4T Enferma

Yo Campesino

*En vez de Mejorar la Salud de los Mexicanos, Retrocede por Falta de Presupuesto

Por Miguel A. Rocha Valencia

Contra lo que establece la Constitución y el derecho internacional, la 4T secuestró el derecho legal y humano a la salud y lo otorga a discreción, en su intento de convertirlo en una moneda de cambio por el voto.

Lo hecho por el gobierno morenista, no sólo es ajeno al derecho humano y constitucional, sino una perversión donde se regatean los recursos, se subejercen y se gastan a discreción del inquilino de Palacio Nacional, en lo que él decide.

Tal vez por eso la organización México ¿Cómo vamos? afirma que durante los tres años de la actual administración 15 millones de mexicanos dejaron de tener acceso al servicio público de salud ordenado por la ley y se deteriora el de las instituciones que subejercen inversión física presupuestal, la cual cayó a su peor nivel de los últimos 11 años.

De acuerdo a los datos de la propia Secretaría de Hacienda, la caída en ese rubro se inició al comienzo del sexenio y hoy, con apenas cuatro mil 485 millones de pesos, refleja una disminución de casi mil 500 millones en comparación al 2020 y frente a los 10 mil 422 de 2019, es menos de la mitad.

Es decir, año con año le bajan y hoy estamos peor que con los gobiernos neoliberales, pues es el peor presupuesto para infraestructura de salud desde 2007. Insisto, datos de Hacienda.

Para colmo de lo destinado este año sólo se ejerció el 55 por ciento, es decir dos mil 602 millones de pesos, con lo cual los servicios públicos de salud, incluyendo los institucionalizados del IMSS e ISSSTE, se ven deteriorados y su capacidad para atender pacientes disminuyen, a grado tal que si en tiempos del Seguro Popular existían 20 millones de mexicanos sin acceso al derecho a la salud, hoy son 35 millones, a quienes tampoco se les cumple la promesa de dotarlos de medicamentos, salvo aquéllos del cuadro básico-básico como analgésicos y antiinflamatorios; los “caros”, no existen.

Incluso las instituciones con cuotas obrero-patronales, ven recortados sus presupuestos y no obstante las carencias que exhiben por falta incluso de reactivos en laboratorios o mínimo paracetamol en sus farmacias, más allá de la tradicional incapacidad de atención por falta de “camas”, subejercen el presupuesto y eso se paga con vidas de los pacientes. Eso lo sé de manera personal.

De tal suerte que de acuerdo a México Evalúa, una de las estorbosas AC que el Ganso desea borrar por falta de ayuda, indica que hay rezagos ostensibles en el ISSSTE y el IMSS (recuérdese Tula). Tan es así que, en el caso del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado, sólo ejerció a mayo el seis por ciento de su presupuesto anual de inversión física, equivalentes a 120 millones, es decir un 76 por ciento abajo de lo programado y 86 por ciento menos que el año pasado.

Respecto al IMSS sólo gastó 500 de los mil 150 millones programados para inversión física en el año, que ya de por sí reflejan un recorte del 53 por ciento en relación al 2020.

Esas disminuciones y subejercicios en IMSS e ISSSTE tal vez se expliquen por posibles transferencias a la cabeza de sector, la Secretaría de Salud, ya que, de los 500 millones programados para este año, ya lleva gastados mil 900 millones, 34 por ciento más que el año pasado, pero no ejercidos en infraestructura, sino en la compra de vacunas.

Si así sería, está fuera de norma, especialmente porque va en detrimento de las otras instituciones donde los trabajadores pagan cuotas para ser atendidos.

Por si fuera poco, en las unidades médicas dependientes de la Secretaría de Salud, se endurecieron los controles para aceptar pacientes que cuenten con IMSS o ISSSTE, a quienes les aplican tarifas de “nivel 5”, el más alto si acaso requieren atención, ya sea consulta externa u hospitalaria, para lo cual exigen en sus oficinas de trabajo social, sin importar edad, que la gente se forme desde la madrugada a ver si alcanzan una de las 40 fichas que se reparten y sacar su carnet donde se les clasifica socioeconómicamente.

No importa si el paciente lleva décadas atendiéndose en uno de los Institutos de Salud especializados, si tiene pensión de sobrevivencia en IMSS o ISSSTE, se le cobra la tarifa más alta, nivel 5 que en consulta externa es de 900 pesos y esperar meses para ser atendido. Si se hospitaliza de 15 a 20 días, ni modo, va a gastar casi medio millón de pesos, para lo cual debe ir amortizando casi diario los gastos de estancia…

Así estamos en Salud, por eso no hay medicamentos, médicos y capacidad instalada para una atención expedita de pacientes. En todos los casos las citas son de varios meses y de mal modo.

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