La Iglesia Católica en México pidió al Gobierno Federal atender la crisis migratoria que se vive desde finales del año pasado “sin caer en el chantaje o la amenaza”.
“El sistema migratorio, tanto en nuestro país como en la Unión Americana, nos hablan de un fracaso, pero también de la necesidad urgente de atender las causas profundas de esta crisis migratoria”, agrega.
En el semanario Desde la Fe, respalda la idea de la Conferencia del Episcopado Mexicano de que las autoridades mexicanas deben continuar promoviendo el diálogo y la negociación transparente en las relaciones bilaterales con Estados Unidos.
Las autoridades norteamericanas deben impulsar el trabajo conjunto con el Triángulo Norte y México para erradicar la violencia y mejorar las economías locales para evitar que la gente se vea obligada a emigrar.
Ante el reporte del Instituto Nacional de Migración (INM) en el que se señala que en los primeros seis meses de 2019, cerca de 360 mil indocumentados están dispersos en el territorio nacional o ya ingresaron a Estados Unidos.
La Iglesia ve con preocupación el hacinamiento en las fronteras sur y norte del país.
La Iglesia Católica acepta que los albergues de algunas de sus diócesis están sobrepasados por migrantes con agotamiento, deshidratación, heridos o ultrajados por el crimen organizado y a veces por las propias autoridades, asegura que se les brinda auxilio de una forma cada vez más organizada.
“Y a todos los mexicanos –especialmente a quienes nos decimos cristianos– nos toca erradicar la xenofobia, reconocer y ayudar, no con acciones simplistas, a las familias que huyen de la violencia, de la persecución y de la pobreza extrema y que, lo mínimo que esperan en nuestro país, es ser tratadas con compasión y amor, pero sobre todo con dignidad”, finaliza.