Otra Tragedia que Cala Hondo

 

 

*No, no es la Herencia Maldita, 

es el Maldito Presente

*Han Puesto a México en un Valle 

de Lágrimas

*La Tragedia del Metro, se Olvidó

y la Taparon

*Evaden Responsabilidades y se

Pelotean Entre sí

ALEJANDRO ZAPATA PEROGORDO

 

Un país donde los escándalos y las tragedias suceden y se presentan a diario, donde la rapiña de los funcionarios que prometieron combatir la corrupción es una práctica cotidiana y, además se justifica desde las más altas esferas cuando forman parte del equipo de la cuarta transformación.

 

Habitamos una región que se encuentra a merced de las desgracias, la vida de las personas no es un valor preponderante para los gobiernos menos para los funcionarios, su preocupación está en otras latitudes, quedar bien con sus jefes; crecer su patrimonio y; conservar el poder.

 

Bueno, además de ser cómplices y ladrones, muchos de esos funcionarios como servidores públicos tienen a su cargo responsabilidades que versan con la integridad física y la vida de personas. Me pregunto ¿Qué puede haber más importante que cuidar y salvaguardar la vida de nuestros semejantes?

 

Pues bien, contrario a esa tónica en el reclutamiento de funcionarios ha imperado el criterio de mucha lealtad aunque se tenga poca capacidad y, añadiría, con gran ambición. Así hemos visto la pérdida de vidas humanas que pudieron haberse evitado, sin embargo, ante la negligencia, incapacidad y desinterés de los servidores públicos, esas personas dejaron de existir.

 

Un ejemplo de ello, se presentó hace algunos meses, cuando ocurrió el lamentable siniestro en la Línea 12 del metro; gente inocente fueron cegadas de sus vida a causa de autoridades y gobiernos displicentes, irresponsables e insensibles. El reparto y la distribución de culpas fue inmediato, el deslinde de responsabilidades nunca tocó a los verdaderos culpables. De todo lo malo que ocurre, la culpa la tiene el de atrás. En este caso, al ser ellos mismos, les preocupó más echar tierra al asunto que apoyar a las víctimas y hacer justicia.

 

La reciente tragedia donde perdieron la vida 40 migrantes en el Centro de detención en Ciudad Juárez, Chihuahua, no tiene paralelo. El video circulado en redes sociales al momento del suceso, da cuenta clara de cómo fueron dejados y abandonados sin que tuvieran ninguna posibilidad de evadir las consecuencias del fuego y las llamas, previéndose el trágico desenlace.

 

Nos causan indignación, las conductas desplegadas por los custodios que deciden salirse del lugar y dejar encerradas a las ahora víctimas, abandonándolas a su fatídico, inmerecido y cruel desenlace, producto del desinterés oficial e insensibilidad humana.

 

Los altos funcionarios lo único que atinaron decir en desafortunadas declaraciones, una vez, que fueron exhibidos, fue nuevamente echarse la pelotita unos con otros, en esta administración no hay responsables de primer nivel, cuando no son los conservadores agarran a los de mero abajo para expiar sus culpas.

 

No, no es la herencia maldita, es el maldito presente plagado de autoridades corruptas e incapaces de evitar las tragedias, la desgracia nos persigue sin que los gobernantes demuestren voluntad de anticiparse para que no lleguen, todo es pretexto y justificación, en el fondo, no les importa, su atención prioritaria la ocupan para conservar el poder.

 

Han puesto a México en un valle de lágrimas, doloroso camino que cala hondo.

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