La campaña de vacunación contra el COVID-19 en Rusia arrancó este sábado en Moscú, que se convirtió así en la ciudad pionera en el empleo del preparado ruso Spútnik V, que hasta ahora había sido administrado únicamente a militares y voluntarios, en el marco de las pruebas clínicas.
El comienzo de las vacunaciones en la capital coincidió con un nuevo récord de contagios diarios tanto en la ciudad como el conjunto del país, con 7 mil 993 y 28 mil 789 nuevos casos de coronavirus, respectivamente.
Para ello , se han habilitado centros de vacunación en setenta policlínicos de Moscú, a los que en la primera etapa de la campaña pueden acudir personas de entre 18 y 60 años pertenecientes a grupos de riesgo, como profesores, sanitarios o trabajadores sociales.
La vacunación, de carácter voluntario, se efectúa mediante cita previa, que se solicita a través de internet en el portal de servicios del Ayuntamiento.
Todo el procedimiento lleva aproximadamente una hora, ya que incluye un examen médico, la preparación de la vacuna (hay que descongelarla en el momento) y un período de observación de media hora tras haber sido suministrada.
La vacuna se administra en dos dosis, por lo que las personas que la recibieron este sábado tendrán que volver dentro de tres semanas para que se les inyecte la segunda.
En una hora, en el centro de vacunación de la filial 8 del policlínico de consulta y diágnostico Nº 121 fueron vacunadas cuatro personas.
El personal del centro se negó terminantemente a proporcionar información sobre el número de las personas vacunadas hoy y también de las que han pedido cita para las próximas dos semanas.
Según el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, miles de personas ya han solicitado cita para ser vacunadas y los planes de Ayuntamiento prevén que la campaña alcance hasta a siete de los casi 13 millones de habitantes de la ciudad.
“Como ocurre con cualquier vacuna, esta puede provocar debilidad y un ligero aumento de la temperatura corporal en las primeras 24 horas después de su administración”, advirtió la directora del policlínico Nº 2 de Moscú, Natalia Shindriayev, en declaraciones a la agencia RIA Nóvosti.
La doctora recalcó que se trata de una “reacción absolutamente normal“.
Sin embargo, las encuestas muestran que la población no es muy proclive a vacunarse.
Según un sondeo publicado por el portal SuperJob.ru, solo el 9 por ciento de los rusos está decidido firmemente a vacunarse contra el COVID-19 y el 21 por ciento se muestra favorable a ello, mientras que el 80 por ciento restante manifiesta reticencias.
“Más de 20 mil personas recibieron las dos dosis de la vacuna en el curso en las pruebas clínicas y solo enfermaron (de COVID-19) 273, el 1.5 por ciento”, afirmó este viernes la teniente alcalde de Moscú, Anastasía Rákova, al subrayar la eficacia de la Spútnik V, la primera vacuna registrada por el Ministerio de Sanidad de Rusia.
El preparado, que utiliza como vector adenovirus humano, fue desarrollado por el Centro Gamaleya y el Fondo de Inversiones Directas de Rusia (FIDR), tiene una eficacia de más del 95 por ciento, de acuerdo con sus creadores, y el precio de las dos dosis es de 20 dólares.
Rusia trabaja además en la distribución masiva de otra vacuna, la EpiVacCorona, desarrollada por el Centro Estatal de Investigación de Virología y Biotecnología Véktor.
Este compuesto fue registrado en Rusia en octubre pasado, pero los resultados de la fase III de los ensayos clínicos en cuanto a eficacia aún no han sido publicados.
Una tercera vacuna rusa, desarrollada por el Centro Chumakov, está preparando la fase III de ensayos clínicos.