La pandemia obliga: es hora de decisiones. Para la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, eludir responsabilidades no es opción, y sin buscar perfiles de autoritarismo llama a repensar la vida en la ciudad mediante un proyecto destinado a fortalecer las instituciones de gobierno.
“Cuando hablamos de una ciudad de derechos, y que somos parte de un movimiento nacional, nos referimos justamente a eso, al rescate del Estado. A nosotros nos corresponde el gobierno de la capital del país, y en ese marco, con toda su magnitud, no pensamos en recurrir a un Estado autoritario o antidemocrático, sino caminar en el sentido de la recuperación de los grandes derechos, a fortalecer instituciones. ¡Imagínate, quisieron privatizar el IMSS y el Issste, pero gracias a que aún existen es que podemos atender a esta pandemia!
Hubo en toda la época neoliberal la orientación de desaparecer los grandes derechos y privatizar la salud y la educación. Hoy recuperamos el valor de un Estado que tiene que ser fundamental en la planeación, en la garantía de esos grandes derechos, en lograr una población sana con sus grandes derechos a salvo.
La jefa de Gobierno está sentada en la cabecera de la mesa de mando del llamado C5, desde donde se monitorean gran parte de las calles de la ciudad. Concede una entrevista videograbada. Han pasado 65 días desde aquel viernes al final de febrero, cuando se dio la noticia de que la pandemia se había colado a la ciudad, y aunque niega haber caído en desesperación, señala que hay grandes preocupaciones.
Sheinbaum se niega a comparar desgracias: No es lo mismo el sismo de 2017 que esto, pero se tiene que dimensionar la problemática. “Es una pandemia, tiene alcance mundial, es difícil la comparación, pero si vemos el número de personas fallecidas nos damos cuenta –por el sismo, la cifra oficial de muertos fue de 228; hoy, en el tiempo de la pandemia, ya casi se llega a 500 en la ciudad– de que va a tener gran amplitud. El número de personas que pierden la vida, gente con nombre y apellido, va a seguir creciendo entre la gente que los médicos llaman en situación de vulnerabilidad porque padecen de enfermedades que los colocan en ese rango.
Es una situación compleja, insisto; es difícil porque a lo mejor uno no ve la impresión que causa un sismo, un edificio que se cae, que se derrumba o que tiene problemas, pero a nivel de toda la población quedarse en casa también tiene efectos muy importantes, el distanciamiento físico, la sana distancia afecta a millones, y no solo aquí, en todo el mundo, particularmente en la Ciudad de México, donde habitamos 9 millones de personas que hemos visto afectada nuestra cotidianidad. El cierre de negocios, el tema económico en general. Hoy ese es otro choque.
Sin titubeos, Claudia Sheinbaum asegura que el pasado cobra facturas. “Esto pudo haber sido mucho peor, más grave de lo que está siendo. Evidentemente, no podemos minimizar lo que está viviendo la ciudad, el país, las distintas ciudades del mundo, todos los habitantes del planeta, y me refiero a que nosotros hemos estado trabajando en cuatro esquemas:
El primero tiene que ver con el acercamiento a la comunidad científica y el desarrollo de la enfermedad para tener una visión de qué es lo que iba a pasar en la ciudad, y se creó un modelo que hemos estado siguiendo, y que nos ha permitido prepararnos con tiempo para la situación que ya vivimos.
“La segunda fue una fase preventiva, y desde la ciudad iniciamos algunas acciones previas, naturales por las características de la zona metropolitana del valle de México y de esta ciudad: sana distancia, freno de algunas actividades no prioritarias; después, cerrar otras, y al final, el llamado a la fase 3. Estimamos que de no haberse aplicado todas estas medidas, hoy la capacidad hospitalaria para atender a enfermos de Covid-19 estaría desbordada; el problema sería hasta cinco veces mayor al que tenemos.
“La tercera es el trabajo coordinado entre la instituciones de salud del gobierno de México. Todos los días, por lo menos desde hace tres semanas, nos reunimos de lunes a sábado, y de lunes a domingo si es necesario, para tener certeza de los datos, del número de personas que hay en cada hospital, la disponibilidad de camas, la medidas que se deben aplicar.
Por último, la preparación científica, la planeación para la entrada del Plan DN-III y de Marina, y además el apoyo económico que hemos dado, en la medida de nuestras posibilidades, a la población más vulnerable para que pueda soportar de mejor manera esta situación