
La Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) amparó a la familia de la joven Sandra Camacho Aguilar, víctima de feminicidio ocurrido en Tlatelolco, CDMX, el pasado 28 de junio de 2013.
Por unanimidad de votos, la Corte determinó que el caso se devuelva a juzgados para que se emita una nueva resolución en la que la sentencia podría alcanzar hasta 60 años de prisión.
El proyecto, del ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá, expone que la sentencia contra Javier Méndez Ovalle —feminicida de la joven— no contempló los signos de violencia sexual que presentó el cuerpo de la víctima, ni se acreditó el abuso de confianza previo hacia la joven.
Las regiones más afectadas por estos crímenes son el Istmo y los Valles Centrales, con 8 casos en cada una
El caso tuvo una travesía legal que pasó por un Tribunal Colegiado que dictó una sentencia de 60 años Méndez Ovalle al reclasificar el delito de homicidio a feminicidio; sin embargo, la defensa legal del asesino apeló y se eliminó dicha resolución.
Ante ello, la familia de la joven llevó el caso hasta la Corte, que atrajo el tema y resolvió que “existen elementos suficientes en la causa penal a efecto de que se tenga por acreditada la razón de género relacionada con la violencia sexual que sufrió la víctima menor de edad”, además de que existió un abuso de confianza y subordinación hacia Sandra, por lo que también debe haber una reparación del daño para las víctimas indirectas: los padres de la joven.
Asimismo, la Primera Sala se pronunció contra los medios de comunicación que revictimizar a Sandra, manejando información que utilizaba un lenguaje sexista y desvalorizante:
Fernanda es una joven que tiene discapacidad intelectual que le provoca mentalidad de una niña de 7 años. Hace poco, explicó, fue absuelta del delito que se le acusaba después de estar tres años en el Centro de Reinserción Social de Tepepan.
“Un tratamiento inadecuado de la información no sólo distorsiona la realidad, sino que también revictimiza a la víctima y a sus familiares, al justificar la violencia y a su agresor, al difamar su imagen y su historia de vida, así como al restarle importancia a los hechos”, señala el proyecto de la SCJN.
Cabe recordar que en el 2013, cuando se dió a conocer el feminicidio de la joven Sandra, medios de comunicación revictimizar el caso al advertir que Javier era un “superdotado” que llegó a ser provocado por la misma Sandra.
Según las indagatorias, Sandra, de 17 años en aquel entonces, conoció a Javier, de 19, mediante un chat en Facebook. Conversaron hasta que acordaron verse en el departamento que rentaba el joven en Tlatelolco, donde la asesinó y mutiló posteriormente para intentar deshacerse de su cuerpo.