Por Nidia Marín
Rebasando los muertos de algunas de las, batallas, las guerras y las pandemias que han ocurrido en México, con el actual Covid-19 ya estamos sobrepasando a varias. Tenemos más bajas que en las batallas de Chapultepec (250) y la Batalla de Puebla (83) y la intervención estadounidense en Tabasco (5 en la primera batalla y 674 en la segunda).
Estamos, en nuestra realidad, acercándonos peligrosamente a contar con más fallecidos que en la Guerra de Reforma, donde 8,000 mexicanos murieron o a la Segunda Intervención Francesa en la cual fallecieron 20,000.
En cuanto a nuestras pandemias y epidemias, sin contar las tres (o más) ocurridas en México en el siglo XIX, sólo mencionaremos las del siglo XX y lo que va del XXI, como fue entre 1902-1903, “la peste negra” o “Bubónica” y en 1918 la Influenza Española que dejó 500,000 muertos en México.
Quizás alcancemos (¡ojalá no!) a la epidemia de paludismo iniciada en 1940 y que dejó 24,000 muertes por año hasta finales del siglo. Ya en la nueva centuria, en 2002 se declaró erradicada. ¡Pero, lástima margarito ya viene de regreso! Entre 1948-1955, la Polio y sus 1,100 infectados; en 2009, la Influenza A/H1N1 sobre la cual la OMS reconoció, en México, al concluir diciembre, casi 70 mil casos confirmados y alrededor de 1,000 muertes.
En la actualidad es peor. En estos tiempos el primer caso confirmado de Covid-19 en México, aseguran, ocurrió el 27 de febrero de 2020. Hoy rebasamos los 2,600 muertos y probablemente los 30,000 contagiados, cifras que se dispararán este fin de semana, con el denominado “pico de la pandemia”, de acuerdo a las proyecciones de la Secretaría de Salud, en voz del subsecretario Hugo López-Gatell.
Por ello, sea sensato, reflexivo, no le juegue al ganador, porque en este tipo de pandemias, como a veces en la vida, suena la campana y se acaba el recreo. Sí, como en la tómbola: todos pierden. Esta guerra no la va ganar usted, sea hombre o mujer si no se queda en su casa. Aunque tampoco sea garantía, es una posibilidad.
El ingreso a México del primer caso no es culpa de nadie. Sin embargo, la ausencia de otras medidas puestas en marcha a tiempo desde el gobierno en turno, la falta del suficiente equipo por haber llevado adelante la locura de venderlos a China cuando ya la pandemia estaba en el país, se ha traducido en que los contagiados en muchos casos mueran. Mejor hubiera sido lo contrario a lo dicho por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard en su momento:
“Si tu tomas una decisión de esas en una crisis, y dices nadie va a exportar porque yo lo necesito, en el futuro, en ese momento México se convierte en un país en donde nadie va a invertir, porque no eres confiable, pues para que voy a poner una planta para hacer una parte o un insumo si un día me los vas a suspender, en ese momento lo que haces es que México deja de ser un país confiable para la exportación, lo cual hubiera sido un impacto estructural , si recordamos en el mes de febrero estábamos por terminar la negociación del tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá, una medida de esa naturaleza yo diría, por señalártelo así ,casi suicida, eso en lo económico”, dijo.
Hay quienes consideran que mejor hubiera sido tomar el riesgo y luego, en todo caso, trabajar para recuperar la confianza.
Hoy, abundan los contagiados, y los muertos no caben en algunos panteones o son apilados para ser incinerados. No son exactamente las escenas que ocurrieron en Ecuador, pero estamos a punto. Sí, lo sucedido en hospital de Lomas Verdes con los cadáveres apilados o los hallados en una funeraria no dejan lugar a dudas.
La saturación hospitalaria y la abundancia de decesos son una realidad, triste, muy triste e indignante. Y aun faltan por lo menos 30 días para cruzar el peor bache de la pandemia.
¡Ya basta de llevar agua al molino político al aprovechar esta tragedia!
¡Que Dios, la ciencia, la habilidad y sensatez de los funcionarios en la capital del país y en toda la República nos ayuden!
