Con el fin de minimizar los impactos al medio ambiente, los gobiernos deben tomar medidas de gestión para residuos médicos, domésticos y peligrosos ante la pandemia del coronavirus (COVID-19), afirmó el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
“El manejo inadecuado de los desechos podría desencadenar un efecto de rebote y otras consecuencias en la salud humana y el medio ambiente, por lo que su gestión y disposición final de forma segura es vital como parte de una respuesta de emergencia efectiva”, indicó.
Señaló que durante un brote como el que se presenta ahora, se generan diversos desechos médicos y peligrosos, entre ellos mascarillas, guantes y equipos de protección infectados.
“La gestión eficaz de los desechos biomédicos y hospitalarios requiere de un proceso apropiado de identificación, recolección, separación, almacenamiento, transporte, tratamiento y eliminación de los residuos, así como de aspectos asociados importantes que incluyen la desinfección, protección y capacitación del personal”, puntualizó.
“Todos los sectores de la sociedad se unen para vencer colectivamente el virus y minimizar el impacto humano y económico del COVID-19 en todo el mundo”, precisó el secretario ejecutivo de los Convenios de Basilea, Rotterdam y Estocolmo, Rolph Payet.
“Al abordar este desafío enorme y sin precedentes, insto a los responsables de la toma de decisiones en todos los niveles, internacional, nacional, municipal, urbano y distrital, a que hagan todo lo posible para que la gestión de residuos, incluidas las fuentes médicas y domésticas, sea una prioridad y se garantice el mínimo impacto de estos flujos de residuos potencialmente peligrosos sobre la salud humana y el medio ambiente”, afirmó.
El Convenio de Basilea, es un acuerdo ambiental firmado por 187 países y aborda el control de movimientos transfronterizos de desechos peligrosos y su eliminación; su objetivo es proteger la salud humana y el medio ambiente contra los efectos adversos de desechos peligrosos.