Ya no es Rumor la Desavenencia Política en Palacio

Por Alfredo Mejía Montoya

Si bien los tambores de guerra aún se escuchan lejos, los murmullos a voces se escuchan ya afuera del palacio, ruidos que hacen lo mismo, en las esferas más sensibles del país y no son precisamente voces libertarias, ni de nacionalismo a ultranza, sino todo lo contrario.

La llamada cuarta transformación que del país pretende la actual administración, va desvaneciéndose cada vez más, pese al esfuerzo que todas las mañanas se plantean para tratar de ocultarlo, y ya no es posible hacerlo, ya no hay margen de maniobra, y el poder por el poder denosta a quien pretende más poder, porque para ello requiere más poder del que cree tener, y busca la forma de cómo obtenerlo, aun así sea traicionando las promesas de campaña, haciendo a un lado a sus correligionarios que llegaron con él a la presidencia de la república o eliminando a sus opositores más radicales, creando ficciones jurídicas para quitarles el fuero mediante el juicio legislativo de procedencia.

Tan es así, que los cuadros básicos de la primera alineación del Gabinete se han ido reduciendo o los han ido retirando desde los primeros meses de la administración, van treinta meses y nunca en ninguna administración del “México democrático” hubo tantas renuncias tempranas, cambios o remociones como en esta administración. Los subsecuentes, y pese al periodo de hibernación que se presentó en forma fortuita por la pandemia, los más avezados prefirieron avanzar en sus posiciones, y más de uno se hizo notar por sus intenciones de lograr más poder, ¡dentro del mismo poder!

Más de uno han pretendido y llevado a cabo acciones contrarias a los deseos del dedo de palacio nacional y esas desavenencias aquí y en China (mas allá) se castigan (con la pena de muerte en China) a los que se sublevan o son disidentes, no importando las “buenas obras” y las finas encomiendas realizadas a su jefe mediato, nótese, que no al país… el caso Félix-Guerrero, es el fiel reflejo de la lucha intestina por el poder, y la ya visible aparición de diversos grupos que lo único que les importa es eso el poder por el poder, aun estando en contra de quién los invito a colaborar. No por el poder de servir al país y a la población, sobre todo a los pobres, que son la bandera del inquilino de palacio, que no se hace nada por ellos, solo ser más pobres, para que sigan dependiendo de las becas y dadivas del gobierno federal para su sobrevivencia.

Grupos que cada vez más, asoman la boina del ejercito al que pertenecen, y se van descubriendo poco a poco, tal parece que hubiera varios líderes o jefes de grupo y cada uno de ellos trae correligionarios, seguidores, aplaudidores o simplemente adeptos por el hueso o beneficios prometidos.

Mientras por un lado, el presidente Andrés Manuel López Obrador esta empecinado en centralizar las actividades rectoras de la nación en la producción de energéticos, llámese monopolio en energía eléctrica e hidrocarburos; por el otro, la batalla fratricida de la nomenclatura al interior del partido oficial, se hace cada vez más patente, magnificándose en la etapa política de elecciones, en donde cada una de las fuerzas vivas del Movimiento de Regeneración Nacional están tomando sus posiciones, ante las elecciones mismas, así como de los resultados de estas. Precisamente porque serán el antecedente mediato a las posiciones que cada uno de los grupos, de las tribus o de los equipos de la nomenclatura que pretenden tener para la segunda mitad de la presente administración.

Y por supuesto, ante la incertidumbre del inquilino de palacio, y por supuesto de todo el gabinete, el legal y el ampliado y de todos los que están adheridos al popote gubernamental, del temor de que en la próxima LXV Legislatura del Congreso de la Unión no llegaren a tener el control del mismo como hasta ahora lo tienen, envió una serie de reformas a las leyes rectoras de la actividad económica del estado, esto es, a la producción de la energía eléctrica, a la rectoría en materia de hidrocarburos, a la identidad de los ciudadanos en materia de datos biométricos, laborales y los contrapesos con organismos que proporcionan información del status del país en diversas materias, que al inquilino le incomodan cuando dan a conocer sus informes periódicos de acuerdo a su ordenanza legal e institucional, entre otras.

Leyes relativas a… la Ley de Energía Eléctrica, Ley de Hidrocarburos, Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación, El Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía Móvil, Ley Federal del Trabajo en materia del Outsoursing, Ley de Servicio Ferroviario, Ley Orgánica de la Fiscalía, y viene con toda seguridad la iniciativa de reforma administrativa en la que la propuesta sea que los organismos autónomos pierdan su autonomía y sean sometidos presupuestalmente por alguna de las Secretaría de Estado, la que sea, de todas formas perderían la rectoría autónoma, y se convertirán en apéndices de una dependencia que nada le importaran los informes, si llegaran a hacerlos, ya que al perder su autonomía presupuestal, sus tareas se convertirán casi a nada o a cenizas, y dependerían de un reglamento Interior de la dependencia a la cual fueran segregados.

Esto último, sí que sería desastroso para el país y su democracia, ya que uno de esos organismos sería el Instituto Nacional Electoral (INE) por la cancelación de las candidaturas por incumplimiento a la ley, de Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón a las gubernaturas de Guerrero y Michoacán, cuando ese mismo Instituto fue el que determinó el triunfo en las elecciones de 2018, de López Obrador concluyendo que fue él quien las ganó a la presidencia de la república, demostrando ser uno de los organismos más democráticos del país. Si no lo fuera, no lo hubiera proclamado como lo hizo, y pudo habérsele caído el sistema como ocurrió en 1988, en la Secretaria de Gobernación (SG) por conducto de Manuel Bartlett entonces titular de dicha dependencia, en la que el futuro del voto ciudadano estaba a criterio del gobierno en turno.

La visión país que tiene el presidente Andrés Manuel López Obrador tiene ya signos inequívocos de un régimen hacia el totalitarismo presidencial, autoritarismo o en su caso dictadura, por el cercano y peligroso acercamiento del Ejercito a funciones ejecutivas. Los movimientos de la desaparición de diversos órganos autónomos y la pretensión de eliminarlos todos, tiene solo una consecuencia, eliminar los contrapesos en la vida democrática del país, lo que no solo significaría un mayor retroceso en la vida política del mismo, sino un avance directo sin controles, sin vigilancia y sin árbitros a la función del poder presidencial.

De por si la falta de claridad y transparencia en las obras insignia de la administración, del presupuesto monumental para salvar a Petróleos Mexicanos (PEMEX) de la quiebra en que ha ido cayendo cada vez más, pese a las inyecciones financieras vía deuda pública, y del continuo ataque a los supuestos corruptos del pasado, que a treinta meses de su mandato nunca ha probado la corrupción que dijo existía al cancelar el NAICM de Texcoco, y esta figura (corrupción) parece que se está actualizando en las asignaciones directas de obra en las llamadas obras insignia.

Es claro, que quién tenga la mayoría en el Congreso de la Unión en la próxima legislatura, tendrá la posibilidad de dictar cualquier ley que favorezca al régimen, hasta convertirlo en otro; o servir de contrapeso a las ocurrencias provenientes de palacio nacional, y esa posibilidad la tendrá cada uno de los ciudadanos, dependiendo de su análisis a la gestión del presidente Andrés Manuel López Obrador, que puede traducirse en una pregunta capciosa, ¿ha sido pésima la gestión gubernamental en los últimos treinta meses? Entonces ellos, los ciudadanos decidirán con su voto secreto… su futuro.

freedomm

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