Con un Gobierno Retro, el País se Hunde a Grandes Zancadas 

Lascas Económicas

*Las Decisiones Basadas en el Petróleo y Sacar Dinero de las Arcas 

“A ver si no, Como en los Setentas, se Decide el Señor por la Maquinita 

Por Jaime Contreras Salcedo

En años recientes, no pocos de nuestros políticos han ido a contrapelo de la Historia. En los setentas, por ejemplo, cuando la economía del mundo se abría a grandes zancadas, México ratificaba que lo suyo, lo suyo, era seguir fortaleciendo al mercado interno, si acaso vendiendo al vecino del norte que tantos pingües negocios nos había representado… en los cuarentas y cincuentas, desde luego.

Cuando entramos al GATT y después en la OMC, ya para los ochenta, el país estaba muy rezagado y naciones como las asiáticas nos habían comido el mandado sin miramientos. Empezaba el desarrollo de la informática y, claro, nos fuimos para abajo, a pesar de los esfuerzos de algunos economistas locales a quienes se les trataba de minimizar o, de plano, hacer a un lado. Era la época de los bancos estatizados y saqueados, por si hay algunos en el foro que lo recuerden.

Cuando, a principios de los noventas, se decidió desde la cúpula política y financiera que era el momento de integrarnos a Norteamérica y le pedimos a canadienses y estadounidenses que nos dieran chance de entrarle al tratado que ellos estaban cincelando, de nuevo, nos dimos cuenta que casi casi era nuestro último tren a la modernidad comercial, y aunque el texto era bueno, lo checamos y re checamos, los intereses y el imperialismo de nuestro principal socio, siempre impidieron que creciéramos más de lo que nos prometía Carlos Salinas de Gortari. Y el resto de los presidentes que le sucedieron.

Con Fox y Calderón, como sabemos, las cosas no mejoraron, pese a que entonces se tuvieron los mejores precios internacionales del petróleo de que se tuviera memoria. Con sencillez y estupidez supina, no pocos analistas y sedicentes críticos de estos personajes dicen que se robaron esos millones y millones de dólares petrolíferos. No necesariamente. Solo precisaríamos que los dilapidaron a lo bestia, beneficiando a unas cuantas manos y (mal) salpicando a los de abajo, mientras crecía otro fenómeno hasta entonces soterrado: el narcotráfico y la violencia que conlleva.

Peña se cuece aparte. En términos reales le valió un pepino la economía, entre muchas otras cosas, y se dedicó a frivolizar la investidura presidencial, mientras otros le manejaban el país con múltiples corruptelas y sandeces. Le tenía sin cuidado eso de la sociedad y los pobres, nos consta, mientras se le tomaran fotos con la banda femenina mientras le gritaban que les hiciera un hijo o, ya de perdis, les diera un beso. La nación se deshacía allá abajo.

Y con el factor esperanza por delante, el último que se pierde según los sociólogos, arribó al poder Andrés Manuel López Obrador. El pequeño problema, más allá de los que le heredaron, ha sido su escasa visión sobre cómo resolver las cosas, la ineficacia e impericia de su equipo, el autoritarismo e ignorancia de los que ahora operan y, nuevamente, el tratar de ir a contracorriente de lo que se presenta en el mundo, como si éste se hubiera detenido en la séptima década del siglo pasado. O tal vez en la sexta.

Porque eso y no otra cosa es lo que se está viendo en México, amigos. Al estilo peronista, castrista o echeverrista, estamos asistiendo a la feria de los abalorios versión Siglo XXI: apostarle al petróleo, regalar dinero a los seudopobres (mascotas, según el preclaro), insistir en el trabajo de las paraestatales como salvadoras de la patria, combatir en el papel a la corrupción –mientras se fijen solo en los bueyes de mi compadre- es este regreso al futuro que nos están asestando.

Lo único malo es que, como en otras épocas no tan lejanas, por cierto, las cosas lejos de remediarse se complican mucho más cada minuto que pasa. Los combustibles fósiles siguen retrayéndose, ahora el mundo se cierra y se torna más proteccionista que nunca, la visión de dar más empleo mediante obras faraónicas (en donde el ejército juega un papel protagónico y, dicen los que saben, con acciones poco transparentes y derechas) también se ha caído. Para muy alcanza el dinero que mal se recaba vía impuestos y lo malo es que si no hay una profunda reforma fiscal el payaso se enseñoreará sobre nuestras cabezas, pero a ver quítale eso de la cabeza al sedicente jefe de las instituciones.

Y, encima, vino la pandemia y nos alevantó.

Para enfrentarla, cómo no, buena parte de los países se está endeudando acorde con sus posibilidades y tiempos, tomando en cuenta que los grandes prestadores, FMI y Banco Mundial, andan de oferta con tasas bajas y en algunos casos, no modo, a fondo perdido, y los beneficiados apostándole a su gente y con la certidumbre de que así acelerará su desarrollo tras el brote y ahora el rebrote acelerado del Covid-19.

Tenemos una línea de crédito disponible con el Fondo Monetario Internacional por 62 mil millones de dólares, a tasa baja. No es necesario usarla toda, de golpe, pero sí sería más que útil aplicar buena parte en estos momentos, Pero aquí dicen que no. No vaiga a ser que se aparezca el diablo y lo acusen de incongruente.

El resultado, como es de esperarse, es toda una ralentización de nuestro crecimiento o, mejor dicho, una suerte de resignación, muy a la mexicana, a que no habrá recuperación ni salida para la banda y debemos acostumbrarnos a ello. ¿De veras no habrá?

Pues como es corta la vista, cortas son las respuestas y nulas las soluciones reales. Ya ni siquiera se tendrán placebos medidos en becas para viejejitos, desempleados, comerciantes informales, estudiantes pobres o madres solteras, medidos en votos en este 2021. Ni cómo ayudarles.

Ya se lo hemos dicho, pero le repetimos: el petróleo no es ni será la salida. Le entramos a las energías renovables como negocio realmente, o vamos a tronar como ejotes y como país, así de simple. Pero, mientras, a los pobres primero, sí, pero con qué. Ya no habrá dinero para elecciones, señor presidente.

¿Querrá echar a andar la maquinita, precisamente, como en los setentas? Upsssss.

Por lo pronto, estas Lascas Económicas trabajan junto a muchas angulares piedras para decirle al que toma decisiones que urge se mueva en otra dirección, o al menos encontrar una, caramba, porque él se irá en 2024, pero ¿qué legará a su sucesor? Amanecerá y veremos. Nos vemos la otra semana. Jacs95@hotmail.com.

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