La Importancia de la Organización en la Administración Pública

*Organizarse Como Luchador Social Requiere Poca Estructura

*Actualmente hay Expertos en Acarreos y Manipulaciones

*En eso, la Capacidad de del Actual Gobierno es Impecable

*Y no Está Dando Resultados lo que se Rige por el Derecho Administrativo

*No es lo Mismo ser Gobierno y Apegarse a Derecho y Sujetarse a Principios

Por Ezequiel Gaytán

Los seres humanos, como otras especies del reino animal, aprendimos a organizarnos a fin de sobrevivir. La diferencia entre nosotros y el resto del mundo animal es que hicimos conciencia de nuestra capacidad crítica, mientras que las prácticas organizativas de los animales prácticamente no han cambiado, ni innovado. De ninguna manera insinúo o sugiero que ya dominamos a la naturaleza. Esa idea antropocéntrica ya está superada pues sabemos que a la naturaleza no la podemos someter. Simplemente nuestra especie ha logrado transformar más que el resto de los géneros de la zootecnia en materia organizacional.

Desarrollar lo que ahora conocemos como la Teoría de la Organización es un pilar que nos permite progresar científica y tecnológicamente, crecer en la economía y desarrollarnos como sociedad política en torno al Estado y sus instituciones. De ahí que saber organizarnos como sociedad es vital si aspiramos a una mejor calidad de vida y a heredar a las generaciones futuras un mundo habitable.

El actual gobierno llegó al poder, al menos por los siguientes tres factores. En primer lugar, por el liderazgo del candidato y hoy presidente de la República, en segundo por el hartazgo ciudadano de los gobiernos de Acción Nacional y del Revolucionario Institucional y, en tercero por su capacidad de organización de masas. Léase, su habilidad en el manejo de las células de organización y, no tengo la menor duda, por su excelsa comprensión de la Teoría Leninista de la Organización. Sin embargo, esa teoría sirve para la agitación de masas y los movimientos sociales. Cuando la izquierda bolchevique tomó el poder tuvo que transformar su organización en gobierno, para lo cual León Trotsky tenía mucha idea. Sin embargo, lo sabemos, finalmente triunfó en la conducción de la revolución José Stalin quien organizó un aparato burocrático centralizado, pesado, lento y tortuoso como pirámide isósceles en cuya punta todas las decisiones recayeron en una sola persona que a la larga fue víctima de una implosión. Desde entonces quedó claro que la organización de la Administración pública es diferente a la de los movimientos de masas. En otras palabras, organizarse como luchador social requiere poca estructura, entendimiento de la coyuntura y gran flexibilidad. Por su parte, la Administración pública es más importante, pues hablamos de un aparato burocrático formal, institucional y que se caracteriza, entre otras cualidades debido a que la gente pasa y las instituciones perduran.

En el actual gobierno destacan figuras conocedoras y expertas en acarreos y manipulaciones. Tal vez el caso más emblemático son esas juventudes morenistas que portan orgullosas sus chalecos de “Servidores de la Nación”, pues su misión es por un lado hacer llegar los apoyos sociales gubernamentales y, por el otro, transmitir la carga ideológica del partido oficial. En eso, la capacidad de organización del actual gobierno es impecable. Pero por lo que respecta a las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal que se rigen por los principios del Derecho Administrativo no podemos concluir que estén dando los resultados ofrecidos y mucho menos que la eficiencia y eficacia sean los pilares que rigen las bases de la actual organización gubernamental.

Lo anterior tiene una explicación. No es lo mismo ser oposición, comportarse críticamente y organizarse en brigadas y células bulliciosas, que ser gobierno, asumirse institucionalmente, apegarse a Derecho y sujetarse a los principios de la Teoría de la Organización que propone el establecimiento formal de sistemas y procedimientos. De ahí que este gobierno considera que si una ley no es justa o le estorba en la consecución de sus objetivos, puede ser violada. Lo cual a todas luces es un atentado contra el Estado de Derecho.

Llevamos poco más de dos años y medio del actual gobierno y hasta el momento sigue realizando malabarismos con el propósito de alcanzar la transformación ofrecida. Lo hace con mucha voluntad, pero sin el conocimiento de la Teoría de la Organización en Administración pública y su consecuente implementación. No me queda claro si la menosprecia, la considera neoliberal o simplemente piensa que es sustituible por la voluntad política. Aún más, el presidente de la República llegó a mencionar en una de sus conferencias mañaneras que con la desaparición del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI) se procedería a una reforma administrativa, pero -hasta donde sé- no se han hecho públicas la intención, el alcance y estrategia de esa reforma.  Mientras no se trabaje en ese rubro tan importante, pacifico, institucional y vital, pocos cambios se asentarán y trascenderán. Así lo ha demostrado la historia.

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