La Caída Será Brutal

*Calificadoras, Organismos Globales y Bancos, Prevén Hasta 12% de Pérdida

*Será el PIB más Bajo en la Historia; Supera con 5 Puntos la Crisis de 2008

Por Joel Armendáriz

Cuando el segundo semestre del año está por concluir, los escenarios planteados por calificadoras, organismos globales, bancos, financieras, Banco de México e INEGI pronostican una caída del PIB entre 9 y 12 puntos, lo que representará que el país podría perder su grado de inversión y tardar cuando menos un lustro para recuperarse.

Sin embargo, la economía tendría que crecer al ritmo de 3 por ciento anual para que al término de la gestión del presidente López alcance lo que se tenía en 2018.

Fondo Monetario Internacional (FM), Banco Interamericano de Desarrollo, Bank of America, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), entre otros en el mundo global; y Banco de México (Banxico), Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), BBVA (México), Citi Banamex (México), Santander (México) y Banorte, entre otros estiman que el país se sumergirá en un profundo pozo del que solamente podrá salir con inversiones, generación de empleos, participación de la iniciativa privada en obras de infraestructura y desarrollo.

Las calificadoras globales: Moodys, Merrill Lynch, Standard and Poor’s, DBRS, Fitch Ratings, HR Ratings, JCR (Japan Credit Ratings), han seguido con profundo interés el comportamiento de la economía mexicana desde el momento en que el presidente López inició su gestión.

Observaron que en 2019 contra los pronósticos oficiales de un crecimiento superior al 2.7 por ciento del PIB, que equivalía a 2 décimas más sobre el registrado en 2018, terminó por ser deficitario en menos 1 por ciento. La caída no contabilizaba desde la crisis de 2008, cuando desde Estados Unidos se contaminó la economía global.

Hoy todas coinciden en que habrá un derrumbe colosal y que el pronóstico más “alentador” se fija en un decrecimiento de 9 por ciento del PIB. Los más preocupados –y quizá realistas- estiman una disminución de hasta 12.7%.

La crisis económica se agudizó por la pandemia del Covid-19 que orilló al Gobierno federal a cerrar empresas no esenciales, con lo cual el Sistema de administración Tributaria (SAT) no recaudó lo programado. No hay datos oficiales que revelen a cuánto asciende la pérdida por cuanto al cobro de impuestos. Mañosamente se manejan las declaraciones anuales como parte de la recaudación de este año, aunque correspondan a las actividades del 2019; también se incorporan como impuestos de este año la recuperación, hasta ahora, de créditos fiscales por un monto de 28 mil millones de pesos.

El turismo fue considerado de las actividades no esenciales y el impuesto del IVA, generado a raudales en hoteles, restaurantes, líneas áreas, transporte terrestre, dejó de fluir por espacio de 100 días con el consecuente deterioro de la recaudación.

Las evaluaciones descontaron la baja en el precio del petróleo y la carga de la deuda oficial. En sus análisis, los especialistas de las calificadoras y de las instituciones financieras, recomiendan endeudarse, dejar atrás el superávit primario de 1 por ciento e invertir en actividades productivas y no solamente en programas sociales.

Sin embargo, en palabras del presidente López, la “caída no fue tan grande” y asegura que la economía mejorará rápidamente con la creación de “cuatro millones de empleos al finalizar el año (2020). Considera empleos las becas a los aprendices que forman el programa Jóvenes Construyendo el Futuro, Sembradores de Vida, los trabajadores que participan en el Aeropuerto Felipe Ángeles –que lo construye personal de la Defensa Nacional-, en el Tren Maya, en la refinería de Dos Bocas y en el Tren Transísmico.

En el caso de los becarios, no se pueden considerar empleos formales porque si bien reciben atención del IMSS, no cotizan y tampoco pagan impuestos por los ingresos percibidos debido a que el salario mínimo no los cubre.

Los analistas observan que los ingresos por impuestos, gravámenes y servicios que percibe el Gobierno federal serán insuficientes para cubrir los programas sociales y frenará las inversiones de infraestructura.

Banxico estimó la “caída como la más brutal y rápida de que se tenga registro”, mientras el IMSS confirmó que se perdieron millón 300 mil empleos formales –no se contabiliza el subempleo o el informal- y el INEGI evaluó que unos 12 millones de personas engrosarán las filas de la pobreza, que se sumarán a los casi 50 millones, 12 de ellos en extrema pobreza, conocidos por los estudios realizados desde hace dos décadas.

Para los expertos no pasó inadvertido el uso discrecional que hizo el Gobierno federal de los recursos del Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios, 300 mil millones de pesos, que en 2019 utilizó cerca de 140 mil millones y en el presente ya agotó el diferencial: unos 160 mil millones de pesos.

Apuntan en sus análisis que ese dinero, ahorrado en 18 años, se utilizó con opacidad porque hasta el momento no se ha informado en que se aplicó. El Fondo se creó el 26 de abril de 2001 durante el gobierno de Vicente Fox Quezada y continuó el ahorro con Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, quienes incrementaron la suma.

En síntesis: todo apunta a una larga noche y no se vislumbra ninguna luz al final del túnel.

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