A las Puertas de la República Están los Horrores que Vienen

Tema Principal

*El Incierto Futuro de los Trabajadores en la República  

*Peligro Actual: la Pérdida de un Millón 700 mil Plazas

*El Coronavirus Despertó del Letargo al Sector Salud

*El Mejor Pretexto Para Adquirir Insumos sin Licitación

*Lo Peor Está por Venir, Advierten los Especialistas

Por Gerardo Lavalle

Recesión y Coronavirus ponen en riesgo la estabilidad política, social y económica ante la debilidad de las decisiones gubernamentales para frenar la epidemia que afecta al 90 por ciento de los países del mundo.

La economía se desmorona, cuando el peso cae, la bolsa pierde, el precio del crudo se hunde en aguas profundas, las exportaciones se reducen, así como los ingresos por remesas, turismo e inversión extranjera directa.

Las calificadoras globales y los organismos financieros internacionales, prevén no solamente cero-crecimiento del PIB, sino que pronostican una caída hasta del 7 por ciento, lo que obligará al gobierno de Andrés Manuel López Obrador a modificar el ejercicio del gasto público.

En materia de salud, el Covid-19 parece ser imparable. Sin medicamentos que frenen o controlen la epidemia de manera comprobada no se abre más la puerta para sanar a los que ya están infectados y menos a los que están por venir.

Sin embargo, es esperanzadora la instalación y adecuación de hospitales que podrían recibir hasta 1,400 pacientes de terapia intensiva.

La declaratoria de emergencia sanitaria por el Consejo de Salubridad General (un acuerdo, no decreto) abre la puerta para instaurar el Estado de Excepción.

El artículo 29 constitucional señala en su primer párrafo:

“Artículo 29. En los casos de invasión, perturbación grave de la paz pública, o de cualquier otro que ponga a la sociedad en grave peligro o conflicto, solamente el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, con la aprobación del Congreso de la Unión o de la Comisión Permanente cuando aquel no estuviere reunido, podrá restringir o suspender en todo el país o en lugar determinado el ejercicio de los derechos y las garantías que fuesen obstáculo para hacer frente, rápida y fácilmente a la situación; pero deberá hacerlo por un tiempo limitado, por medio de prevenciones generales y sin que la restricción o suspensión se contraiga a determinada persona. Si la restricción o suspensión tuviese lugar hallándose el Congreso reunido, éste concederá las autorizaciones que estime necesarias para que el Ejecutivo haga frente a la situación; pero si se verificase en tiempo de receso, se convocará de inmediato al Congreso para que las acuerde”.

Esta medida podría ser adoptada al finalizar el nuevo periodo de aislamiento voluntario en los domicilios que concluye el 30 de abril. No obstante, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha señalado que no se tomarán acciones de obligatoriedad en contra de los mexicanos para confinarlos en sus hogares.

CONFLICTO IP VS TRABAJADORES

En el acuerdo en el Consejo de Seguridad Nacional no se prevé la relación de los trabajadores con los patrones y ambos quedan en el limbo jurídico.

El presidente de la Coparmex, Gustavo de Hoyos Walther, explica que los trabajadores podrían ser despedidos sin las liquidaciones correspondientes o los empleadores estarían indefensos ante las demandas laborales que pudieran presentarse.

Porque el acuerdo no menciona en una emergencia sanitaria que el cierre de una empresa o la ausencia de un trabajador por motivo del aislamiento ordenado, el empleador deberá seguir cubriendo los salarios y prestaciones al trabajador, aunque no asista a sus labores. Tampoco exime a la empresa de llegar a acuerdos para no cerrar definitivamente.

Ante la crisis económica, el gobierno federal ha descartado todo apoyo fiscal para las empresas de cualquier tamaño, lo que las orilla a ponerse en los límites de su flujo financiero, que podría obligarlas al cierre total, generando un altísimo desempleo, estimado hasta ahora en la pérdida de un millón 700 mil plazas.

COMPRAS SIN LICITACIONES

Frenada la adquisición de medicamentos y equipos para hospitales desde diciembre de 2018 por la llamada compra consolidada del sector salud, la llegada del Covid-19 se convirtió en el mejor pretexto para adquirir equipos y fármacos sin licitación.

El presidente reconoció públicamente que por la urgencia de atender a quienes se infecten y requieran hospitalización, hubo necesidad de comprar sin licitación 5,000 ventiladores a proveedores chinos y que se pagaron por adelantado. No reveló la cantidad que se pagó.

Aunque durante los últimos meses del año pasado el director general del IMSS, Zoé Robledo, le organizó a López Obrador una gira por 200 hospitales ubicados en todo el territorio nacional y el informe sobre los faltantes de equipo, plazas (médicos, enfermeros y personal en general) y fármacos se conocía desde noviembre pasado, no se proveyó a los nosocomios de lo que aún carecen.

Durante 2019, el Gobierno Federal decidió desmantelar el Seguro Popular para suplirlo por el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (INSABI) sin dotarlo de equipo, médicos y fármacos, lo que ocasionó que cerca de 59 millones de personas dejaran de recibir atención y que, incluso, niños con cáncer carecieran de los tratamientos correspondientes, lo que generó el colapso de la atención médica a lo no registrados en el IMSS y en el ISSSTE.

A pesar de los reclamos de gobernadores, afiliados al Seguro Popular y de la sociedad civil en general, el INSABI demostró su incapacidad.

El Coronavirus despertó del letargo al sector salud y de inmediato se anunció, aunque no se ha comprobado todavía, la compra de equipos y suministros médicos para hacer frente a la epidemia, a pesar de conocerse que no hay medicamento o vacuna que venza al virus.

En este abrir de ojos el Gobierno Federal determinó la participación del Ejército y la Marina para sumarse al esfuerzo nacional.

También anunció la creación de un consejo asesor, conformado por especialistas en diversas disciplinas de la medicina y la salud.

LA CRISIS ECONOMICA

La falta de previsión por los posibles efectos del Covid-19, cuyo inicio se dio a finales de diciembre de 2019, tomó por sorpresa a la economía mundial. Por si fuera poca cosa el daño que se presumía causaría el coronavirus, la reyerta entre Rusia y Arabia Saudita por la producción petrolera, propició la caída de los petroprecios hasta niveles no vistos desde 1981

Semanas más tarde (la pasada) ya con el Covid-19 en plena acción en todo el mundo, se presentó la caída de la Bolsa de Nueva York cuatro por ciento y las bolsas de Estados Unidos tres por ciento.

En México, la debacle petrolera mundial causó estragos en la industria nacional de hidrocarburos al cotizarse el barril de crudo en 10 dólares, cuando en el Presupuestos de Egresos de la Federación para 2020 se estimó un precio de 49 dólares.

Aunque se compraron coberturas para soportar una posible caída, las mismas no cubren el total de la producción mexicana.

El problema para México es que Pemex es la empresa petrolera más endeudada del mundo y las calificadoras la bajan de rango y arrastra a la deuda soberana.

Juntos, Covid-19 y caída del precio del crudo, a los cuales se suma la cancelación de Constellation Brands y la confirmación presidencial de que el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas, el Aeropuerto de Santa Lucía y el Corredor Transísmico no se suspenderán, han generado entre los financieros nacionales e internacionales severos cuestionamientos.

Estiman que Dos Bocas debería ser cancelada y el Tren Maya pospuesto. Avalan el nuevo aeropuerto y el Corredor Transísmico.

Y aunque México cuenta con una línea de crédito emergente por 68,000 millones de dólares, conferida por el Fondo Monetario Internacional (FMI), el gobierno ha anunciado que no la utilizará y que tampoco aumentará el superhábit de la deuda pública.

Los inversores internacionales y locales han solicitado estímulos fiscales y les han sido negados; los llamados capitales golondrinos siguen saliendo, pero a mayor velocidad, mientras los capitales buscan nuevos refugios en donde se incrementen y no se deterioren.

No obstante, la realidad de la crisis económica los especialistas financieros afirman que lo peor está por venir.


ACUERDO por el que se declara como emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor, a la epidemia de enfermedad generada por el virus SARS-CoV2 (COVID-19).

Que en términos de lo dispuesto en los artículos 73, fracción XVI, Base 1a., de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y 4o., fracción II, de la Ley General de Salud, el Consejo de Salubridad General tiene el carácter de autoridad sanitaria y sus disposiciones generales son obligatorias en el país;

Que dada la situación que guarda la epidemia de enfermedad por el virus SARS-CoV2 (COVID-19) en el país, se han dictado diversas medidas por el Gobierno Federal, incluidas las contenidas en el Acuerdo por el que este Consejo reconoció a dicha enfermedad como grave de atención prioritaria, así como en el Decreto por el que se declaran acciones extraordinarias en las regiones afectadas de todo el territorio nacional en materia de salubridad general para combatir la enfermedad grave de atención prioritaria generada por el virus SARS-CoV2 (COVID-19) publicado el 27 de marzo de 2020, en el Diario Oficial de la Federación;

Que la Secretaría de Salud en las últimas horas ha señalado que el número de casos ha ido en aumento, por lo que ha recomendado que los habitantes del país permanezcan en sus casas, para contener la enfermedad causada por el COVID-19, y

Que en virtud de lo anterior, este Consejo de Salubridad General, en uso de su función prevista en el artículo 9, fracción XVII de su Reglamento Interior, ha determinado la pertinencia de declarar como emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor a la epidemia de enfermedad generada por el virus SARSCoV2 (COVID-19), por lo que con el propósito de proteger la salud de los mexicanos, acordó expedir el siguiente

ACUERDO POR EL QUE SE DECLARA COMO EMERGENCIA SANITARIA POR CAUSA DE FUERZA MAYOR, A LA EPIDEMIA DE ENFERMEDAD GENERADA POR EL VIRUS SARS-COV2 (COVID-19)

Primero. Se declara como emergencia sanitaria por causa de fuerza mayor, a la epidemia de enfermedad generada por el virus SARS-CoV2 (COVID-19).

Segundo. La Secretaría de Salud determinará todas las acciones que resulten necesarias para atender la emergencia prevista en el numeral anterior.

TRANSITORIO

ÚNICO. El presente Acuerdo entrará en vigor el día de su publicación en el Diario Oficial de la Federación y estará vigente hasta el 30 de abril de 2020.


 

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