Miles Abandonados Tras el Asesinato del Fonden 

NIDIA MARIN

Más temprano que tarde los mexicanos pagaremos las consecuencias de que el actual gobierno, a través de sus legisladores, haya desaparecido el Fondo de Desastres Naturales (FONDEN). En este 2022 ya no lo hay, mientras continúan su marcha las catástrofes y devastaciones, renglones en los cuales México encabeza como riesgoso a los países latinoamericanos.

Para este año escasean los recursos económicos, una vez que se hizo real la consideración de extinguir no sólo del Fonden, sino del Fopreden (Fondo de Prevención de Desastres Naturales).

El Banco Mundial había elogiado lo hecho por México en materia de desastres mediante el mencionado fondo.

En su momento recordó:

México es un país que está altamente expuesto a múltiples desastres naturales de diversa magnitud y de manera recurrente. 

Desde mediados de los ochentas del siglo pasado, explicó, los terremotos de gran magnitud que devastaron la Ciudad de México motivaron un diálogo nacional sobre la gestión integral del riesgo de desastres (GIR) y, desde entonces, el Gobierno de México ha venido fortaleciendo su política de GIR y los arreglos institucionales para su implementación. 

Un componente crítico de este esfuerzo, dijo, ha sido el establecimiento del Fondo de Desastres Naturales (FONDEN), inicialmente para financiar la reconstrucción posterior a los desastres y, más recientemente, para financiar todas las etapas consecuentes.

A juicio del organismo internacional debido a su diversidad geográfica, México está expuesto a una amplia variedad de peligros geológicos e hidrometeorológicos: terremotos, erupciones de volcanes, maremotos, huracanes, incendios destructivos, inundaciones, deslaves y sequias.

Y para fundamentar sus planteamientos, el Banco Mundial ofreció datos duros: Entre 1970 y 2009, “aproximadamente 60 millones de personas se vieron afectadas por desastres naturales en el país”.

Además, recordó que nuestra nación está clasificada como una de los 30 países en el mundo más expuestos a tres o más tipos de peligros naturales.

Resaltó que la República Mexicana está ubicada a lo largo del “cinturón de fuego” donde ocurre el 80 por ciento de la actividad sísmica mundial, por lo cual se encuentra en alto riesgo de sufrir desastres geológicos. 

En promedio, aseguran los expertos, el país experimenta más de 90 sismos al año con una magnitud de 4 grados o más en la escala de Richter. 

Y como remate, decimos nosotros, está la Placa de Cocos causa fundamental de los temblores y sus efectos devastadores, sobre todo los que provienen de la zona de Michoacán. Los tres del 19 de septiembre en 1985, 2017 y 2022 llegaron de por allá. Precisamente ayer en la capital del país nos aterró un sismo de 7.7 grados con epicentro en Coalcomán.

Pero es verdad que casi la totalidad del territorio mexicano, incluyendo la Ciudad de México, está altamente expuesto al riesgo sísmico. 

Y como si no fuera suficiente, nuestra ciudad está asentada en el eje volcánico, donde se ubican nueve volcanes activos. 

Pero no es todo, también están los maremotos, los cuales representan una amenaza importante tanto a lo largo del litoral mexicano que del Océano Pacífico.

Por si nos faltara algo, en estas nuestras tierras ocurren con mucha frecuencia desastres de origen hidro-meteorológico. Si creen que exagero pregunten a los damnificados de los huracanes de la actual temporada de lluvias en todo el país.

 Sí, dichos eventos son varios: desde ciclones tropicales severos a lo largo de los litorales de los Océanos Pacífico y Atlántico, pasando por fuertes lluvias a lo largo del territorio, e intensas tormentas entre otros fenómenos. 

La contraparte es la sequía. Sólo hay que observar lo que está ocurriendo fundamentalmente en el norte de la República y preguntar a los agricultores y campesinos.

Y no es todo, porque otros peligros reales son los incendios forestales y los deslaves. Estos últimos con el ingreso de huracanes están a la orden del día. 

Pues bien, hoy vivimos sin Fonden. Sí, aquel organismo que llenó de orgullo a México, que alivió a miles de mexicanos, que fue elogiado y copiado en el mundo, murió asesinado en brazos de Morena hace apenas un año.

Ese crimen también fue la consecuencia de un desastre: la llegada del actual gobierno y los decretos presidenciales que han dejado en la indefensión a miles de mexicanos.

Cuando ya lo habían sentenciado, el Fonden recibió el tiro de gracia en el Congreso de la Unión, no obstante, el reclamo de los partidos opositores.

En su momento, los líderes parlamentarios del PAN y del Partido Revolucionario Institucional (PRI), señalaron por separado, que era necesario y urgente reactivarlo o bien, crear un mecanismo similar, con el fin de hacer posible el auxilio a la población. Mientras, Morena justificaba la desaparición.

Y le dieron borrón, no obstante que otros organismos internacionales han advertido e insistido en que nuestro país se ubica entre los más vulnerables en la mayoría de las categorías de amenazas naturales que se registran y son: terremoto y tsunami, inundación, ciclón tropical (viento ciclónico y marea de tormenta), y degradación ambiental y sequía.

Hoy en la República, sin Fonden cada quien se rasca con sus uñas y, lamentablemente ningún gobierno tiene recursos suficientes para por lo menos paliar las consecuencias de los desastres.

 

 

 

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