Joan Manuel Serrat se despide de México, país que le dio refugio en la década de los 70

La de Joan Manuel Serrat nunca fue una voz plácida para la dictadura de Francisco Franco. Cantar en catalán y hablar sobre las ejecuciones en el régimen franquista fueron sus delitos. El 2 de julio de 1973, tuvo que pagar 50 mil pesetas al gobierno español para que la Guardia Civil no se lo llevara preso. Ya no tenía mucho que hacer en su tierra: había sido acusado de “injurias al Estado”. Entonces emprendió la ruta de escape segura: México.

Décadas antes, cientos de exiliados republicanos habían encontrado en suelo mexicano un refugio ante el fascismo. Serrat sabía que aquí encontraría grandes amigos. Y así fue. La primera casa que lo recibió fue la de los Taibo, una familia asturiana encabezada por Paco Ignacio Taibo I, historiador, escritor y periodista. Allí, entre calientes fabadas, jamón serrano y vinos tintos, conoció también a los dos hijos de éste: el actual director del Fondo de Cultura Económica (FCE), Paco Ignacio Taibo II, y el escritor Benito Taibo.

En México, Serrat también se encontró con personajes que lo cambiaron para siempre: Luis Buñuel, Max Aub, Luis Alcoriza y Juan Rulfo. Con todos ellos tejió vínculos emocionales e intelectuales que lo formaron como un artista hispanoamericano en todo el sentido de la palabra.

“A Joan Manuel no le gusta sentirse el centro de atención, sino ser uno más en la mesa. Yo creo que por eso se sentía a gusto en las comidas multitudinarias que se organizaban en casa de mis padres, porque supongo que, en otros lugares, había reverenciales silencios para que él pudiera hablar. En mi casa, en cambio, era uno más de la familia. Por lo tanto, tenía que luchar por tomar la palabra tanto como el resto”, recuerda en entrevista Benito Taibo, a propósito de la gira de despedida del cantautor catalán, quien cerrará una carrera artística de casi 60 años.

El autor de Mediterráneo y Penélope llamó a su última gira El vicio de cantar 1965-2022. Su última gira de conciertos en el país inicia hoy en el Auditorio Telmex de Guadalajara; el sábado, en el Auditorio Pabellón de Monterrey, y el miércoles y jueves de la próxima semana, en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México.

“Estamos ansiosos por verlo y, simultáneamente, muy tristes de saber que sus amigos y seguidores no volveremos oírlo cantar. Es una agridulce sensación de saber que estaremos en el último de sus conciertos. Sin lugar a dudas, Joan Manuel fue el gran detonador de la educación sentimental de toda una generación”, comenta Taibo, quien recuerda las veces en las que acompañó a Serrat al estadio para ver al Atlante, equipo al que el intérprete le guardó un cariño especial sólo porque comparte los colores con su club de sangre: el FC Barcelona.

“Más de una vez fuimos al estadio con Juan Villoro, con Eduardo Mendoza y con David Huerta”, apunta Taibo.

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