los mismos abstencionistas de siempre (hoy por fortuna así fue): Colima, San Luis Potosí, Yucatán, Guanajuato, Jalisco y Sonora.
Y los peores quizás también sean los mismos de otros tiempos: Tabasco, Puebla, Quintana Roo, Tlaxcala y Chiapas.
México pues, probablemente ingrese a la lista de los países considerados “sin una clara división de poderes” como son Corea del Norte, Rusia, Venezuela, Bolivia, Cuba, Arabia Saudita, entre otros.
Hoy, como ayer en otras naciones, la presidenta (su asesor principal) y sus funcionarios, tras debilitar el sistema judicial tendrán carta abierta para castigar a quienes no comulguen con sus “ideas” e imponer abiertamente a sus cuates.
Por si fuera poco, en la actualidad se hará realidad la disminución de la confianza en las instituciones electorales, así como en los gobiernos presidencial, estatales y municipales.
Además, es posible que se incremente el abstencionismo, ante el desencanto por los sucesos recientes y con la participación ciudadana lastimada a fondo.
Por cierto, sólo en las entidades donde se efectuaron elecciones locales simultáneas hubo más o menos alta afluencia a las urnas debido al mayor interés de los ciudadanos en la renovación de ejecutivos locales.
Pero como dice “El Chaqueño Palavecino” en su canción “La Ley y la Trampa”:
“Vaya teniendo cuidado, / si está engañando a este criollo / por algo ahí cerca de la tierra / la trampa se ha hecho pa’l zorro.
“Si me engañó en la cuadrera / la barba ponga en remojo/ Usted solito compadre / está cavándose el pozo.
“Ese que lleva las riendas, / mejor que no se haga el tonto, / yo le confié mi caballo / y él le ha vendado los ojos.
“A los que juegan tan sucio, / hay que bajarlos del lomo”.