¿Serán Tres Derrotas?

*La Mayoría Silenciosa es una Realidad Pensante. 

*Esa que Tanto Desprecia y Califica de Aspiracionista

*Actitud Política Extravagante y Repleta de Petulancia

POR EZEQUIEL GAYTÁN

El presidente de la República anunció a principios de este año que enviaría tres iniciativas al Congreso de la Unión con el fin de modificar la Constitución. La Reforma Eléctrica, la Reforma Política y la adscripción de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional.

Para que se realicen cambios a nuestra Carta Magna se requieren las dos terceras partes de votos aprobatorios en la Cámara de Diputados. Léase 337 diputados. Cifra que no alcanzan conjuntamente los partidos Morena, del Trabajo y el Verde. De ahí que requieren votos ya sea del PAN o del PRI o del PRD o de Movimiento Ciudadano. 

El destino de la primera propuesta fue fallido. Algunos conocedores de los procesos legislativos han dejado entrever que, si Morena hubiese aceptado siete o nueve modificaciones a la iniciativa, posiblemente hubiese pasado la Reforma Eléctrica, pero el partido oficial se negó a ceder y esa es una de las razones del fracaso gubernamental. 

Ahora se avecinan las otras dos reformas y la administración López Obrador corre el riesgo de que tampoco procedan. Si a lo anterior sumamos que las dos consultas populares realizadas, una a fin de juzgar a los expresidentes y la otra de Revocación de Mandato fueron en términos estadísticos derrotas al lopezobradorismo, empezamos a preguntarnos acerca de la contradicción entre las encuestas de popularidad y los resultados de las consultas populares. Aún más, el descenso de diputados de Morena en el Palacio de San Lázaro es síntoma de que el carisma del presidente va a la baja y que la gente distingue entre la figura del luchador social López Obrador y los políticos que lo rodean.

Ahora se avecinan dos posibles derrotas más en la llamada Cámara Baja y de ser así, la actual gestión habrá sufrido dos descalabros mediante la democracia participativa y tres descalabraos mediante la democracia representativa. Un total de cinco reveses. Lo cual es motivo de análisis.

Las dos veces que el presidente ha llamado al pueblo a votar en la consulta popular mediante procesos organizados y formales, totalmente contrarios a la mano alzada del asambleísmo, le quedó de manifiesto que sus mítines no son necesariamente la voz del pueblo y que la mayoría silenciosa es una realidad pensante. Esa que tanto desprecia y califica de aspiracionista.

Tal vez la conclusión es que ya no convoque más a ese tipo de consultas del pueblo bueno y sabio. Sin embargo, ahora tiene frente a sí a la oposición formalizada en partidos políticos con los cuales se ha negado a dialogar ya que no piensa concederles “ni una coma en la modificación de sus iniciativas de ley”. Situación que habla de una actitud política extravagante y repleta de petulancia.

Sostengo lo anterior debido a que la política en la democracia es dialogo, búsqueda de consenso y acuerdos a fin de avanzar en las divergencias. Es cierto que Morena hace tres años y medio obtuvo treinta millones de votos. Pero el río de la política no detiene su curso y las circunstancias cambian. Por ende, le corresponde pensar seriamente si acaso conviene la desaparición del INE o que se conforme con nuevos consejeros. Su propuesta de excluir diputados plurinominales no es acorde con los nuevos tiempos e insiste. Lo importante es que aprenda a ceder en algunos puntos. En caso contrario no prosperará su propuesta. 

Las fuerzas armadas mexicanas merecen todo nuestro respeto. Han demostrado integridad y patriotismo. Pero soy de la opinión que no es ni técnica, ni administrativa, ni políticamente deseable que la lucha contra el crimen organizado se concentre en la Secretaría de la Defensa Nacional y de la cual dependa la Guardia Nacional, pues la seguridad pública debe ser atendida por la secretaría de Estado responsable del compromiso. Si el presidente insiste en enviar sus dos iniciativas corre el riesgo de perder. 

Tal vez su estrategia sea una vez más la autoflagelación, decirse víctima de los conservadores/traidores y con suspiros y jadeante dividir aún más al país y pedir la revancha mediante la repetición de su partido en la titularidad del poder Ejecutivo. Aunque he escuchado voces que sostienen que su intención es la prolongación de mandato y así perpetuarse en el poder. 

La llamada cuarta transformación es víctima de su maniqueísmo. A la gente no nos gusta que nos pongan entre la espada y la pared. No obstante, sospecho que el partido Morena puede repetir seis años más en el poder. Pero no con la misma estrategia maniqueísta del presidente. La cual es muy temeraria, pues cinco derrotas podrían tener moralmente al partido oficial en la lona y ya no pueda levantarse. 



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