La mal Llamada Contrarreforma Energética

*Pemex Consume Recursos Fiscales sin Plan de Retorno

*Su Producción se Encuentra Contraída y Caen Precios

*Reduce sus Aportaciones al Presupuesto de Egresos

*La Extracción en su más Bajo Nivel en 40 Años

Por Alberto Almazán

Como parte de la destrucción de las reformas estructurales que se aprobaron al inicio del sexenio de Enrique Peña Nieto gracias a la conformación del Pacto por México, el gobierno de Andrés Manuel López decidió cancelar todo lo relativo a la energética, suspender contratos, desconocer acuerdos y dedicar más de 200 mil millones de pesos del Presupuesto de Egresos de la Federación en sus ejercicios 2019 y 2020 al “resurgimiento de Petróleos Mexicanos” por ser parte histórica del país y con el objetivo primordial de “terminar con la privatización de los recursos energéticos”.

Desoyendo a los especialistas en la materia y a los financieros globales y locales, el gobierno emprendió “el aumento en la extracción” de manera desordenada aunque con logros que se vinieron abajo por la caída del precio y el acuerdo con la OPEP de reducir 100 mil barriles en la producción.

La Secretaría de Energía (Sener) a cargo de Rocío Nahle mostró su desacuerdo con los países productores de petróleo y se negó a reducir en 300 mil barriles, como lo pedían todos los miembros del organismo, y el gobierno de Estados Unidos “apoyo a México” poniendo sobre la mesa 200 mil barriles de su producción local.

Las exportaciones bajaron a causa del menor consumo de petrolíferos por el efecto de la pandemia del Covid-19 que orilló a miles de aviones en el mundo a quedarse en tierra; las medidas de mantenerse “asilados en la sana distancia” que aplicaron todos los países y ciudades afectadas por la presencia del Coronavirus contrajo la compra de gasolinas para autos.

Los precios logaron recuperarse y en cuanto a México todavía no le alcanzó su estimación en el Presupuesto de Egresos de la Federación. Dos elementos actuaron en contra de la petrolera: menor exportación y bajos precios.

De acuerdo con la información oficial que Pemex está obligada a entregar a la Bolsa de Valores de México, la caída en la producción-extracción registrada en julio pasado es la más significativa en los últimos 40 años. En 1980 la producción alcanzó un millón 720 mil barriles al día contra el millón 595 mil del mes pasado.

¿Qué llevó a la reducción de extracción?

No hay un documento que explique la caída. Tampoco razones técnicas y menos aún la admisión de agotamiento en los pozos.

La petrolera mexicana se encuentra en picada, “caída libre” dirían los especialistas, en cuanto a su producción, extracción, prospección y ventas.

Cifras que no dejan mentir: el valor de las ventas internas de la empresa del Estado por hidrocarburos sumó 39 mil 856 millones de pesos, lo que implicó una caída de 42.5 por ciento en comparación de los 68 mil 380 millones alcanzados en julio de 2019.

Números concretos y que nadie explica la razón de su existencia: De enero a julio, las ventas internas llegaron a 273 mil 120 millones de pesos, lo que representó una caída de 41 por ciento. En igual periodo de 2019 las ventas sumaron 463 mil 473 millones.

EXPORTACIONES EN EL TOBOGÁN

Después de ser uno de los países con mayores exportaciones por la existencia de Cantarell, virtualmente agotado por el exceso de extracción, México perdió espacios en el mercado internacional. Sin embargo, se logró mantener una plataforma de extracción y exportación siempre arriba del millón 800 mil barriles diarios. El mayor cliente de Pemex fue y es Estados Unidos.

El reporte de la petrolera referente a los primeros 7 meses de 2020 no deja duda sobre el comportamiento en materia de exportaciones.

De enero a julio, el valor de las exportaciones de crudo sumó 7 mil 827 millones de dólares, que representó una caída de 44.1 por ciento, comparando cifras con los 14 mil 16 millones reportados en ese lapso en 2019.

No obstante la volatilidad del mercado y el bajo consumo interno, la producción se incrementó en 0.35 por ciento con respecto a 2019 al pasar de millón 670 mil barriles  diarios, de un millón 676 mil en los siete meses del año.

Al entrar en detalle, la petrolera informa que sin incluir la producción de sus asociados, logró promediar una extracción de un millón 575 mil barriles por día, lo que representó una caída de 4.7 por ciento en comparación con lo logrado en julio de 2019, cuando la media fue de un millón 654 mil.

Por donde se le quiera examinar, la información revela resultados negativos.

Ello propicia que las calificadoras globales estén por quitarle el grado de inversión lo que representaría incremento de intereses de la deuda de 104 mil millones de dólares y no tener acceso a nuevos créditos para impulsar su capacidad productiva.

Además, hay que observar, dicen los especialistas, que Pemex mantiene una balanza deficitaria con sus proveedores que han tenido que reducir personal o bien solicitar créditos nacionales e internacionales para mantenerse en operación.

Los efectos negativos, no todos atribuibles a problemas externos, se presentan cuando el gobierno del presidente Andrés Manuel López decidió cambiar las reglas del juego- establecidas constitucionalmente y en leyes secundarias- de lo que el sostiene fue “la mal llamada reforma energética” que no solamente afecta a Pemex sino a la CFE y a las empresas que en ambos casos participaron en las Rondas celebradas para abrir a la inversión privada hidrocarburos y generación de energías limpias.

Para el cierre del año, los expertos en la materia estiman que Pemex estará al borde de la quiebra real, no técnica como actualmente se encuentra, porque no se advierte mayor consumo en el exterior y tampoco en el interior.

Nada fácil para el gobierno federal dejar de apoyar financieramente a Pemex pero más difícil es seguir inyectando miles de millones de pesos sin un plan de negocios viable.

 

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