Por Jesús Michel Narváez
Primera mujer en gobernar Guerrero, Evelyn Salgado Pineda tiene un enorme reto: frenar los feminicidios.
En una excelente entrevista del periodista Celso Castro y publicada en El Sol de Acapulco, con la regidora Ricarda Robles Urioste, desveló que solamente en los primeros 9 meses de este año, se registraron 96 feminicidios y puso el dedo en la llaga del exgobernador Héctor Astudillo, al afirmar que “estos crímenes contra mujeres no han sido investigados”.
Cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a la fecha, tienen el registro de 96 mujeres asesinadas en distintos puntos del territorio guerrerense.
La política pertenece a la fracción del Partido Revolucionario Institucional e hizo un severo señalamiento: “otra injusticia es que estos asesinatos se quedan como casos sin resolver, es decir, todos están impunes y en el archivo muerto”.
Durante la entrevista, Robles Urioste destacó que ha sido testigo de cómo estos homicidios se atribuyen en su mayoría a que son cometidos por la “maña” y con eso basta para que les den carpetazo y, en consecuencia, que los culpables sigan en libertad.
Hay otro tipo de injusticias relacionadas con la violencia contra las mujeres,
Guerrero es un estado machista. Sus hombres y mujeres no le “temen a la muerte” y por ello enfrentan cualquier desafío que provengan de ellos o de ellas.
No es novedad. Ese es el carácter de los guerrerenses, sobre todo en la Costa Grande y en La Montaña. No es excepción Acapulco. Como tampoco lo son Ixtapa-Zihuatanejo, Chilpancingo, Iguala y Taxco.
Héctor Astudillo tuvo un accionar cuestionable en torno a respaldar a las mujeres. Sus fiscales -tuvo dos- nunca fueron capaces de reconocer que se trataba de feminicidios y los casos se tipificaban como homicidios dolosos.
Ahora, muchas mujeres que depositaron su voto por Evelyn Salgado, confían en que cumpla la promesa de ordenar investigaciones, cuando se trate de un caso de feminicidio, para someter a proceso a los responsables.
No es un ni será una tarea fácil de llevar a cabo.
Dos elementos se conjuntan: la falta de denuncia o la inacción de las autoridades cuando es presentada.
Tampoco será fácil consignar a los que están denunciados por violaciones. Recordar que su arribo a la candidatura por el Gobierno de Guerrero se originó por la cancelación de la que ya tenía su padre no solamente por no haber presentado informe de gastos de precampaña, sino por los escándalos producidos por presuntas violaciones, nunca confirmadas, aunque hubo denuncias, sin comprobar, de que Astudillo ordenó no proseguirlas.
La gobernadora tiene sobre sus espaldas la responsabilidad de regresar la paz en toda la entidad, pero fundamentalmente en Acapulco en donde se ha perdido el control de la seguridad y la violencia y la criminalidad, se han apoderado de la zona. Se habla de la presencia de cuando menos cuatro cárteles que pelean la plaza, al igual que en Iguala y poblaciones de la Costa Grande.
Por supuesto, hay que reorganizar las instituciones de seguridad incluyendo las policías municipales y contar con el respaldo de la Guardia Nacional, el Ejército y la Marina, porque Guerrero como Michoacán y Guanajuato son focos rojos de violencia.
Es probable que el presidente López ordene a los secretarios de Defensa y Marina y al comandante de la Guardia Nacional, diseñar una estrategia que permita ni solo a los guerrerenses sino a los miles de personas que poseen algún departamento o residencia y que han dejado de asistir a Acapulco por la inseguridad y regresar a disfrutar de la otrora llamada Perla del Pacífico.
Insisto: la gobernadora está obligada a atender el caso de los feminicidios, combatir la criminalidad con respaldo federal y rescatar la paz en la entidad, fundamentalmente en Acapulco, que languidece día con día y está por fallecer.
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