“No Embarazada”

Del Cine y las Leyes

Libre Decisión

Por Horacio Armando Hernández Orozco

“No Embarazada” (“Unpregnant”), un road-movie, escrita y dirigida por Rachel Lee Goldenberg, basada en la novela homónima de Ted Caplan y Jenni Hendriks; protagonizada por Haley Lu Richardson (Verónica Clarke), Barbie Ferreira (Bailey Butler), Alex MacNicoll (Kevin), Giancarlo Esposito (Bob), Betty Who (Kira Matthews) y Denny Love (Jarrod); cuyo estreno fue el 10 de septiembre de 2020 por HBO Max.

Verónica es una adolescente embarazada que descubre que no puede abortar en su estado natal de Missouri sin el permiso de sus padres, por lo que convence a su ex amiga Bailey de hacer un viaje por carretera a Albuquerque para que ella pueda abortar ahí.

Esta película del género de road-movie tiene una identidad propia, pues al igual que la pionera “Thelma y Louise”, las protagonistas son dos mujeres adolescentes que cuentan sus historias sin estar a la sombra de algún personaje masculino; la cinta toca básicamente dos temas: el aborto juvenil y la amistad verdadera frente a esta situación.

LO POSITIVO DE UN EMBARAZO JUVENIL

Verónica Clarke, una joven estudiante de 17 años, en los baños de la escuela, se hace una prueba de embarazo y es interrumpida por su ex amiga, Bailey Butler, quien ve que la prueba es positiva; así que la felicita, intempestivamente entran otras alumnas, así que Bailey se deshace de la prueba.

La escena posterior muestra a la joven pensando en qué momento quedó embarazada, pues su novio Kevin siempre usa condón, si decirles a sus padres o no, si seguir adelante con el embarazo o no; siente que su mundo se derrumba, pero lo que sí sabe es que debe tomar una pronta decisión.

La cinta está basada en una novela, pero parece ser un caso de la vida real que se presenta cotidianamente a las jóvenes, donde lo único positivo que ven es la prueba rápida de embarazo.

“MI VIDA, MIS DECISIONES”

Verónica decide abortar, así que busca clínicas en donde pueda ser atendida, pero descubre que el aborto está prohibido en Missouri sin el consentimiento de los padres, y el sitio más cercano en que no se exige este requisito es en Albuquerque, Nuevo México, a más de 1,500 kilómetros, pero carece de fondos para llegar allá.

Parece una cuestión menor, pero no lo es, pues aun cuando la autoridad permita legalmente abortar exigiendo el consentimiento de los padres de la menor embazada, ello puede generar problemas para la toma de decisiones.

El detalle está en que el aborto, visto como un derecho de la mujer, no puede ni debe depender de la voluntad o consentimiento de un tercero ajeno a la persona embarazada, inclusive tratándose de menores de edad.

Es una cuestión delicada, pero se debe ponderar el principio del interés superior del menor, y ello implica respetar su decisión, la cual es válida aún en su minoría de edad, de otra forma sería un derecho nugatorio en su ejercicio al condicionarse por el consentimiento de los padres.

En la Ciudad de México se permite el aborto de manera libre, siendo la primera entidad de la República donde está aprobado hasta la semana 12 de embarazo para evitar poner en riesgo la vida de la mujer.

La nueva Ley de los Derechos de las Personas Jóvenes de la Ciudad de México abrió la posibilidad para que las menores de edad puedan interrumpir su embarazo, incluso sin la autorización de sus padres.

Dicho ordenamiento da a las jóvenes de entre 12 y 18 años de edad la facultad de decidir plenamente sobre su cuerpo, lo que, de acuerdo con especialistas, les permite solicitar un aborto sin la necesidad de ir en compañía de un adulto, como lo establecen los requisitos del servicio de Interrupción Legal del Embarazo (ILE) del Gobierno capitalino.

Y EL NOVIO ¿QUÉ?

Verónica le comenta a su novio Kevin que está embarazada, y se sorprende cuando él reacciona a esta noticia proponiéndole matrimonio, pues después de haber tenido relaciones sexuales en su carro se percató de que el condón se rompió, pero omitió decírselo a ella.

Se reitera que la decisión inicial sobre tener o no al bebé es de la mujer, y también lo es sobre si se aborta o no; pero ¿también será decisión única de la mujer el embarazarse?

El artículo 4º de la Constitución Mexicana reconoce el derecho de toda persona a decidir de manera libre, responsable e informada sobre el número y el espaciamiento de sus hijos, pero ello no implica que la decisión de embarazar a una mujer sea un derecho del hombre; por lo cual, aunque la relación sexual haya sido consensuada, se entiende la molestia de la protagonista al saber que su novio no le informó oportunamente sobre la ruptura del condón, pues de saberlo ella pudo optar por otra forma de interrupción del embarazo menos riesgosa.

DECISIÓN LIBRE E INFORMADA

En el traslado a Alburquerque, Verónica y Bailey conocen a un matrimonio que amablemente se ofrece a llevarlas, pero lo que no saben es que esa pareja son férreos activistas ProVida, lo que genera un gran conflicto.

La educación sexual es básica en los jóvenes, y aunque existe una fuerte oposición a ello, es conveniente para evitar, no sólo embarazos no deseados, sino hasta enfermedades venéreas.

El tener relaciones sexuales a temprana edad debe ser una decisión libre y bien informada, al igual que la decisión de seguir con un embarazo o de su interrupción, entre mayor información veraz se tenga, más eficaz y certera será la decisión, sea cual sea esa decisión.

Por ello, la opinión de los grupos ProVida es válida, pero deben respetar la decisión que tome la persona que ha decidido abortar; y ese respeto trasciende a todos, se puede afirmar que el derecho a abortar es un derecho erga omnes, esto es, oponible a todos, comenzando con la pareja; tan es así que cuando Verónica le cuenta a su madre lo sucedido, rompe en llanto pensando que ahora la va a odiar de por vida, pero la señora le dice que aunque no esté de acuerdo con la decisión tomada, siempre la va a respetar y no sólo eso, sino a querer.

Al final Verónica ve que su ex amiga Bailey, aunque no sea una chica serie A, siempre podrá contar con ella, pues más allá de ser su acompañante en esta travesía, es una verdadera cómplice y apoyo moral no sólo en esta decisión, sino de por vida.

Según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición de 2012, en México, 23% de los jóvenes inician su vida sexual entre los 15 y 19 años, 14.4% de los varones admitieron que en su primera relación sexual no usaron condón y 33.4% de las jóvenes no emplearon ningún método de protección durante su “primera vez”; el 51.9% de las adolescentes informó haber estado embarazada alguna vez; y una de las principales razones de abandono escolar es precisamente por quedar embarazadas.

Después de ver estos datos ¿será válida la oposición a la educación sexual en las escuelas?

La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector.

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