El Avión, el Avión

La Tiendita de los Horrores

Por Emilio Hill

Vaya asunto el de La Isla de la fantasía ( Jeff Wadlow, 2020), estrenada en Estados Unidos poco antes de la pandemia, se puede decir que sus resultados económicos son modestos pero lejanos al fracaso. Llegó a los cines el pasado 14 de febrero, antes de que el destino nos alcanzara y costó 16. 7 millones de dólares, su recaudación total fue de 47 millones. No es el éxito del año, pero dado el contexto tampoco se puede llamar a fracaso.

Sobre todo si la comparamos con otras adaptaciones fílmicas de series setenteras u ochenteras recientes. Para no ir más lejos, la vergüenza dentro de la industria cinematográfica mundial de fines del año pasado Ángeles de Charlie (Elizabeth Banks, 2019) que entregó resultados mundiales más bien malos. La nostalgia vende pero cuando se instala en la corrección, el público objetivo, los mayores de 35 y el Box Office cobra muy caro el fracaso.

La película se basa en la serie setentera creada por Aaron Spelling y lanzó a la fama a la bella Farra Fawcett quien solo estuvo en una temporada. Eso sí su calendario ha trascendido generaciones.

La mayoría de las veces estas adaptaciones quedan como mera curiosidad. Son en el mejor de los casos citas referenciales o curiosidades fílmicas. Ahí está Starsky y Hutch de 2004, que ni la dirección del hábil – eso, hábil- Todd Phillips, convertido en una celebridad reciente por Joker pudo hacer que se convirtiera en una franquicia. El largometraje está basado en la famosa serie transmitida por la ABC entre 1975 y 1979.

El filme en cuestión, funciona como parodia de la idea original y ese es quizá su único acierto. De hecho, la ambigüedad sexual de los protagonistas en mucho más clara en el largometraje, protagonizado por Owen Wilson y Ben Stiller con su respectivo cameo de los protagonistas originales: Paul Michael Glaser y David Soul.

Y nos podemos seguir con otros ejemplos, el filme remake de Los Dukes de Hazzard (Jay Chandrasekhar, 2005) que tomaba la idea original del programa transmitido por CBS entre 1979 y 1985. Si bien es cierto que al largometraje no le fue mal, las expectativas en Estados Unidos eran más altas.

En el caso de la adaptación cinematográfica de La  Isla de la Fantasía  el gran juego radica en que es una precuela del programa televisivo transmitido entre 1977 y 1984. Es un dato duro que dentro de la historia de la televisión norteamericana, el final de los setenta y la primera mitad de los ochenta tuvieron una suerte de época dorada.

El programa era protagonizado por el mexicano Ricardo Montalbán y el francés Hervé Villechaize, como su ayudante Tatoo. Son míticos los pleitos de los actores en el set, hasta que Villechaize, amenazó con abandonar la serie. Cuando por fin lo hizo, La Isla de la fantasía sobrevivió una temporada.

El actual filme lo protagoniza Michael Peña, con una versión del Señor Rourke  algo más joven que el inicio de la serie y el gran viraje consiste en que el género es de horror. Es decir, los invitados de la Isla no son virtuosos sino bastante mezquinos.

La idea en general no es mala y está bien ejecutada, pero hay que entender  que requiere de cierta nostalgia vivida o prestada en el peor de los casos a través de TCM, para poder entender la propuesta del filme.

No se perfila en el horizonte una secuela. Los resultados fueron de un éxito discreto y en México llega en un pésimo momento de estreno: la gente aún no acude a los cines. A principios había más expectativa con el largometraje. Será quizá en un futuro corto un producto de streaming.

Y es que mucho del público cautivo de la serie es también sector vulnerable ante la actual pandemia.

Los protagonistas no se ven chicos ante el avión el  avión, ni lucen acomplejados por el reto, pero no ha caído el estreno como anillo al dedo.

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