
Oliver Franklin-Wallis. Vertedero. La sucia realidad de lo que tiramos, a dónde va y por qué importa, Capitán Swing, Madrid, 2025. 392 páginas.
DAVID MARKLIMO
Oliver Franklin-Wallis es probablemente uno de los mejores reporteros de investigación del mundo. Nació en el Reino Unido, el mismo año que se caía el muro de Berlín y quizá por ello -basta ver que China, paraíso comunista es el gran contaminante del mundo- es un apasionado de los temas del medio ambiente. Lleva mucho tiempo informando sobre sostenibilidad y cuestiones climáticas. En el año 2022, después de una especie de epifanía, se preguntó: ¿qué ocurre realmente con lo que tiramos? Así nació Vertedero. La sucia realidad de lo que tiramos, a dónde va y por qué importa, una investigación sobre la basura y los desperdicios humanos.
Es un ensayo, especie de libro de viajes, que muestra de lleno en la crisis mundial de los residuos y saca a la luz el mundo oculto que sustenta nuestra economía. En esta obra, Franklin-Wallis cuestiona los mitos en torno al reciclaje, mostrando cómo esta industria se entrelaza con los intereses corporativos para mantener el consumo constante, sin atender a los desastrosos efectos de la acumulación de basura en el mundo.
También nos muestra la realidad: estamos viviendo en una enorme crisis de desechos, cada año producimos 2,000 millones de toneladas. Las personas pensamos en la basura como algo que se ha solucionado: la separas, la echas al bote, el camión lo recoge y desaparece. Pero es no eso lo que sucede. La explosión tecnológica ha ocasionado que, con el tiempo, todo se vuelva menos duradero: antes, un televisor solía durar entre 15 y 20 años, y ahora quizá dure tres o cinco. Las empresas se dieron cuenta de que era más rentable si podían seguir vendiendo cosas todo el tiempo. Eso tiene un gran impacto en nosotros como seres humanos, tiene un gran impacto en la naturaleza y significa que las emisiones crecen a un ritmo exponencial, porque tenemos que comprar más y más.
Franklin-Williams conoce, en la India, a los recicladores que están en primera línea de la crisis del plástico. En el Reino Unido viaja por las alcantarillas para enfrentarse a nuestra crisis de residuos más antigua y a la vez más reciente y se encuentra cara a cara con los residuos nucleares. En Ghana sigue la vida posterior de nuestra tecnología y explora la red mundial de exportación que obstruye los vertederos africanos. Leyendo, se nos cuela un dato aterrador: el sistema que tenemos solo recicla el 12% de los desechos del mundo. ¿Qué sucede con lo demás? Pues o nos lo comemos o se queda ahí tirado, contaminando la Tierra y haciéndola desierto.
El reportero nos insta a que no confundamos el ecologismo y el reemplazo de una forma de consumo por una transformación del capitalismo, y mucho menos de nosotros mismos. El desafío de la gestión de residuos no es solo físico, sino también espiritual, como muestra al presentarnos a John Cossham, considerado como la persona con la menor huella de carbono del país por la organización benéfica Oxfam. Experto en todo lo relacionado con el desperdicio alimentario, y apodado Compost John por dedicarse igualmente al compostaje, Cossham no conduce, no viaja en avión, no tiene electrodomésticos ni televisión, pues su estilo de vida se basa en limitar la utilización de recursos, el consumo de energía y la producción de restos. Para este hombre modélico en materia de gestión individual de desechos, su procesamiento no es solo una técnica, sino una forma de devolverle a la naturaleza lo que esta nos presta; una manera de fundar la propia vida humana sobre la gratitud y la bondad; una actitud militante y política que reconoce a la Tierra y a todas las criaturas que viven en ella como seres vivos con los que tenemos una relación indivisible, interdependiente, complementaria y espiritual.
Evidentemente, semejante postura parecerá inviable, revolucionaria y excéntrica. Pero nos asalta la pregunta de si nuestra verdadera pasión es gozar de las cosas nuevas, para sustituirlas y dejarlas con una recurrente impureza. Y es que, conforme nos adentramos en sus páginas, vamos tomando conciencia de lo lejos que nos hallamos de esa humildad e interconexión con el planeta. Un libro verdaderamente necesario.
Vertedero fue galardonado como mejor libro del año por el diario The Guardian a fines de 2023.