Por Jesús Michel Narváez
Después de aniquilar a la “dorada burocracia” ahora se enfila a desmantelar la “de cobre” porque, dice, frenan sus programas sociales.
Son palabras divinas. Son las del presidente López Obrador.
La queja provino de que en la Cámara de Diputados, oh sorpresa, las oposiciones lograron que se detuviera la reforma para elevar a rango constitucional los programas estelares de la 4t: las pensiones, becas y apoyos sociales iniciados por este gobierno.
Pero además, el Presidente se quejó de que hay pocos avances en el programa La Escuelas es Nuestra. Y sin más miramientos, acusó a la “burocracia que aún existe en el Gobierno federal”.
Aquí salta la liebre, porque lo afirmado tiene fondo y es eliminar a quienes no entie3nden que las “cosas ya cambiaron”. Ello implica que se avecina un recorte e incluso la desaparición de los sindicatos afiliados a la FSTSE, que junto con los representantes de los trabajadores del sector público, defiende las plazas y negocia los salarios.
Si el Presidente estima que la burocracia frena sus programas la solución es simple: revisar y cambiar el papeleo y dejar de cubrir la documentación oficial que sirve para comprobar que el dinero se gastó correctamente.
El pasado día primero, el presidente expresó textualmente: “Entre otros programas hay uno que se llama La Escuela es Nuestra, ese programa que va también lento porque el toro viejo hay que empujarlo y porque todavía hay quienes creen que es lo mismo de antes, están ‘pushos’ porque nada más están en la oficina, no les da el sol. Tienen el color ‘amarillo burócrata’, pero ya van a ir entendiendo de que ya se tiene que trabajar”. Suena o es amenaza. O entienden o se ¿van?
La burocracia no se inventó con los neoliberales. En todo el mundo y ejemplo s sobran de cómo se detienen proyectos mediante la falta de una firma, una letra borrada, una coma mal puesta, una razón social inhabilitada o bajo investigación etcétera.
Y por supuesto la “maldita corrupción” que no se genera abajo sino desde arriba, en donde todo indica, aún no se barre.
Quizá lo más irritante haya sido que los diputados jefaturados por Mario Delgado hayan cedido a las exigencias de las oposiciones: PAN, PRI, MC y PRD, aunque con minorías, para realizar el Parlamento Abierto a fin de que la propuesta presidencial tenga luz verde… o semáforo en rojo.
No hay análisis de fondo que permita saber de dónde saldrán los recursos para cubrir los requerimientos de sus programas. De acuerdo con cifras preliminares, el gasto podría superar los 350 mil millones de pesos.
¿De dónde sacarlos si en solo en el primer año de gobierno se acabó el Fondo de Estabilización?
Son parte de las quejas del Ciudadano Presidente que le impiden hacer lo que quiera con el dinero de todos los mexicanos.
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