El Estira y Afloja de la Revocación de Mandato

No Procede en Principio

Por Víctor Alarcón Olguín

Se han dado a conocer datos preliminares de la verificación de las firmas presentadas ante el INE por las organizaciones que promovieron la solicitud de revocatoria de mandato (a la que ilegalmente trataron de presentarla como “ratificación”), lo cual procesalmente puede hacerla impugnable, en tanto se puede argumentar que la obtención de las mismas se sustentó en el hecho de que la ciudadanía fue mal informada sobre el propósito de la consulta, ya que ciertamente no es lo mismo asumir una intención de destituir y explicar por qué se desea remover al titular del Ejecutivo, que suponer una intención inicial de apoyarlo para que continúe en el puesto.

En este caso, el cuadro aquí anexo indica que hasta ahora no se cumplen los dos requisitos básicos que se solicitan para que proceda la convocatoria, en tanto se carece del 3% del total de firmas conforme al listado nominal del país; ni tampoco se alcanza dicho mínimo en por lo menos 17 entidades (solo se logró en 12 y en el resto del país los porcentajes son muy bajos), por lo que haría poco factible que una impugnación ante el TEPJF pueda prosperar. Si bien son datos preliminares, bien se puede inferir que resulta poco probable que por “arte de magia” aparezcan el 42% de firmas faltantes y que además se cubran los 5 estados que todavía serían necesarios para lograr el objetivo.

Como se mencionó en entregas previas, esta situación de confirmarse oficialmente, se perfila como un resultado que dejaría sin materia al conflicto surgido entre el Ejecutivo federal y el INE con respecto a la organización de dicha consulta, debido sobre todo a la falta de recursos asignados para poder realizarla en las condiciones similares a las de un proceso de renovación de los poderes federales.

Seguramente, desde el oficialismo mediático se buscará seguir responsabilizando al INE, ahora cargándole con el fracaso del ejercicio y que sus acciones desalentaron a la ciudadanía para sumarse al ejercicio.

Conociendo la naturaleza política del Ejecutivo, es muy factible que buscará la manera de seguir “metido” en el proceso electoral del presente año. Ya lo ha mostrado en circunstancias previas y por ello no resultará sorpresivo que trate de explorar una ruta legislativa (además de su campaña mediática permanente) para avanzar en su idea de socavar y seguir estrechándole el círculo al INE en materia de su autonomía constitucional.

Por ello, aunque esto permita entrever un respiro y despresuriza a su vez el riesgo de un choque de trenes que ponga en riesgo directo a la institucionalidad política, no podemos advertir que ello aleje a la persistente inquietud y precariedad con la que se viene dando el proceso de gobernabilidad democrática ante el regreso de la hegemonía asociada con esa cultura clientelar rancia de culto al presidente omnímodo, y que se sostiene por mayorías dependientes de programas que siguen atrapadas en el asistencialismo que tanto se les había criticado a sus predecesores.

Sin duda, es una pena que la oportunidad para construir verdaderos mecanismos de democracia deliberativa y participativa terminen siendo desaprovechadas, en lugar de haberse abierto la pauta a una ciudadanía informada y que fuera capaz de ejercer verdaderos puntos de referencia (e incluso contrapesos) al poder.

Dispersión por estado para la Revocación de mandato. Fuente: INE.¨

*Víctor Alarcón Olguín es académico de la Universidad Autónoma Metropolitana y experto en política electoral.

 

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