¿Cuándo Descontaminarán Ríos, Presas, Lagos y Canales Ubicados en el Territorio Capitalino?

A la Vuelta de la Esquina

 

 

*Ojalá Llegue un Gobernante más Interesado en la Salud de los Capitalinos

*Sería Invaluable que le Preocuparan más los Ciudadanos que Hacer Política

 

IVÁN RUIZ FLORES

 

¿Le sirve de algo a la Ciudad de México contar con 9 presas, 11 lagos, un canal y un vaso regulador? 

No, en lo que se refiere a la necesidad de agua que tiene la capital del país.

No, porque es evidente que su acuífero es sobreexplotado y que más de 50% está contaminado, no sólo de los elementos que desechan las industrias, sino también de los desperdicios, los cuales, además, están desparramados en las 44 barrancas con que cuenta la capital del país. La basura, pues, es el paisaje infortunadamente.

La estimación, hasta ahora, es que existen 100 barrancas en las tierras de la CDMX, pero las que más se conocen son las rebosantes de basura, ubicadas en las alcaldías Álvaro Obregón, Miguel Hidalgo, Cuajimalpa y Tlalpan.

Pomposamente o, científicamente, le denominan el Sistema de Barrancas de la Ciudad de México y lo que no dicen es como sus paredes y acantilados se saturan de basura proveniente de los propios habitantes citadinos.

De ahí que las presas, ríos o arroyos, o también explanadas a donde desembocan esos taludes, no sirvan de mucho para ser parte de la recarga de acuíferos.

Así, en la actualidad, la extracción de agua es de mayor importancia en la recarga del acuífero, mientras por lo mismo se presenta constantemente un déficit que varía hasta alcanzar los 591 millones de metros cúbicos.

Todo el país tiene 4,000 presas, de las cuales la ciudad-capital tiene las denominadas: Mixcoac, San Lucas, Tacubaya, Dolores, Tarango, Anzaldo, las tres Becerra “A”, “B” y “C”, así como los Lagos: Parque Tezozómoc, San Juan de Aragón, Nabor Carrillo, los de Chapultepec, Mayor y Menor; así como Azitlalín y Huetzalin, además del ubicado en el Bosque de Tláhuac, el de Los Reyes Aztecas y las Lagunas de Caltongo y Xaltocan

Tampoco tiene la importancia que debiera el Vaso Regulador San Lorenzo.

Y el asunto se llama contaminación del agua. Prueba de ello es la contaminada Presa San Lucas, en Xochimilco.

Debido a ello, 60% del abastecimiento del líquido vital que se consume en la capital de la República Mexicana proviene del acuífero subterráneo.

(Aseguran los expertos de la UNAM que: “La capacidad de almacenamiento de agua del país asciende a 150 mil millones de metros cúbicos (m³), lo que es equivalente a 19 veces la cantidad de agua del lago de Chapala (7 mil 900 millones de m³).  El 80% del líquido es retenido por 181 presas. La ubicación de las mismas sigue, entre otros factores, el régimen hidrológico de la corriente, la topografía y características geológicas del sitio, así como las poblaciones a las que se destinará la generación de energía eléctrica, abastecimiento público e irrigación y control de las avenidas”).

CUATRO DÉCADAS PARA UNA

CATÁSTROFE SILENCIOSA

La Revista Ciencias de la UNAM ha lanzado advertencias acerca de que las aguas superficiales y subterráneas son los dos tipos de recursos hídricos a los que afecta la contaminación. Pero además… “También hay dos formas diferentes en que puede ocurrir la contaminación. Si la contaminación proviene de un solo lugar, como una tubería de descarga conectada a una fábrica, se conoce como contaminación de fuente puntual. Otros ejemplos de contaminación de fuentes puntuales incluyen un derrame de petróleo de un camión cisterna, una descarga de una pila de humo (chimenea de fábrica), o alguien que vierte aceite de su automóvil por un desagüe. Una gran cantidad de contaminación del agua ocurre no de una sola fuente sino de muchas fuentes dispersas diferentes. Esto se llama contaminación no puntual”.

Esa es la nuestra en la ciudad. 

Ya lo dijo el investigador de la UNAM, Manuel Perló Cohen (El Financiero, 21-03-2022) al advertir de la “catástrofe silenciosa” que se vive en la capital del país y que puede dejarla sin el vital líquido dentro de 40 años, si no se actúa con celeridad para evitarlo.

Ello de continuar el ritmo actual de extracción del subterráneo. 

“…para abastecer a la capital del país se sobreexplotan los mantos acuíferos del Estado de México, Hidalgo e incluso algunos a 100 kilómetros de distancia…”

Ojalá que el próximo titular del gobierno capitalino se ocupe más de la problemática que aqueja la Ciudad de México y deje a un lado sus aspiraciones políticas.

Los millones de habitantes lo agradecerán. 

 

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