La Pasión Sacrificada por el Covid-19

Reportaje

Por Susana Vega López

La escenificación de la pasión, crucifixión, muerte y resurrección de Jesús en diversos lugares del mundo es una representación que atrae a millones de visitantes por lo que, en estos días de pandemia por el Covid-19, no asistir a la realización de esta conmemoración es un gran esfuerzo que llama la atención pues en algunos lados fue impositiva y, en otros, por acuerdo, la acción de no llevarla a cabo.

Y es que todos pierden (económicamente) al tiempo que ganan (la posibilidad de no resultar contagiados) al no reunirse en estas tradiciones que en ciertos rincones del país forman parte de los usos y costumbres de la comunidad.

En Iztapalapa, la Pasión de Cristo se llevó a cabo sin público. Este ritual que se realiza desde 1843 y que en los últimos años congregaba hasta más de tres millones de personas que asistían a ver esta representación, ahora se tuvo que seguir en redes sociales.

Si bien son cerca de 40 los actores que comenzaron a representar su personaje el Domingo de Ramos -que este año fue el pasado 5 de abril- eran miles los personas que acudían a representar a los nazarenos que iban caminando codo a codo siguiendo a los personajes protagónicos que ahora tuvieron que ser sometidos a protocolos de salud, guardar la sana distancia en los ensayos para prepararse y hacerlo bien en el día especial, además de que los lugares por donde pasaron fueron sanitizados previamente para garantizar que todo estuviera bien.

Las medidas para prevenir que la gente se contagiara fueron estrictas; la alcaldesa Clara Brugada fue tajante: que la población vestida de nazareno se abstuviera de salir en esta fecha, por esta ocasión. Además de que cerraron los accesos al Cerro de la Estrella. Sin embargo, no faltaron las personas que desoyeron el consejo sin importar más que cumplir con sus mandas religiosas.

Esta tradición, que es una de las más antiguas  en su género no sólo en México sino en todo el mundo, no tuvo los espectadores que por siempre o por primera vez se acercan por curiosidad, devoción o simplemente para saber, para vivir esta experiencia. Millones de asistentes entre los que se encuentran turistas nacionales y extranjeros tuvieron que conformarse con ver la transmisión por internet.

Mientras tanto, en San Luis Potosí, esta vez el silencio fue total en la Procesión del Silencio, una de las tradiciones más representativas del fervor religioso, la cual se realiza desde hace más de 65 años en una ceremonia similar a la de Sevilla, España.

En esta ocasión no se presentaron las cofradías tradicionales ni se realizó el recorrido por las principales calles del Centro Histórico de la ciudad capital de esa entidad que siempre reunía a cientos de miles de espectadores que respetuosamente guardan las formas.

Este año no se llevó a cabo, pero fue conmemorada a través de una exposición fotográfica en el Museo Regional Potosino, la cual lleva el nombre de “Procesión del Silencio: Origen, trayectoria y trascendencia”.

La exposición se inauguró el viernes 10 de abril, el mismo día y hora en la que la Procesión del Silencio tendría lugar en las calles, con gente encapuchada. Posterior a la apertura de la muestra fotográfica se dio un recorrido por ella y aquellos interesados la disfrutaron a través las redes sociales del Instituto Nacional de Antropología e Historia, las del Museo Regional Potosino o bien las del H. Ayuntamiento de San Luis Potosí.

La exposición ofrece una historia contada a través de fotos de la tradicional Procesión del Silencio en la capital potosina. Esta muestra presenta 60 fotos cuidadosamente seleccionadas de las diferentes épocas y celebraciones de este ritual, las cuales han sido capturadas por prestigiosos artistas como Eduardo Meade, Juan Mauricio, Eloisa Nisimura, Sergio Vallejo y Roberto Ramos. El público también conoció más a fondo detalles sobre sus 31 cofradías, el recorrido que sigue la marcha, el significado de todos sus elementos y los cambios que se han realizado a lo largo del tiempo.

Otras procesiones que reunían muchos espectadores como las de Taxco, Guerrero, y la de Zacatecas no se llevaron al cabo a causa de la emergencia sanitaria ni tampoco las de colonias de cualquier lugar para atender el llamado de quedarse en casa y así evitar que los contagios se elevaran exponencialmente. El viacrucis lo vivimos todos.

Esperemos que el próximo año todo vuelva a la normalidad y turistas nacionales y extranjeros asistan y disfruten de todo lo que se perdieron este año: vendimias en general de comida, antojitos y bebidas, artesanías de todo tipo y el colorido de estas conmemoraciones.

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