México Seguirá Cargando la Cruz del Populismo en el 2021

Los Dados de Dios

*Sociedades Sobrepasadas por la Furia Populista

*Reacción a la Sensación de que el Mundo se Desmorona

*Las Motivaciones Políticas Sean de la Derecha o de la Izquierda

*Y la Cantaleta; Nada Debe Limitar la Boluntad del Pueblo

Por Nidia Marín

México concluye un segundo año con un gobierno populista, que no le ha funcionado a la República; tiempo en el cual la mayoría de lo 130 millones de mexicanos, en general sólo han recibido los perjuicios de las políticas aplicadas, lo que se reflejará severamente el próximo año que inicia en 16 días.

Pero como le gritan al pueblo de México desde diversas partes del orbe: ¡no estás solo! ¡no estás sólo! Y también “calma piojo que el peine llega” y por qué no la frase de Harry Truman que se ha aplicado sistemáticamente en los últimos 24 meses en nuestro país: “Si no les puede convencer, confúndalos”.

Y es que el gobierno mexicano de hoy no es una aguja en un pajar. No, hoy abundan en el orbe los mandatos de corte populista y los apoyos llegan quizás porque han sufrido las penurias derivadas del mismo o porque las noticias se riegan.

Hasta la ONU ha tenido que intervenir. En el ultimo informe del experto Internacional de Naciones Unidas, Obiora Chinedu Okafor, advierte sobre el populismo basado en los derechos humanos y también de los efectos negativos del populismo reaccionario en el disfrute de la solidaridad internacional.

En ese informe se ejemplifica al recordar:

“La Rusia estalinista y la Alemania nazi se usan con frecuencia como ejemplos de sociedades que, sobrepasadas por la furia populista, se convirtieron en sistemas totalitarios extremistas. Al igual que en los casos contemporáneos de populismo, las figuras carismáticas incrementaron su reputación y manipularon consignas generales, basadas en ideologías raciales o de clase, para apoderarse del espacio político.

Expone además:

“En la mayoría de las ocasiones, el ascenso de estos líderes se vio acelerado por dos factores importantes. El primero es que aprovecharon la ideología extremista ya latente en la conciencia de quienes apoyaban sus objetivos, consignas y planteamientos declarados, como las órdenes de disparar contra los refugiados y la erradicación del judaísmo antes mencionadas o la estigmatización de los musulmanes, los afrodescendientes y los latinoamericanos como bárbaros.

Y también precisa algo que pareciera contribuyó en México a lo que hoy tenemos:

“El segundo factor es que los dirigentes se prevalieron de la inquietud que sentían algunas personas de las sociedades pertinentes por la pérdida de estructura en sus sociedades, así como de la sensación concomitante -real o imaginaria- de que el mundo que las rodeaba se estaba desmoronando”.

Resalta en este último caso que “hay quienes consideran que la sensación de que el mundo se desmorona es una reacción distintiva a las dislocaciones sociales de la globalización. Es significativo que algunos autores hayan afirmado que los casos más recientes de populismo se han intensificado como resultado de, en primer lugar, la frustración por la naturaleza de la representación y la participación políticas y, en segundo lugar, la aparición de nuevos tipos de marginación social, existencia precaria y desencanto con las promesas rotas de la modernidad liberal.”

No es todo porque también lleva a reflexionar en que “existe la sensación de que se han roto promesas sobre la movilidad social y la mejora de las circunstancias materiales mediante la educación, la adquisición de nuevas habilidades y el trabajo duro”.

El informe aclara que si bien las formas del populismo son ¿negativo y positivo? Explica:

“Si bien las formas contemporáneas del populismo están entrelazadas con demasiada frecuencia con las motivaciones políticas de la derecha, la descripción del fenómeno no debería detenerse ahí, o presentaría una imagen sesgada e incompleta. Lo cierto es que existen muchas modalidades diferentes de populismo. Según David Molloy, los partidos populistas pueden ubicarse en cualquier lado del espectro político, y algunos están en el izquierdo.

Sin embargo, manifiesta, “ Mudde añade que los populistas que más triunfan en la actualidad pertenecen a la derecha, en particular la derecha radical. Así pues, aparte del populismo radical de derechas más conocido, por ejemplo, el del movimiento Tea Party en los Estados Unidos, también ha habido populismo constitucional y populismo de izquierdas.

Además, resalta que existen otras variedades como el populismo agrario, el socioeconómico, el xenófobo, el reaccionario, el autoritario y el progresista.

¿Cuál será el de México?, se preguntará usted lector. No especularemos porque el informe señala que “la característica común a todos estos tipos de populismo tiende a ser la hostilidad hacia las élites, que en ocasiones es difusa, lo cual podría facilitar considerablemente su instrumentalización por casi cualquier tipo de ideología, ya sea de izquierdas o de derechas.

“Por tanto -agrega- partiendo de la definición proporcionada por Paul Taggart, se argumenta con frecuencia que el populismo es camaleónico y se adapta sin cesar al entorno que lo rodea. Por consiguiente, se tiene la impresión de que el populismo en sí carece de valores básicos y su contenido ideológico es muy reducido. No obstante, según Jordan Kyle y Limor Gultchin, el populismo

tiene dos características esenciales. La primera es que el “pueblo auténtico” está enzarzado en un conflicto con “los de fuera”; en este caso, esa expresión no se limita necesariamente a los inmigrantes o las personas de origen extranjero.

“La segunda característica es que no deberían imponerse límites, o apenas ninguno, a la voluntad del pueblo auténtico. Estas dos afirmaciones que enfrentan a “nosotros” contra “ellos” encierran las principales características de los populistas y sus mensajes, creencias y estrategias de movilización.

Y esto nos compete.

“La primera estrategia consiste en dividir a las personas entre las de dentro y las de fuera; a continuación, los populistas crean un estilo político en el que se identifican con el pueblo auténtico. Una vez que han separado al pueblo auténtico de los de fuera y se han identificado con dicho pueblo, los populistas proceden a usar todos los medios disponibles para definir y deslegitimar a aquellas personas que consideran las de fuera.

“A continuación o de manera simultánea, los populistas acentúan las divisiones entre el pueblo auténtico que han construido en las esferas ideológica y social, y los de fuera, exagerando las divisiones por medio de algún tipo de retórica de crisis. En cada paso de este proceso, los populistas proclaman sin ambages que nada debe limitar la voluntad del pueblo”.

Por dos años así ha sido ¡que terror!

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