Premio Mayor, Premio Mayor…

Punto de Vista

*A Pocos Interesa Llevarse al Gordo…es Diabético e Hipertenso

Por Jesús Michel Narváez

A bordo del no avión presidencial, cuyo nombre no debe ser el de José María Morelos y Pavón sino el de Agustín de Iturbide, Antonio López de Santa Anna o Carlos Salinas de Gortari, el presidente López casi canto: Premio mayor…premio mayor…

Rompiendo su palabra de no subir nunca al “avión que ni Obama tiene”, el residente de Palacio Nacional decidió que ese era el escenario más adecuado para promover la venta de cachitos de la Lotería Nacional con premio mayor, premio mayor del avión-no-avión presidencial que se sorteará el 15 de septiembre.

Ante el fracaso de las ventas billetes, cuyo premio mayor, premio mayor, decidió que sería uno de los gritones que cantan los números que van saliendo del bombo metálico aunque no para decir el del ganador o ganadores sino para pedir que compren los cachitos.

Parece que la cena ofrecida a los empresarios –chocolate con tamales de chipilín- y en la que les sacó la promesa de comprar miles, cientos de miles de cachitos para la rifa, mediante “documento firmado” solamente por algunos, no ha sido del todo real. A los hombres del dinero no les agradan las viandas tan escasas y menos cenar sin un buen vino tinto con etiqueta de Vega Sicilia Único por la que pagan 19 mil pesos en restaurante o 14 mil 100 en distribuidora.

Y tampoco el presidente López ni su director de Lotenal, Ernesto Prieto Ortega, consideraron que más de un millón de empleados de alto, mediano y mediano bajo niveles perdieron su empleo y que difícilmente han podido nadar en el ancho mar de la pandemia para no ahogarse. Comprar un billete es comprar un sueño, una ilusión. Para adquirirlo se requiere dinero, dinero que no existe en estos tiempos. Los compradores asiduos de Lotería y Pronósticos somos aquellos que no somos ricos y que esperamos la mano de Dios para que saque el o los números que tenemos en el bolsillo o en la cartera vacía.

La falta de una campaña que despierte la empatía del jugador con la propuesta presidencial y que justifique la razón por la cual se les engaña con el pretexto de que el avión se rifará y no será así al final del ejercicio, es probablemente la otra razón por la cual se acumulan en los expendios el cúmulo de billetes.

A estas alturas no parece que los funcionarios, a los que se les obligó por memorándum a colocar billetes entre los empleados, logren el propósito ordenado.

Por ello, sin el quepí y el saco rojo y el pantalón azul o la falda blanca, el presidente casi clamo: premio mayor, premio mayor…

Seguramente se quedará en casa… no sé de quién, pero nadie se llevará al gordo diabético que tiene Covid-19.

E-mail: jesusmichel11@hotmail.com, Twitter: @jesusmichelMx, Facebook: Jesus Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por ABC-Radio en el 760 de AM.

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