Spots de los Partidos: Desprecio, Amnesia y Verdades a Medias

Las Revueltas de Silvestre

Por Silvestre Villegas Revueltas

Como lo señalé en mi artículo anterior respecto a que constitucionalmente el camino para la sustitución del jefe del Poder Ejecutivo era tortuoso y expresamente complicado, en cuanto al menor, pero no tanto, asunto de la reglamentación de las campañas políticas, el INE y su consejeros que responden a intereses partidistas muy concretos, han dispuesto un galimatías reglamentario respecto a la normatividad de las pre??? y campañas políticas que en sus anuncios o spots reproducidos por radio y televisión señalan: “propaganda dirigida a simpatizantes del PRI, PAN PRD, MORENA, PT, VERDE” y un muy desagradable etcétera. Si tal fuera el caso, dichos anuncios irían directamente a los correos electrónicos, whatsapp, twitter y demás lindezas que en sus registros partidistas tienen semejantes institutos políticos de sus afiliados y simpatizantes. Si la mencionada reglamentación se hubiera realizado correctamente, el sufrido pueblo mexicano no tendría que chutarse cada X minutos una andanada de spots políticos francamente irritantes porque como se ha anunciado en el título de este artículo, los spots revelan muy a propósito un desprecio y amnesia frente a la memoria histórica del pueblo mexicano que sí tiene presente las tropelías que contra el patrimonio de la nación unos y otros han llevado a cabo en los sexenios más recientes. Dos perlitas, el día de hoy cuando se escriben estas líneas, los periódicos dan cuenta de la detención del gobernador priista y poblano Mario Marín, y de la llegada del empresario Alonso Ancira ligado a las tortuosas privatizaciones de los últimos gobiernos mexicanos.

El editorialista de Milenio Román Revueltas, que es probable no haya leído o descifrado las connotaciones de crítica social en la obra de su padre José Revueltas, se preguntaba: ¿por qué a pesar de los descalabros -a su juicio- experimentados por México y el pueblo mexicano resultantes de la pandemia durante el 2020, el presidente López Obrador sigue gozando de un amplio respaldo popular? La respuesta más sencilla y evidente es que para varias decenas de millones de compatriotas el proyecto de gobierno del Presidente sigue siendo una opción programática distinta a lo ya experimentado. Por lo menos del 2001 al fin de la administración de Peña Nieto los tres gobiernos del periodo no combatieron la corrupción, sino que se potencializó, fueron tolerando la espiral ascendente de la violencia y durante los 18 años de aquellos gobiernos, el aumento de los índices económicos promediados no alcanzó el dos por ciento de crecimiento: a todas luces insuficiente para generar una riqueza a ser disfrutada por el pueblo llano. Román, el pueblo sí se acuerda, pondera más objetivamente que otros y sigue teniendo ilusiones, a pesar de que sufre las estrecheces económicas que, ahora se complican con el tema pandemia y sus derivaciones en la salud pública.

Agregamos, lo verdaderamente terrible para el día de hoy es que los mexicanos no sabremos cuál hubiera sido el original y completo proyecto de nación de López Obrador a implementarse en la república, porque la pandemia resultante del Covid-19 está quebrando la economía de México y de otros países, la pandemia ha potencializado los resentimientos sociales, la pandemia ha obstaculizado hasta los más elementales aspectos de la vida diaria, y la pandemia está lejos de terminar porque el virus sigue mutando y porque el mercado internacional de las vacunas para el Covid ya mostró su lado más egoísta. Creo importante recordarles a los estimados lectores que a mediados del 2020 López Obrador se pronunció ante el pleno de la ONU en el sentido de universalizar el acceso a las vacunas e hizo un llamado a las compañías farmacéuticas para solidarizarse con las necesidades de los países pobres: México es uno de ellos. Por lo que está sucediendo en Europa acerca del enfrentamiento entre gobiernos de la Unión Europea, el del Reino Unido y los compromisos de las farmacéuticas por las vacunas contra el Covid, el mexicano clamó en el desierto, en tales días su petición fue señalada de ilusa, pero no se le puede negar su fundamentación positiva bajo la óptica de los derechos humanos.

Finalmente volvamos a la naturaleza de los spots partidistas. Me acuerdo hace años la idea era llevar a cabo campañas electorales más cortas; se había padecido una protocampaña -que decían no era campaña-, luego una precampaña partidista y finalmente una campaña electoral. Miles de horas desperdiciadas y un electorado francamente harto de campañas vacuas de unos y otros. Es obvio que las campañas son negocios para unos como aquellos que diseñan logotipos, producen entrevistas y ahora materializan banners y pop ups en la red, pero también hay otros que hacen de las campañas negociazos millonarios: la estafa maestra es la más conocida en los últimos tiempos, pero la lista es abultada. El INE y sus consejeros ciudadanos que repito son partidistas, han sido culpables de no establecer y reglamentar campañas más cortas (en España son solamente dos meses), de contenidos que tienden más a lo que ahora se llama infodemia que simple y llanamente son verdades a medias, o peor, mentira liza y pura; ya por último, como lo he sostenido de años atrás, el votante debe rechazar esos partidillos que surgen y mueren en una elección, resultan carísimos para las arcas públicas y son más bien negociazos de uno y varios vividores de la desgracia pública.

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