Con un Agujero en el Bolsillo y la Sangre Corriendo

Por Nidia Marín

Los bolsillos están agujerados por la falta de una correcta política de seguridad. El año pasado, por ejemplo, el impacto económico de la violencia fue de 36,893 pesos por habitante, aproximadamente dos veces el salario promedio mensual en México.

Y no lo digo yo, sino los expertos internacionales de El Índice de Paz México 2021.

No es todo, porque además se han incrementado los grupos de civiles armados en la república, sobre todo con la denominación de autodefensas. Aseguran diversos especialistas que ya suman más de 40. Sí, porque en este sexenio se han ido conformando nuevos ante el abandono gubernamental de la lucha contra el narco bajo la frase “abrazos, no balazos”.

A estas alturas, aunque lo nieguen las autoridades, casi la mitad de los estados del territorio nacional tienen autodefensas. Cada vez son más los civiles armados para defenderse de los delincuentes. Son: Michoacán, Guerrero, Jalisco, Chiapas, Oaxaca, Veracruz, Zacatecas, Estado de México, Nayarit, Colima, Puebla, Guanajuato, Tlaxcala, Tabasco y Tamaulipas.

Se estima que en 2020 el impacto económico de la violencia en México fue de 4.71 billones de pesos (US$ 221 mil millones), lo que equivale al 22.5% del PIB nacional.

Asimismo, dicho impacto económico de la violencia fue más de siete veces mayor que las inversiones públicas realizadas en atención médica y más de seis veces mayor que las realizadas en educación.

Además, el año pasado el gasto de México en seguridad pública y el sistema judicial fue igual al 0.73% del PIB, el menor de cualquier país latinoamericano o miembro de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

Explican que el gasto en seguridad pública disminuyó en un 31.4% entre 2015 y 2020, mientras que el gasto en el sistema de justicia se redujo en un 2.9%.

El homicidio representó el 47% del impacto económico de la violencia lo que equivalió a 2.23 billones de pesos (US$ 104.8 mil millones).

También expresaron que una disminución del uno por ciento del impacto económico de la violencia sería aproximadamente igual a la inversión del Gobierno federal en ciencia, tecnología e innovación en 2020.

De ahí que una vez más se presenta la problemática del incremento de los grupos de las autodefesas, ahora con muchos más distribuidos en la República.

Como se recordará estas agrupaciones fueron estrenadas en “La Ruana”, Michoacán por “El Abuelo” en contra de “Los Caballeros Templarios”.

Desde entonces fueron surgiendo otros en diversas entidades. Quizás el caso más doloroso es el de Guerrero con los niños armados y considerados autodefensas en contra del grupo de delincuentes “Los Ardillos”, grupo que por ejemplo en Chilapa lleva a cabo el trasiego de droga.

En enero de 2021 mataron en Nanchital, Veracruz a 12 autodefensas. Aseguran que en aquella entidad operan por lo menos 5 grupos de autodefensas.

Desde luego los grupos de delincuentes han aumentado, pero los principales siguen siendo en aquel estado: el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Zetas; mientras que las células son: Sangre Nueva Grupo Zeta, Grupo Sombra, Cártel del Noreste y Cártel del Siglo.

En Chiapas, los grupos se denominan “El Machete” y actúan en San Cristóbal las Casas y recientemente en Pantelhó. Aseguran que en esa entidad operan los Cárteles de Sinaloa, Beltrán Leyva, Cártel Jalisco Nueva Generación, San Juan Chamula y Los Zetas.

Michoacán desde luego no se salva. Operan CJNG, La Familia Michoacana y la Nueva Familia Michoacana, Los Caballeros Templarios, El Cártel de Tepalcatepec, Los Reyes, Los Correa, Los Viagra, Los Zicuirán y El Camaleón.

Es probable pues que en el año que corre se supere con creces el impacto económico de la violencia. Será mucho mayor a los 36,893 pesos por habitante.

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