Aguantando las Mentiras y las Exageraciones en los Informes

NIDIA MARIN

No hay nada nuevo. Y tampoco lo es, en este caso, la “fecha maravillosa”, sino algo más… porque en eso se ha convertido el Informe de Gobierno tras casi dos siglos de escuchar en la boca del presidente en turno o en sus textos enviados al Congreso, escasas verdades, nulas disculpas, pero sí mucha fantasía y un superego desarrollado.

Pocos Presidentes en nuestro país han sido prudentes a la hora de la verborrea. Hay quienes piensan sólo en ellos, en lucirse y no en los demás, mucho menos en el tiempo que se pierde, por lo que sus autoelogios son kilométricos y por lo tanto tardan horas en concluir. Y eso sucede hoy con el retorno de la lectura del Informe en voz del Presidente, otra vez en persona, aunque no ante el Congreso de la Unión.

El asunto es que, otorgar la información a los mexicanos es obligatorio para los sentados en la “Silla del Águila”. Es un mandato constitucional y hay que… aguantarse o apagar en este siglo XXI el radio o la televisión. 

Al principio, quienes lo pronunciaban eran cautos. Así en el siglo XIX, dicen, no llenaban ni dos cuartillas, pero llegó don Porfirio y desde 1876 las aumentó a ocho páginas.

Más todavía se dio otro gusto. Su último Informe fue de 13 cuartillas, cargado de fantasías. Dos meses después, obligadamente, hubo de lanzarse al mar y dejar México a bordo del Ypiranga, precisamente el 31 de mayo de 1911.

Y llegó la Revolución que arrasó con todo, incluido el Informe.

Así, hasta que arribó Madero a la Presidencia de la República volvió a cumplirse la ley sobre este ordenamiento. Pero “don Pancho” leyó 21 páginas y media (de acuerdo a Max González Reyes).

La gesta revolucionaria llegó a su fin y entonces quien puso el mal ejemplo en la extensión del Informe fue don Venustiano Carranza, que se lanzó en 1918, con 59 cuartillas. 

No sería el único.

Pero, años después habría de nacer “el Día del Presidente”, el primero septiembre. Y el sol se ocultó para dar paso anualmente a las estrellas de la nación.

Las frases célebres han menudeado en los textos. Por ejemplo:

José López Portillo: “Soy responsable del timón… “pero no de la tormenta…”, “¡Ya nos saquearon…No nos volverán a Saquear!”

En el cuarto año, Carlos Salinas de Gortari dijo: 

“…la desaparición de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en diciembre pasado es un hecho de proporción extraordinaria, cuyo significado político, económico, militar y, desde luego, para los temores o para las esperanzas de muchos, apenas comenzamos a entender. Con ello, el asombro del mundo inunda el debate político y algunos retos que se prefiguraban con el fin de la guerra fría se han materializado…”

Vicente Fox lo pronunciaría ante el Congreso de la Unión, no obstante los sucesos violentos ocurridos. Porque, ese día, “…el recinto legislativo de San Lázaro, por primera vez en la historia, debió ser rodeado por fuerzas policíacas y protegido por barricadas para evitar que las protestas ciudadanas impidieran la realización de la ceremonia”. (Memoria Política de México).

A su vez, Felipe Calderón dijo en ese final del cuarto año:

“Es injusto, es irresponsable que nuestras diferencias, por legítimas que sean, se conviertan en un freno para el progreso del país. México no puede esperar más. La democracia ha sido una conquista de la razón y del derecho, fue el anhelo de Madero, un logro histórico de los mexicanos; los políticos, los políticos compartimos el reto de mejorar en serio la calidad de vida de los ciudadanos y de responderle a sus demandas ciudadanas, sus demandas cotidianas”.

Peña Nieto por su parte, precisó aquel primero de diciembre de 2016, en ese su cuarto año:

“Para hacer frente a la inseguridad, la estrategia incluye medidas de prevención del delito, un mayor trabajo en equipo de las autoridades y el uso de tecnología contra el crimen organizado.

Además: “Reconozco la entrega y disciplina de nuestras Fuerzas Armadas, y las instituciones de seguridad, por su heroica labor en favor de México.

Y también: “Para asegurarnos de que los delincuentes vayan a la cárcel, ahora ya todos los juicios penales son públicos y orales, es decir, son más rápidos y transparentes”.

En fin que, con la llegada del actual gobierno, el antepasado regresó y los eventos multitudinarios, con Covid, con Viruela del Mono o lo que fuere, retornaron por obra y gracia del Presidente, quien por cierto no se muerde la lengua para exagerar, acusar y mentir. 

Pero es el Informe de Gobierno y… hay que aguantar. ¡Ufff!

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