El Humanismo Mexicano  

 

 

* El Pensamiento Humanista es una de las 

Piedras de Toque del Siglo de las Luces

*Del Nacionalismo Revolucionario a Insertarse

en la Economía Global, Obra de De la Madrid

*Hoy el Recurso Demagógico al Colocar a una 

Mujer Morena Tapando el Escudo Nacional 

 

POR EZEQUIEL GAYTÁN 

 

El humanismo es una expresión que condensa virtudes tales como dignidad, libertad, misericordia, bondad y un despliegue de normas éticas que, en el marco de la sociedad contemporánea, significan un mejor porvenir en términos individuales y consecuentemente sociales. De hecho, el humanismo como lo entendemos es producto del Renacimiento que rompió el paradigma teológico acerca de la posición del hombre en el universo. Léase, se enfoca primordialmente en la persona, sus actitudes, aptitudes y la argumentación mediante la razón. 

 

Son muchos los poetas, sociólogos, ensayistas y filósofos que han tratado el tema. Todos coinciden, en lo general, que el humanismo es esencialmente bondad y dignidad. Es decir, no tiene acepciones negativas. Consecuentemente, lo mueve el amor y la caridad, pues engendra empatía y lucha en contra del desamparo. 

 

El pensamiento humanista es, por lo tanto, una de las piedras de toque del siglo de las Luces que redefinió la responsabilidad del Estado y de los gobernantes en materia social, pues antes de esa época, la atención en materia de atención médica, educativa y asistencia a los grupos marginados era de la iglesia. Fue un cambio fundamental en lo que hoy conocemos como la cuestión social. Sobre todo, porque el humanismo también implica el reconocimiento de las imperfecciones individuales y organizacionales y, por lo tanto, la necesidad del esfuerzo de la mejora continua. 

 

Traigo lo anterior a colación porque desde la gestión pasada el hombre de Tabasco y ahora la presidenta Sheinbaum insisten en hablar del Humanismo Mexicano, con mayúsculas y, por supuesto, sin profundizar en el concepto. De hecho, su alusión la sintetizan al amparo de su lema de campaña “por el bien de México, primero los pobres”, pero no la argumentan pormenorizadamente en sus posibles acepciones. En otras palabras, para Morena es una expresión cuya intención es buscar cierta originalidad alusiva a la patria y al grito conmemorativo en las noches del 15 de septiembre.

 

Es una alusión que en muchos sentidos sustituye a la expresión y bandera del Partido Revolucionario Institucional que esgrimía el nacionalismo revolucionario como expresión de que los mexicanos somos soldados de la patria dispuestos a morir contra extraños enemigos y en favor de preservar los ideales de la revolución mexicana. Lo cual era demagógico en varios sentidos, pero los priistas tuvieron a bien desplegar la idea del nacionalismo revolucionario como elemento de cohesión y justicia social hasta que Miguel de la Madrid lo dejó de lado y sentó las bases de la inserción de México en la economía global. Lo cual generó enojo de algunos priistas como Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez. 

 

La escisión dentro del PRI desembocó en la creación del Partido de la Revolución Democrática y, a la postre, en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), cuyo líder buscó alguna expresión semejante a la de su otrora partido y sustituyó el nacionalismo revolucionario por el del “Humanismo Mexicano”. Aquí es necesario precisar cuanto antes que la tesis priista fue conceptualizada y argumentada en el asentamiento de un sistema político y una vida institucional abierta en favor de toda la sociedad, por su parte Morena solo ondea el concepto como un juglar o un merolico preocupado por los votos de una elección.  

 

Supongo que, en el mejor de los caos, el eslogan morenista es una alusión a la solidaridad de los mexicanos cuando la naturaleza nos ha golpeado o un recuerdo nostálgico de las películas míticas del cine nacional de la década de los años cuarenta con Pedro Infante a la cabeza en las películas “nosotros los pobres” y “ustedes los ricos” más algunas canciones de esos años que hacían apología a la pobreza y que el amor verdadero sólo es posible cuando no se tiene nada.

 

En lo personal considero que el humanismo es universal y que ponerle un calificativo aludiendo a la patria como una mujer morena que hoy tapa el escudo nacional es un recurso demagógico. 

 

Prácticamente todas las naciones recurren a razones fundacionales míticas y místicas a fin de consolidar y justificar sus regímenes de gobierno. Es un recurso político que procura la unidad nacional y la identidad de uno o varios pueblos en torno a causas comunes. Los gobiernos desarrollan entramados históricos que enorgullecen a las generaciones y así se les facilita, en lo posible, conducir a la sociedad. Así tenemos que Morena encontró una mina de oro al hablar de “Humanismo Mexicano” pues lo canaliza bajo el manto de la protección a los pobres. 

 

Reconozco que le funciona y, por lo mismo, no cambará su bandera. Es más, no profundizará en el concepto porque son dos palabras dulces al oído de los mexicanos. Lástima que nos conformemos con tan poco. Pero así será porque la “Nueva Escuela Mexicana” es la otra pinza que cerrará la trampa patriotera y consecuentemente Morena logrará que dejemos de lado el pensamiento universal y crítico.

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