Y 179 Años Después Permanecen los  Resabios Entre Estados Unidos y México

 

*Ninguna Crisis ha Sido del Calado de la Actual en el Gobierno de Donald Trump

*La Doctrina Monroe se Aplica Dependiendo del Gobernante en Turno en EE.UU

*¿Y las Presiones? “In Crescendo”, lo que ha Causado la Incertidumbre en el País

*A 9 Cárteles los Declaró “Terroristas” por lo que Podrían Ingresar Fuerzas Castrenses a Territorio Nacional

*Hoy en México Vuelan Drones de Estados Unidos y Destructores Surcan el mar

*Además, Prevalece Desde el Vecino la Amenaza de los Aranceles Sobre Nuestro País

*Mientras son Destruidos Laboratorios de Fentanilo y Entregan Delincuentes al Vecino del Norte

*Pero las Amenazas Continúan: con el Agua, el Tomate, el Aguacate, el Gusano Barrenador

*Trump no Entiende los Fundamentos de Relaciones de Estados Unidos con México: Fernández de Castro 

 

JESÚS MICHEL NARVÁEZ

Parece un matrimonio realizado bajo las reglas del catolicismo. Solo la muerte los separará. No hay divorcio, aunque se duerma con el enemigo. 

México y Estados Unidos tienen una relación compleja en la que los celos de uno y otro, no paran y cuando se detienen es por tiempo limitado.

Desde la anexión hecha por Estados Unidos de la mitad del territorio nacional en 1846 bajo el supuesto de que se trataba del “Destino Manifiesto” y por la cual pagó 15 millones de dólares como “compensación”, las relaciones entre ambos países no han dejado de mantener vivo el resabio -mal gusto en el paladar- que amarga la “felicidad” que se difunde en los discursos de los representantes políticos, empresariales y financieros.

Nada nuevo bajo el sol. La postura de los gobernantes de Estados Unidos, impulsados por la doctrina Monroe, diseñada y puesta en marcha por James Monroe y cuyo slogan es la bandera de Donald Trump: “América para los americanos”, no varía, sean demócratas o republicanos quienes ocupen la Casa Blanca.

De acuerdo con un trabajo realizado por la BBC, entre México y Estados Unidos las diferencias que han tenido provocaron cinco crisis de gran calado.

Ninguna, sin embargo, como la que está en marcha por la postura de Trump quien busca no solamente que América sea para los americanos, sino que el mundo se postre ante quien encarna al resucitado “rey de reyes”.

A México le ha tocado bailar al ritmo que le toca y desde su primer mandado hasta el retorno a la Casa Blanca, las presiones han ido in crescendo, lo que causado la incertidumbre en el país.

En el primer día del segundo gobierno de Trump, firmó decenas de órdenes ejecutivas que cimbraron no únicamente a México sino al mundo entero, 

El objetivo principal de Trump: frenar el crecimiento comercial de China y la consecuencia se reflejó en acusaciones y exigencias contra México.

Tres han sido los temas torales desde la campaña para buscar la candidatura y después el retorno a la Casa Blanca: narcotráfico, migración ilegal y connivencia del gobierno con el crimen organizado. 

A 9 de los cárteles mexicanos, los declaró “terroristas” con lo cual podrían ingresar fuerzas castrenses a territorio nacional para extraer o ejecutar a los jefes de los mismos. 

Con “autorización” del gobierno de la presidenta mexicana, drones no tripulados fueron envidiados a la zona identificada como sede del cártel del Pacífico y en cinco ocasiones sobrevolaron en Sinaloa, Jalisco y Michoacán. Después 2 destructores surcaron el Mar de Cortés y el Golfo de México.

El general Ricardo Trevilla Trejo, secretario de la Defensa Nacional, confirmó que la inteligencia de Estados Unidos, sin precisa si militar, naval o de las agencias civiles, colaboró en la captura de “objetivos prioritarios”.

El añadido que pronostica la crisis tiene nombre sin apellido: aranceles.

LA TENSIÓN AUMENTA

POR LOS ARANCELES

Si bien en el discurso de los presidentes de México y Estaos Unidos divulga “acuerdos” que permitirán mantener cordiales las relaciones entre ambas naciones, la realidad es otra.

El gobierno de la presidenta Sheinbaum apostó desde su toma de posesión el primero de octubre de 2024, que los anuncios realizados por el candidato Trump obedecían a “estar en campaña” y, junto con Marcelo Ebrard, secretario de Economía, puso en duda la aplicación de aranceles y una fisura en el t-MEC.

Sin embargo, desde el primero de marzo se activaron para el aluminio y el acero, posponiendo durante 30 días el “generalizado” a todos los productos de exportación.

Para Trump, México es el peligro comercial por tener en desarrollo el llamado nearshoring que permitiría a China acortar distancias con el mercado consumidor más grande del mundo. En repetidas ocasiones se habló de que China instalaría una planta de ensamblaje de autos y otra de fabricación de chips y celulares. Hasta la fecha jamás se concretó ninguna de las versiones.

Ante la avalancha de gravámenes, México inicio dos cacerías no registradas en décadas.

La primera lo representó el giro de 180 grados a la política de seguridad nacional. Quedó sepultado el apotegma, definido por la RAE como dicho breve, sentencioso y feliz y que acuñó el pasado gobierno: abrazos, no balazos, y con inteligencia militar, cooperación de Estados Unidos que ubicó objetivos prioritarios.

A partir de noviembre pasado, los decomisos de millones de dosis de fentanilo, unas mil 200 toneladas de cocaína y destrucción de cerca de 60 laboratorios clandestinos para producir drogas sintéticas, además de la aprehensión de 13 mil personas, conforme a los datos del secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, aumentaron exponencialmente.

También se entregó a 29 criminales de alto perfil, bajo proceso y sentenciados en México y por quienes se ofrecían recompensas hasta por 20 millones de dólares, sin que mediara aviso alguno por parte de las autoridades. 

La segunda, ubicación y decomiso de productos provenientes de China que ingresaron ilegalmente al país, conforme a los reportes de la Secretaría de Economía. En diversas entidades se realizaron los operativos que permitieron confiscar mercancías por valor superior a los 700 millones de pesos.

Aunque se rechaza que se “obedezcan órdenes”, las amenazas de Trump han hecho efecto y los resultados están a la vista. No obstante, nada lo satisface.

LA TENSIÓN NO 

SERÁ RUPTURA

En las últimas dos semanas, las expresiones del gobernante del vecino país del norte, se han concentrado en ratificar y ampliar sus acusaciones en contra de quienes conducen los destinos de México.

Además de los artículos, productos manufacturados y agroalimentos, el republicano añadió la deuda que el país tiene con Estados Unidos en materia de agua. Exigió el cumplimiento del acuerdo de 1944 y ya inició el trasvase de las semivacías presas mexicanas hacia las de Texas.

Al tomate ya le aplicaron el arancel. Y el aguacate está en camino, al igual que todos los artículos y/o productos que no estén en el listado del T-MEC. 

Otro añadido: el gusano barrenador, que orilló a la secretaria de agricultura norteamericana Brook Rollins a tomar la decisión de suspender la exportación mexicana de ganado. 

Las exigencias del gobierno de Estados Unidos han tensado la relación y, aunque la presidenta mexicana mantiene el “diálogo telefónico” y confirma las llamadas a las que califica de “muy positivas” o “muy productivas”, la aplanadora que opera Trump avanza de manera inexorable.

Misión Política entrevistó a la doctora Iliana Rodríguez Santibáñez, especialista en relaciones internacionales y profesora-investigadora del TEC de Monterrey y al doctor Roberto Zepeda, académico del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (cisan) de la UNAM y a los dos se les planteó la misma pregunta: tensión entre México y Estados Unidos ¿pone en peligro la relación política, económica y diplomática?

Rodríguez Santibáñez responde: “no necesariamente, pero en los momentos actuales se vive una situación que no conocíamos”.

Zepeda, advierte: “se estira la liga sí, pero los vecinos son para siempre, aunque no lo veámonos así”.

Al académico se le pregunta: Con todas las acciones emprendidas por el presidente Trump, viene a la mente el título de la película “Durmiendo con el enemigo”. ¿Quién es el enemigo de quién?

“Bueno, el símil es válido. No sabemos a ciencia cierta quién es el enemigo, pero, aunque existiera la relación de México con Estados Unidos es un matrimonio en donde no hay divorcio y así seguirá hasta que la muerte los separe”.

¿Se debe responder a los aranceles impuestos por Trump con aranceles mexicanos?

La doctora Rodríguez estima que no es el camino y, sin embargo, admite que sería un camino a seguir. “Creo que la presidenta Sheinbaum ha hecho un excelente trabajo con las negociaciones realizadas a fin de frenar la aplicación de los gravámenes y, estoy segura que se resolverán las diferencias en el corto plazo”.

En coincidencia, el doctor Zepeda estima que la presidenta mexicana ha logrado el diálogo con su par de Estados Unidos y aunque observa difícil la situación en la relación entre ambos países, deberá seguir con todo y los obstáculos, porque México es su socio comercial más importante y, se deberá reconocer, las exportaciones mexicanas son uno de los pilares más importantes en la economía de nuestro país.

LAS CINCO CRISIS 

DESVELADAS POR LA BBC

La tensión, la liga que se estira y no se rompe, entre las dos naciones no es nada nuevo.

Allende la frontera norte se reactiva permanentemente la amenaza a los socios y más sin son vecinos.

La BBC realizó un recuento de los momentos en que se registraron crisis político-diplomáticas, pero nunca una comercial.

Aunque expertos señalan que la crisis actual entre México y EEUU es grave, ambos países tienen una larga historia de momentos tensos, dice el trabajo publicado por la BBC.

Entre esos momentos destaca cómo se trazó de la frontera que los divide en la actualidad y que se definió tras una guerra que libraron entre 1846 y 1848, y que terminó con una amplia porción del territorio mexicano pasando a manos de Estados Unidos.

Y para algunos, así hayan pasado casi 200 años, ese episodio histórico sigue teniendo peso en la manera en la que se perciben las relaciones diplomáticas actuales con el vecino del norte.

“Esto que estamos viviendo es inédito desde el siglo XX y en lo que va del siglo XXI”.

La frase corresponde a Rafael Fernández de Castro, profesor del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), en referencia a la crisis que se ha abierto por la actitud y las políticas del nuevo presidente de Estados Unido hacia la nación latinoamericana.

“Es el primer presidente que no entiende los dos fundamentos de las relaciones de Estados Unidos con México: en primer lugar, que para Washington es fundamental la estabilidad política de México y, en segundo lugar, que como somos países interdependientes, ya que si le va mal a México le irá mal a Estados Unidos y viceversa”, dice el experto en conversación con BBC Mundo.

“No recuerdo ningún momento en la historia en el que haya habido un presidente de Estados Unidos que sistemáticamente, desde el inicio de su campaña electoral, haya puesto como uno de sus objetivos principales a México, señalándolo como un elemento fundamental que agrede, vulnera los intereses de Estados Unidos y, por tanto, que se le considera casi como un enemigo”, señaló Juan Pablo Soriano, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de Barcelona.

Sin embargo, pese a lo novedoso de esta situación, no es la primera crisis que atraviesan las relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos.

  1. Nacionalización del petróleo

La nacionalización de la industria petrolera mexicana en 1938, en medio de una crisis económica y una disputa entre los trabajadores mexicanos y las empresas petroleras estadounidenses y británicas que operaban en el país, abrió una fuerte crisis en las relaciones entre México y Estados Unidos.

La decisión del presidente Lázaro Cárdenas, además, no era una medida aislada, sino que se produjo en el marco de un proceso de expropiaciones que, a lo largo de su mandato, llevó a la redistribución de unos 2,5 millones de hectáreas de tierra pertenecientes a propietarios estadounidenses.

  1. Nixon y la frontera

El tráfico de drogas ha sido un asunto que ha causado numerosos choques entre Estados Unidos y México.

El descontento de los funcionarios estadounidenses ante la aparente ineficacia de sus pares mexicanos para combatir al narcotráfico, llevó al presidente Richard Nixon a sorprender al gobierno de México con el lanzamiento unilateral de la Operación Intercepción, que causó la práctica paralización del tráfico de vehículos en la frontera.

Los agentes de aduanas estadounidenses comenzaron a inspeccionar cada uno de los vehículos procedentes de México que intentaban entrar al país.

  1. La muerte de Camarena

En marzo de 1985, las autoridades mexicanas hallaron enterrado el cadáver del agente especial de la Agencia Estadounidense Antidrogas (DEA), Enrique Camarena, quien estaba asignado al consulado de Guadalajara.

El cuerpo apareció en un rancho en Michoacán con señales de haber sido torturado por narcotraficantes mexicanos, aparentemente en castigo por el descubrimiento y destrucción de una gran plantación de marihuana.

Según Fernández de Castro, las autoridades mexicanas no mostraron la debida diligencia durante la investigación e, incluso, intentaron engañar al gobierno estadounidense anunciando que habían hallado a los culpables y que estaban muertos, lo que resultó ser falso.

“Ese caso provocó una reacción muy fuerte y escaló el tema hasta la Casa Blanca. Hubo una fricción muy grande que empañó el panorama de la relación bilateral”, explica Fernández.

  1. La invasión de Irak

Aunque las relaciones entre México y Estados Unidos tuvieron un muy buen comienzo al inicio del mandato del presidente Vicente Fox, quien se trazó como uno de sus objetivos principales lograr que Washington aprobara una reforma migratoria que favoreciera a los millones de mexicanos presentes en Estados Unidos, los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 dieron al traste con esos planes y derivaron en una creciente frustración para México.

Hacia finales de 2002, la buena relación inicial entre Fox y su homólogo estadounidense, George W. Bush, terminó enfriándose por diferencias en torno a la invasión de Irak.

Estados Unidos y Reino Unido buscaban que el Consejo de Seguridad de la ONU, del que México era un miembro no permanente en ese momento, aprobara una resolución que autorizara el uso de la fuerza en caso de que el gobierno de Saddam Hussein no cumpliera con las exigencias hechas por la comunidad internacional en torno a permitir inspecciones de funcionarios de la ONU para verificar que Irak no disponía de armas de destrucción masiva.

Para decepción del gobierno estadounidense, que confiaba en que el apoyo de México sería fácil de obtener, Fox optó por alinearse con países como Francia y Alemania, que se rechazaban el uso de la fuerza militar en Irak, lo que derivó en un distanciamiento con Washington.

  1. La crisis de WikiLeaks

La revelación por parte de WikiLeaks de miles de comunicaciones internas de los diplomáticos estadounidenses en 2011 fue motivo de una importante crisis en las relaciones entre México y Estados Unidos y causó la caída del embajador de Washington en la nación latinoamericana, Carlos Pascual.

Entre los documentos difundidos había algunos en los que Pascual transmitía a Washington algunas impresiones que molestaron al gobierno de México como, por ejemplo, su desconfianza sobre la capacidad de las autoridades mexicanas para luchar de forma eficaz contra el narcotráfico o su impresión de que el entonces presidente Felipe Calderón estaba “abrumado e inseguro acerca de qué ruta seguir para aterrizar sus proyectos políticos”.

La divulgación de las comunicaciones generó una gran tensión con el gobierno de Calderón quien, según afirmó en su momento la prensa mexicana, habría expresado su malestar indicando que no podía seguir trabajando con Pascual.

Hasta aquí el trabajo de la BBC,

La penúltima crisis se gestó en agosto de 2024, 35 días antes de que el presidente Andrés Manuel López finalizara su mandato, por las críticas del embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, cuya presencia era ampliamente conocida por sus constantes visitas a Palacio Nacional. El diplomático se lanzó contra la reforma judicial y el presidente decidió “pausar” las relaciones con el embajador y por consecuencia con el gobierno de Joe Biden.

El presidente expresó: “Mientras yo esté aquí no vamos a permitir ninguna violación a nuestra soberanía”.

¿Estamos viviendo la última crisis?

De ninguna manera, opinan los entrevistados por Misión Política.

 

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