“Anatomía de un Asesinato”

Del Cine y las Leyes

Radiografía de un Juicio

Por Horacio Armando Hernández Orozco

“Anatomía de un Asesinato” (“Anatomy of a Murder”), película estadounidense de 1959, dirigida por Otto Preminger, con la actuación de James Stewart (Paul Biegler), Lee Remick (Laura Manion), Ben Gazzara (teniente Frederick Manion), Arthur O’Connell (Parnell Emmett McCarthy), Eve Arden (Maida Rutledge), George C. Scott (Claude Dancer, fiscal del estado), Brooks West (Mitch Lodwick, fiscal de distrito) Joseph N. Welch (Juez Weaver) y Duke Ellington (“Pie-Eye”).

Laura, la atractiva esposa del teniente Frederick Manion, ha sido violada, por lo que en venganza el marido mata al violador; para el juicio, la mujer contrata al abogado Paul Biegler, que, tras no ser reelegido como fiscal, cada vez le interesa menos la abogacía y prefiere la pesca.

Está basada en la novela homónima de John D. Voelker, forma parte del AFI’s Top 10 en la categoría de “Películas judiciales”; en su momento fue considerada una cinta insigne al tratar un tema tabú en la industria del cine, como lo era la violencia contra la mujer, y sobre todo por ir en contra del Código Hays de la cinematografía.

CÓMO DEFENDER A UN HOMICIDA

Paul Biegler, un abogado de provincia, se hace cargo de la defensa del teniente militar Frederick Manion acusado de haber matado a Barney Quill, propietario de un bar, que según el dicho de su mujer la había violado; hay suficientes testigos del asesinato y el acusado, después de entregarse voluntariamente, ha reconocido el homicidio.

Cualquier otro abogado hubiese aconsejado declarase culpable y negociar una pena benévola, pero Biegler pondrá a prueba al sistema judicial para lograr una sentencia absolutoria.

En la entrevista que tiene el defensor con su cliente, le dice que un homicidio se defiende de cuatro formas: Que la víctima se privó de la vida (suicidio), que el acusado estaba en otro lugar (falta de responsabilidad), que el activo actuó en defensa legítima (causa de justificación) o que existió un motivo exculpatorio para hacerlo (inculpabilidad).

De entrada, se descartan las dos primeras estrategias de defensa, y cuando el teniente manifiesta que no presenció la violación y que había pasado más de una hora en que eso sucedió, la tercera táctica se derrumba, así que deberá justificar su acto frente al jurado.

LA ESTRATEGIA DE LA DEFENSA

Paul Biegler le pide a su alcohólico amigo y colega Parnell McCarthy que le ayude en la defensa del caso, y también se apoya en su secretaria Maida Rutledge; el reto es enorme, pero no imposible.

Si bien la violación de Laura, pudiese ser una motivación para haber cometido el homicidio, sería difícil conseguir una absolución, pues sólo existe la declaración ella, y además pasó más una hora de lo sucedido, por lo que a Manion le era exigible otra conducta, como era denunciar el hecho, y al ser cuestionado sobre ello manifiesta no tener ningún recuerdo del evento, por lo que puede ser elegible para una defensa por impulso irresistible, una versión de la locura temporal.

Para esta estrategia se requiere de un dictamen pericial que avale que en cuando sucedió el homicidio en realidad Manion tenía un trastorno mental transitorio ocasionado por la violación de su esposa, pero el fiscal del distrito local Mitch Lodwick, con la asistencia del fiscal general Claude Dancer, bloquearán cualquier mención de la violación como excusa de Manion para matar a Quill.

LA ASTUCIA ES EL NOMBRE DEL JUEGO

La fiscalía presenta el testimonio del doctor que realizó la autopsia, y al ser interrogado por la defensa le pregunta el motivo de por qué realizó una espermatogénesis al cadáver y que se obtiene de ese estudio; no obstante la objeción del fiscal, el juez Weaver acepta la repregunta, y el doctor señala que era con el fin de saber si el ocioso era estéril o no; pero ¿en un caso de homicidio qué tiene de trascendente el tema de la fertilidad del muerto?

Tras la insistencia del abogado defensor, el juez permite que el asunto de la violación forme parte de las deliberaciones, pero aclara que el delito que se está juzgando es el de homicidio.

Ahora, con la violación como tema del debate, la defensa podrá armar con más fortaleza su teoría del caso respecto a que el acusado actuó bajo un impulso irresistible cuando privó de la vida a la víctima.

Pero la fiscalía procura establecer que Laura coqueteó abiertamente con otros hombres, incluyendo al supuesto violador, y que ella pudo haber engañado a su esposo, porque él le pidió, que jurara con un rosario que Quill la violó; esto plantea la posibilidad de que el acto fue consentido.

LA PRENDA DE VESTIR

Laura da testimonio de que Quill la violó en su carro y que le arrancó sus pantaletas, pero las mismas no fueron encontradas en el lugar en que supuestamente sucedió el hecho.

El director de la cinta tuvo que lidiar para que apareciese continuamente la palabra “pantaletas” (una prueba irrefutable del juicio); la denominación de esta prenda femenina causa un diálogo divertido, pues el juez llama a los fiscales y al defensor para ver si existe otra palabra que pueda decirse en la Corte en vez de “pantaletas”; también batalló para que se pudiera mencionar con todo detalle la prueba médica forense de espermatogénesis, así como el tema de violencia de género, ya que a Laura la llegan a llamar “zorra” y se le juzga continuamente por su manera de comportarse y de vestir, además se deja ver un caso de maltrato por los celos continuos y arrebatos de violencia de su marido.

Como anécdota, el lenguaje usado en la película se estimó demasiado atrevido para la época, tan es así, que al padre de James Stewart le pareció la película más sucia que vio en su vida, recomendando en su periódico local no ir a verla.

El ser humano queda perfectamente reflejado, no es completamente blanco o negro, sino lleno de claroscuros, con contrastes y ambigüedades; el propio personaje central afirma: “como abogado he aprendido que la gente no es sólo buena o mala. La gente es muchas cosas”, el acierto en la cinta fue lograr que los buenos defendiesen al malo, y que los que le acusan (con toda la razón) pareciesen malos, al menos en lo que se ve del apasionado fiscal que se enfrenta al defensor en varias escenas del filme.

El espectador sabe que el abogado se esforzará por defender a su cliente, no porque crea en su inocencia, sino por algo realmente mundano: necesita dinero, así que empleará todas las argucias posibles para evitar la condena de un verdadero culpable de cometer un asesinato por unos celos provenientes de la violación sufrida por su pareja, una mujer que con su actuar coqueto enturbia los pensamientos de los hombres que pululan a su alrededor; pero ¿existe justicia en el momento en el que alguien que ha matado a otra persona sale en libertad gracias a esas argucias “legales”?

La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…

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