López-Gatell ¿es el Segundo Trump?

*Desoye el Reclamo de Tedros Adhanom Ghebreyesus

*“El Mensaje, Para Todo el Mundo”, no es Para México

*Brasil También Recibe el Llamado Para Actuar en “Serio”

Por Alberto Almazán

Cuando la pandemia actuaba con todo rigor en Estados Unidos y las muertes y contagios mostraban un acelerado crecimiento, Donald Trump amagó y cumplió el 7 de julio con abandonar a la Organización Mundial de la Salud por “estar bajo control de China”.

El 30 de noviembre, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus envió el siguiente mensaje en su cuenta oficial de Twitter:

“La situación en #México es muy preocupante. Los números muestran que el país está en mala situación.

Cuando suben los casos y también las muertes es un problema muy serio y pediríamos a México que sea serio. Esperamos que todos los líderes den ejemplo”.

@DrTedros

#COVID19

#México sigue gravemente afectado por el #COVID19.

A todos los líderes del mundo les diríamos que es muy importante que sean un modelo en el uso de mascarillas. La gente requiere comunicación muy clara. Si lo que ven en un cartel, no lo cumplen las autoridades hay confusión”.

Ese mismo día, en su conferencia nocturna Hugo López-Gatell, señaló:

“No le tengo que responder nada a Tedros, como director de la OMS siempre son valiosos los comentarios en la conferencia de prensa, pero la agenda informativa del país enfatiza algunos elementos que los buscan posicionar” (sic).

¿Siguiendo los pasos del casi expresidente de Estados Unidos?

¿O es una copia de lo ocurrido en 2006 cuando su hoy jefe mandó al diablo a las instituciones?

Pareciera que sí en ambos casos.

Desoír el mensaje de quien tiene la responsabilidad global de advertir el manejo de pandemias o de enfermedades no controlados y desconocidas, es colocarse por encima de todo el equipo científico que conforma la OMS.

Tedros Adhanom Ghebreyesus no habla de su ronco pecho ni fija la mirada en determinado gobierno por el prurito de “caerle mal”. Se dirige al mundo y específicamente cuando se trata de naciones que han descuidado el dique para contener el coronavirus, con el conocimiento de los científicos del mundo que han estado trabajando para descubrir la vacuna que frene al letal virus que tiene al mundo en jaque desde hace un año.

Aplicando hágase la ley en los bueyes de mi compadre, López-Gatell se dirigió al gigante de América Latina:

“Creo que Brasil debe tomárselo muy muy en serio. Es muy preocupante. Si toman el número de muertos la semana del 2 de noviembre es de 2 mil 538 y ahora estamos en 3 mil 876”, comentó.

No obstante su rechazo a tomar en serio el problema de la pandemia –“se lo dice a todo mundo”, afirma con soberbia el vocero sanitario del Gobierno federal- reconoce que México continúa en una fase de ascenso que probablemente se exacerbará hasta enero.

LAXITUD, SÍ… AUTORITARISMO, NO

Cuando el 28 de febrero se reconoció el primer fallecimiento por contagio del coronavirus y se estableció que la pandemia era de importación, tanto el presidente López como el debutante en el púlpito presidencial de Palacio Nacional, Hugo López-Gatell, señalaron que “México está preparado desde hace tres meses (sic) para hacerle frente” y se anunció que diariamente se daría información.

Conforme pasaron los días y comenzó a notarse incremento en las muertes y hospitalizaciones, surgieron los pronósticos del epidemiólogo subsecretario de Salud. Calculaba unas 6 mil personas que perderían la vida, más tarde elevó el número a 8 mil y de ahí brincó a 30 mil.

Y cotidianamente se hablaba de que la “curva” llegará a su pico en mayo y que podría haber celebración del Día de las Madres. El pronóstico falló y la alarma creció cuando en una entrevista con un diario extranjero el vocero sanitario estimó que una cifra catastrófica será la de 60 mil muertos.

La catástrofe ocurrió. Hoy México tiene registrados 107 mil muertos y un millón 110 mil contagiados.

Desde hace un mes, el coronavirus repuntó de manera alarmante y mientras en Francia, Italia, Alemania y España se tomaban medidas drásticas que llegaron hasta el toque de queda, en México el presidente López y su vocero insistieron: el cubrebocas no sirve, no habrá medidas restrictivas “porque no somos autoritarios, no somos un gobierno como los de antes” y responsabilizaron a los ciudadanos del cuidado personal y familiar para no contagiarse ni contagiar a otros.

La laxitud con que se opera el semáforo epidemiológico y que otorga la facultad a cada entidad de tomar las medidas que considere pertinente, ha ocasionado que los hospitales tengan ocupación superior al 50 por ciento de su capacidad que López-Gatell admita que México continúa en una fase de ascenso que probablemente se exacerbará hasta enero.

A pesar de las múltiples ocasiones en que se informó que la curva “esta aplanada”, hoy el reclamo del director de la Organización Mundial de la Salud es considerado como uno dirigido al “mundo, no a México”, aunque el texto del Twitter mencione al país por su nombre.

¿López y López siguen los pasos de Trump?

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