El “Chivo Expiatorio” Vigente en México

A la Vuelta de la Esquina

*Es una Costumbre de la Gente en el Poder

*Los de Echeverría, López Portillo, De la Madrid y Salinas

*También de Zedillo, Fox, Calderón, Peña y AMLO

*Reciente de los Diputados: Hugo López-Gatell

Por Iván Ruíz Flores

En México hay en hilera centenares de “Chivos expiatorios”, en espera de ser utilizados por los gobiernos en turno. Ya que en estas latitudes existen expertos gubernamentales en el “Chivo Expiatorio”, acción que no se modifica con el paso de los sexenios.

Así, por ejemplo, aseguran que “el chivo expiatorio” de Luis Echeverría Álvarez, fue Alfonso Martínez Domínguez; el de José López Portillo, la banca; el de Miguel de la Madrid fue Jorge Díaz Serrano; el de Carlos Salinas de Gortari, “La Quina”, Joaquín Hernández Galicia, líder petrolero; el de Ernesto Zedillo, fue Raúl Salinas de Gortari; el de Vicente Fox o de los “Amigos de Fox”, Lino Korrodi; el de Felipe Calderón, fue Pablo Salazar Mendiguchía; el de Enrique Peña Nieto, Guillermo Padrés; y el (o la) de Andrés Manuel López Obrador, Rosario Robles.

Apenas algunos han tratado de avanzar y que las normas sancionen a quienes así actúan, pero es una intención que no fructifica, porque culpar al que pasaba por ahí, llegó de emergente o produce envidia, aparte de que “la regó” es el indicado para cargar con el muerto.

Y más allá de que las prisiones estén saturadas de “chivos expiatorios” y las leyes en México no lo contemplan ni para bien ni para mal, hoy dicha figura está, en el candelero, además, porque como señala Amadeo Corchado Paulino en la Plataforma Digital de Derecho, Ciencias Sociales y Humanidades, con motivo del brote global de Covid-19:

“La defensa del ego desempeña un papel importante en el chivo expiatorio, en el que los sentimientos incómodos como la ira, la frustración, la envidia, la culpa, la vergüenza y la inseguridad se desplazan o se redirigen a otra persona, a menudo más vulnerable. Los chivos expiatorios (forasteros, inmigrantes, minorías, desviados) son entonces perseguidos, lo que permite a quienes tienen tales sentimientos descargarse y distraerse de sus sentimientos negativos, que son reemplazados o superados por un sentido crudo pero consolador de afirmación e indignación”.

No todo queda ahí porque desde luego que en otros escalones de la política abundan los chivos expiatorios. Hay un personaje que en un corto lapso en este año pasó de haber sido ex estrella de rock en su juventud, a ser en menos de dos meses (marzo y abril) del aciago 2020 héroe de la pandemia, después villano de alguna televisora y rematar, hasta ahora, como el chivo expiatorio de los diputados.

Sí, encabezados por su presidente Mario Delgado, le cargaron al subsecretario de Salud y vocero de la pandemia, Hugo López-Gatell Ramírez, la responsabilidad de que no se llevara adelante la instalación del periodo extraordinario de sesiones durante la fase 3 de la pandemia y, por lo tanto, no pudieran sacar adelante (en estos momentos) la abusiva iniciativa presidencial para eliminar tácitamente a la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública y el Ejecutivo quedarse con la manipulación de los recursos económicos.

Señala Ramón Cota Mesa, en Letras Libres, al explicar “El Chivo Expiatorio y los Orígenes de la Cultura”:

“El sacrificio del chivo expiatorio pone fin a la crisis por el hecho de que su elección es unánime. Ahora bien, si las rivalidades vuelven a empezar después de cada conclusión sacrificial es porque siempre aparecen nuevos objetos que suscitan nuevos deseos, los cuales provocan a su vez nuevas rivalidades que son calmadas a través de nuevos sacrificios, práctica que puede permanecer indecisa durante mucho tiempo, pero que siempre acaba inclinando la balanza a favor de los dioses”.

Dice Cristina Oehmichen, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, en su trabajo publicado en Scielo Analytics denominado “Los imaginarios de la alteridad y la construcción del chivo expiatorio: Trump y el racismo antinmigrante”:

“…Es una pauta cultural que surge en contextos de incertidumbre, y en cuya emergencia suelen coincidir elementos de verosimilitud con lo inverosímil; los hechos reales y objetivos con acontecimientos imaginados, pero igualmente creíbles”.

El asunto es que están en hilera en este sexenio para ser utilizados, responsabilizados y al final sacrificados centenares de “chivos expiatorios”.

A lo mejor Usted, como se llame, ya está marcado.

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